144 muertos en octubre por la violencia en Irak

Internacional
/ 29 septiembre 2015

Los heridos también integran una relación espeluznante, 264, siempre según el recuento oficial, en muchas ocasiones sobrepasado por conteos independientes.

La ola de atentados dinamiteros y ataques armados en Irak durante octubre pasado causó 136 muertos, según fuentes oficiales y 144 acorde con recuentos oficiosos, según estadísticas difundidas hoy.

Los heridos también integran una relación espeluznante, 264, siempre según el recuento oficial, en muchas ocasiones sobrepasado por conteos independientes.

El mayor número de víctimas fatales ocurrió durante los cuatro días que se extiende Eid el Adha, la festividad islámica del sacrificio, durante la cual los creyentes de esa confesión deben dar muestras de religiosidad y de compasión, un precepto que no se cumplió en este país.

Esta capital y la ciudad septentrional de Mosul fueron los principales escenarios de los atentados dinamiteros, en uno de los cuales murieron tres peregrinos iraníes que se dirigían a visitar lugares sagrados para los musulmanes chiítas.

Ni siquiera los miembros de una minoría turcomana asentada en ciudades del norte, los chabak, escaparon a ataques de desconocidos armados que penetraron en algunas de sus casas en medio de la noche y ametrallaron a los residentes en un frenesí asesino ligado a las pugnas por el poder en el Gobierno encabezado por el primer ministro chiíta, Nuri al Maliki.

Los chabak forman una comunidad de apenas 35 mil miembros que siguen los postulados del islamismo chiíta.

A pesar de las aterradoras cifras, las autoridades consideran que en octubre pasado se registró un descenso dramático de la violencia, ya que el mes anterior, las víctimas letales fueron 365, en una carnicería que parece imparable.

La ola de violencia se disparó desde septiembre, cuando un tribunal condenó en ausencia a muerte al fugitivo vicepresidente Tariq al Hachemi, refugiado desde principios de año en Turquía, al que se acusa de fraguar y ordenar los asesinatos de altos oficiales y funcionarios chiítas.

La víspera, otro tribunal capitalino dictó una segunda sentencia a la pena capital contra al Hachemi, cuya presencia en la vecina Turquía, donde el Gobierno rehúsa extraditarlo a Irak, ha provocado un enfriamiento de las relaciones entre Ankara y Bagdad.

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