Suhair al Attasi, la cara oculta de la revolución siria

Internacional
/ 23 septiembre 2015

    Para los opositores al gobierno que quieren que Siria siga siendo un país secular en el que no sean discriminadas las minorías aunque cambie el presidente, Al Atassi representa una esperanza.

    Damasco, Siria.- La dirigencia siria presenta el levantamiento popular de ciudadanos descontentos como una conspiración de extremistas islámicos. Es por eso que Suhair Al-Atassi representa para ellos un problema: la hija de un ex ministro es una mujer moderna que llama a la desobediencia civil sin cubrir sus cabellos con un pañuelo y con un fuerte poder de convicción. Miembro de una conocida dinastía de políticos, se solidariza con los jóvenes que protestan en las calles y piden la renuncia del presidente Bashar al Assad.

    La valiente activista de Damasco se convirtió en un símbolo de la rebelión contra el régimen. Y eso que su padre, el ex ministro de Información Yamal al Atassi, ayudó alguna vez al padre de Assad, Hafis al Assad, a convertirse en presidente. Sin embargo, con el tiempo, los dos hombres siguieron caminos ideológicos distintos. Tanto el padre de Assad como el padre de Suhair al Atassi murieron en 2000. Desde entonces, sus hijos están también enfrentados.

    Junto a otras fuerzas de orientación reformista, Suhair al Atassi dirigió un salón político en los primeros años de gobierno del actual presidente. Finalmente fue cerrado por las autoridades después de que sus miembros llamaran a una reconciliación con la prohibida Hermandad Musulmana.

    El levantamiento sirio, que comenzó en marzo, transcurre en dos escenarios separados: en los salones de los intelectuales y en las calles. Sin embargo, algo no funciona del todo bien en la coordinación entre los disidentes de salón, la mayoría de los cuales ya peina canas, y los en su mayoría jóvenes manifestantes que arriesgan la vida por tener más libertad. Los dos grupos tienen, sin embargo, el mismo objetivo: derribar al clan Assad. Sin embargo, no siempre hablan el mismo idioma. Suhair al Attasi intenta tender un puente entre ellos.

    "Ninguno de los opositores conocidos se tomó hasta ahora el trabajo de contactar con nosotros", se queja Amer al Sadek, de la Unión para la Coordinación de la Revolución Siria en Damasco: "Suhair al Attasi es hasta ahora la única que se nos sumó".

    Suhair al Atassi, nacida en 1963, fue una de las primeras manifestantes que se animó a salir a las calles de Damasco en la primavera para protestar contra la corrupción y pedir la liberación de los presos políticos. Cuando se manifestó junto a otros muchos frente al Ministerio del Interior, la detuvo un miembro de las fuerzas de seguridad y la arrastró de los pelos por las calles. Finalmente pasó unos días en la cárcel.

    Desde entonces vive en la clandestinidad y sólo se comunica por e-mail o messenger. "Está en Siria, en un lugar seguro", explica Amer al Sadek. "Desde que fui liberada de la prisión de Duma las fuerzas de seguridad se hicieron con mi número de teléfono y a veces atienden llamados que son para mí", explicó ella en un e-mail a dpa.

    Sin embargo, Al Atassi es muy activa desde su escondite. Hace algunos días grabó un video en el que llamó a los sirios a quemar suscuentas de electricidad, agua y teléfono "para no pagar las balas que nos matan".

    Para los opositores al gobierno que quieren que Siria siga siendo un país secular en el que no sean discriminadas las minorías aunque cambie el presidente, Al Atassi representa una esperanza. Sin embargo, el componente sunita-conservador del movimiento de protesta simpatiza más bien con Haitham al Maleh. El abogado especialista en derechos humanos, que es detenido una y otra vez por el gobierno a pesar de su edad, llamó hace poco a la formación de un gobierno de transición.

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