Veinte años después, el legado de la última invasión de EU parece positivo

Internacional
/ 3 marzo 2016

    Washington, EU.- La invasión de Panamá hace 20 años supuso para EU el fin de sus intervenciones militares directas en Latinoamérica y para el país centroamericano la refundación de su sistema político y la abolición del Ejercito, según los analistas.

    La intervención militar de EU en Panamá, el 20 de diciembre de 1989, ordenada por George H.W. Bush, fue sin duda "traumática", pero no ha dañado las relaciones entre los dos países "de manera permanente" y hoy son "buenas", según Susan Kaufman, directora del Center for Hemispheric Policy de la Universidad de Miami.

    De hecho, EU considera que 20 años después de la invasión sus lazos con Panamá "son fuertes" y su cooperación igualmente sólida.

    Oficialmente, según dijo a Efe el portavoz del Departamento de Estado para América Latina, Charles Luoma-Overstreet, EU tienen hoy "una relación fuerte y sólida con la democracia saludable de Panamá. Disfrutamos de una cooperación amplia en asuntos como la seguridad pública y nuestros lazos económicos y comerciales son igualmente fuertes".

    Pese a ello, el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Panamá, firmado entre ambos países en junio de 2007, aún está pendiente de ratificación en el Congreso de EU y de momento nada indica que el debate se vaya a retomar en un futuro inmediato.

    Para EEUU, la invasión -que concluyó en enero de 1990 cuando el general Manuel Antonio Noriega, hombre fuerte del país, se entregó a las autoridades estadounidenses-, significó el fin de una era de intervencionismo militar directo en Latinoamérica.

    "En efecto desde hace más de 20 años no hay una intervención militar directa en Latinoamérica y francamente no me puedo imaginar que en el futuro cercano vaya a haber ninguna", dijo a Efe Kevin Casas-Zamora, ex vicepresidente de Costa Rica y analista para el programa de Latinoamérica de la Institución Brookings.

    "Eso no quiere decir que no vaya a suceder en ningún momento, pero algo con lo que Latinoamérica, sobre todo Centroamérica, tuvo que convivir durante décadas era la posibilidad de intervenciones militares de EU, y este riesgo perentorio desapareció", sostuvo.

    En cualquier caso, el fin de la Guerra Fría cambió la relación de EU con Latinoamérica y la región adquirió un espacio de autonomía y una capacidad de expresarse que no tenía hace 20 años, y el hecho de que hay muchos gobiernos de izquierda no causa "mayor revuelo en Washington", agregó.

    El presidente del Diálogo Interamericano, Peter Hakim, también coincide en que la invasión supuso el fin de una era, pero ésta más bien tuvo que ver con el fin de la Guerra Fría, en el marco del cual los países latinoamericanos asumieron la democracia y los asuntos de la seguridad eran menos preocupantes para EU.

    Kaufman, por su parte, opinó que más importante que la invasión en sí o sus implicaciones inmediatas fue el traspaso del Canal de Panamá a manos panameñas en el 2000.

    Los analistas coinciden en señalar que las implicaciones de la invasión fueron más profundas para Panamá, aunque no todos están seguros de si la transformación positiva que ha experimentado en las últimas dos décadas ese país hubiera tenido lugar también sin la intervención militar de Washington.

    Para Casas, sin la llamada 'Operación Causa Justa' Panamá "no hubiera podido abolir el Ejército y eso va a ser sin duda el legado más duradero de todo este episodio".

    El Ejército panameño fue desmovilizado como consecuencia de la invasión estadounidense para quitar el poder que tenía Noriega, y en 1994 la abolición se formalizó mediante una reforma constitucional.

    "Eso es un legado extraordinario de lo que sucedió", porque, como en tantos otros países de la región, las Fuerzas Armadas eran un tumor canceroso en el centro del sistema político de Panamá, dijo Casas.

    Por otro lado, la intervención permitió a los panameños refundar un "sistema político podrido, indefendible" y "distorsionado por el papel del estamento militar", sostuvo Casas, quien agregó que Panamá, con sus altibajos, es "una democracia normal 20 años después".

    Lo único, subrayó, "la elite no cambió y tiene grandes problemas para renovarse".

    Para Hakim, Panamá ha experimentado una transformación "muy positiva", con una democracia, si bien no perfecta, muy creíble y con una economía en buenas condiciones.

    No obstante, consideró difícil determinar la vinculación entre la invasión y estos cambios.

    "Claramente Noriega no era bueno para el país y quizás el quitarlo influyó en algo, pero al final, sospecho que Panamá hubiera salido bien de eso sin la intervención estadounidense", indicó.

    TEMAS

    COMENTARIOS

    Selección de los editores