Celebran palestinos triunfo de Livni
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Una vez que reciba el encargo del presidente del Estado, Shimón Peres, la aún canciller deberá dirigirse a los socios potenciales para formar coalición y si obtiene el apoyo de más de 61 diputados podrá alcanzar su sueño de convertirse en la segunda primera ministra de Israel, después de Golda Meir (1969-1974).
Jerusalén, Israel.- La canciller israelí Tzipi Livni se hizo con el liderazgo del partido gobernante Kadima en las elecciones primarias celebradas la víspera, y enfrenta ahora la difícil misión de formar el nuevo gobierno para sustituir al de Ehud Olmert.
Livni, de 50 años, casada y madre de dos hijos, se impuso a su inmediato perseguidor, el ministro de Transportes y ex jefe del Ejército, Shaul Mofaz, por 43.1 a 42 por ciento de los votos, una victoria que ya había sido adelantada por las encuestas a pie de urna.
Los otros dos candidatos, los ministros del Interior, Meir Sheetrit, y el de Seguridad Interior, Avi Dichter, llegaron a porcentajes muy bajos, un 8.5 y un 6.6 respectivamente, según el conteo final de los votos.
Según la Comisión Electoral, en las elecciones, las primeras de la formación creada en 2005 por Ariel Sharón, participó un 55 por ciento de los más de 74 mil militantes.
La victoria supone un gran logro personal para la canciller, una casi recién llegada a la política y quien se ha vendido al electorado con una imagen de "renovación" y "anticorrupción", esenciales para la supervivencia de su partido tras los sucesivos escándalos que encara el primer ministro Olmert.
Esta noche, el aún primer ministro telefoneó a Livni, con quien en los últimos dos años ha tenido una tensa relación, para felicitarla y decirle que espera verla en los próximos días para coordinar sus futuros pasos y la transmisión del mando, primero en Kadima, y después en el gobierno.
Olmert, acusado de soborno y corrupción, prometió en julio que dimitiría en cuanto tuviese un sustituto elegido en primarias, lo cual abrirá el proceso de formación de gobierno que, con toda probabilidad, recaerá sobre Livni como jefa de la formación parlamentaria más numerosa: 29 de los 120 diputados.
La dimisión, según fuentes próximas a Olmert, se producirá el domingo, informaron medios de prensa.
Una vez que reciba el encargo del presidente del Estado, Shimón Peres, la aún canciller deberá dirigirse a los socios potenciales para formar coalición y si obtiene el apoyo de más de 61 diputados podrá alcanzar su sueño de convertirse en la segunda primera ministra de Israel, después de Golda Meir (1969-1974).
De lo contrario, lo más probable es que el Parlamento escoja la vía de la autodisolución y fije una fecha para elecciones generales anticipadas. Livni, en este caso, tendría que esperar.
Los analistas estaban divididos esta noche sobre sus posibilidades de mantener la actual coalición de Olmert, que cuenta con 66 diputados de Kadima, el Laborismo, los ortodoxos del Shas, y los Jubilados.
"Esto no es correcto. Todo el proceso es antidemocrático", dijo la diputada laborista Sheli Yehimovich, al quejarse de la absurda situación en la que poco más de 30 mil personas de un partido hayan elegido al nuevo primer ministro de Israel, de espaldas al resto de la ciudadanía.
La diputada recomendóa su partido no aceptar la oferta de Livni y escoger el camino de las elecciones, "con todos los riesgos que ello conlleva".
Las encuestas dan como vencedor de unas posibles elecciones anticipadas al partido nacionalista Likud, lo que podría ser un obstáculo para las negociaciones de paz con los palestinos.
Guideón Saar, dirigente del Likud, aseguró que no serán ellos los que entren "en un barco a punto de hundirse" y, aunque alabó la figura de Livni, sugirió también que la mejor opción es "devolverle el mandato al pueblo".
Los expertos creen que la canciller podría mantener a los laboristas sin demasiadas dificultades, pero destacan que con los ortodoxos del Shas lo tendrá más difícil, pues le exigirán toda una serie de partidas presupuestarias que no podrá afrontar en los tiempos de crisis que corren.
El rabino Eli Ishai, líder de Shas, apuntó esta noche que "no descarta sumarse a un gobierno bajo la dirección de Livni", pero sugirió no adelantarse a los acontecimientos y ver qué les puede ofrecer.
"Tendrá que satisfacer nuestras demandas y si pedir dinero para los niños es extorsionar entonces nosotros debemos ser los extorsionadores", agregó.
En su discurso de victoria, que dio en los Jardines de Exposiciones de Tel Aviv, a escasos metros de su casa, Livni se mostró segura de su capacidad de poder formar gobierno y llevar a Kadima a concluir su mandato de cuatro años, e incluso de vencer en unos futuros comicios.
"Toda la gente que vino a votar expresó lo que quieren que pase en este país. La responsabilidad nacional conferida por la gente hace que asuma esta labor con gran reverencia", declaró.
Los analistas indican que el gran momento de Livni, cuya habilidad política ha sido cuestionada últimamente, ha llegado y que "si hasta ahora jugaba en casa, a partir de mañana sale a competir con los grandes rivales" a los que deberá convencer, manipular y hasta extorsionar si es que quiere sobrevivir a la cruda y difícil realidad política local.
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