Al perseguir a sus enemigos, Trump sienta un precedente que podría afectar a sus aliados

Internacional
/ 30 septiembre 2025

La campaña de represalias del presidente Trump abre la posibilidad de iniciar un ciclo en el que cada gobierno nuevo apunte al anterior

NUEVA YORK- La imputación del exdirector del FBI James B. Comey, pedida por el presidente Donald Trump, generó temor en otras personas que están en la llamada lista de enemigos del actual director del FBI, Kash Patel. Pero alguien más podría tener motivos para estar preocupado: el propio Patel.

Llegará un momento, se presupone, en que el Partido Republicano ya no tenga el control. Y ahora se ha sentado un precedente para procesar a un exdirector del FBI que ha caído de la gracia del gobierno actual por supuestamente mentir al Congreso. Los demócratas ya están acusando a Patel de haber mentido al Congreso en sus audiencias de confirmación cuando prometió no tomar represalias políticas.

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La campaña de Trump para encarcelar, despedir o castigar a sus adversarios políticos y utilizar el poder del gobierno para reprimir la libertad de expresión que no le gusta ha deshecho las normas que se habían mantenido vigentes por generaciones. Pero también ha establecido nuevos estándares sobre lo que puede hacer un presidente, e incluso a algunos conservadores les preocupa que puedan usarse en su contra. El poder que reclama una parte acaba estando a disposición de la otra. Los límites ignorados por un gobierno pueden dejar de parecer vinculantes para el siguiente.

Si se consolida el precedente sentado por Trump, Estados Unidos puede comenzar un periodo en el que cada nuevo gobierno enfoque la mirada en el anterior y crear un ciclo de represalias, un patrón de “lo que se siembra se cosecha” más usual en los países autoritarios que en las democracias occidentales desarrolladas. Incluso presidentes más moderados que Trump pueden sucumbir a la tentación de seguir, al menos en parte, su ejemplo.

“Los conservadores deberían ver esto como lo que es: con poca visión del futuro y peligroso”, dijo Sarah Matthews, vicesecretaria de prensa de la Casa Blanca en el primer mandato de Trump, quien dimitió en señal de protesta tras el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.

$!La imputación del exdirector del FBI James B. Comey, pedida por Trump, generó temor en otras personas que están en la lista de enemigos de Kash Patel.

“Si un demócrata gana en 2028, ¿qué le impedirá poner al Departamento de Justicia en contra de los funcionarios de Trump o desatar a la FCC contra Fox News?”, dijo. “Trump está sentando un precedente que regresará para atormentar a la derecha, y no tendrán en qué apoyarse si los demócratas utilizan las mismas jugadas contra ellos”.

La amenaza de Trump de investigar y perseguir a grupos de izquierda tras el asesinato del influente de derecha Charlie Kirk materializó la preocupación de algunos de los aliados del movimiento MAGA del presidente. En particular, a algunos les inquietó la presión ejercida por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su sigla en inglés) de Trump para sacar del aire al presentador Jimmy Kimmel por unos comentarios relacionados con el asesinato de Kirk.

El senador Ted Cruz, republicano por Texas, criticó la amenaza de Brendan Carr, presidente de la FCC, contra la cadena ABC y sus filiales, la comparó con tácticas mafiosas y añadió que autorizaría a los demócratas para hacer lo mismo algún día. “Nos silenciarán”, dijo Cruz. “Utilizarán este poder, y lo utilizarán sin piedad. Y eso es peligroso”.

Tucker Carlson, expresentador de Fox News y uno de las figuras favoritas de MAGA, advirtió que las amenazas del gobierno de Trump de perseguir los “discursos de odio” podrían vulnerar los derechos de libertad de expresión de todo el mundo. “Si pueden decirte lo que tienes que decir”, dijo, “te están diciendo lo que tienes que pensar”.

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La preocupación por el precedente va más allá de la autodenominada campaña de “represalias” de Trump. Sus afirmaciones de un poder presidencial enormemente ampliado redundarán naturalmente en sus sucesores. Si puede invalidar al Congreso sobre el dinero que se debe gastar o no, despedir a dirigentes de organismos independientes, desmantelar unilateralmente departamentos gubernamentales y enviar soldados a las calles de ciudades estadounidenses, también podrá hacerlo el próximo presidente, como señaló recientemente la editorial del diario conservador Wall Street Journal sobre su intento de frenar la independencia de la Reserva Federal.

“Me preocupa que los futuros presidentes de ambos partidos abusen de todos los poderes sin precedentes que Trump se está atribuyendo”, dijo Brendan Nyhan, profesor de gobierno del Dartmouth College.

“¿Los republicanos quieren darle poderes unilaterales a la presidenta AOC para determinar qué programas del Departamento de Defensa quiere financiar?”, añadió en referencia a la representante Alexandria Ocasio-Cortez, demócrata liberal por Nueva York y una de las némesis de los conservadores.

$!El director del FBI, Kash Patel, testifica ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes.

“No deberíamos confiar en ningún gobierno con los peligrosos y extraordinarios poderes que Trump se está atribuyendo”, continuó. “Desafortunadamente, la historia reciente del cargo sugiere que los demócratas se embolsarán las expansiones pasadas del poder ejecutivo y solo prometerán ejercerlas con más cuidado”.

Sigue siendo algo hipotético, por supuesto, si un futuro gobierno demócrata utilizaría realmente ese poder para avanzar sus objetivos. Un sucesor de Trump podría evitar esas afirmaciónes de autoridad para mostrar una ruptura con el impopular presidente republicano y señalar el regreso a una presidencia más tradicional.

$!Merrick B. Garland se dirige a los miembros de la Fiscalía de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York en Nueva York el lunes 18 de noviembre de 2024.

Pero el apetito de venganza de la izquierda puede ser poderoso. Bright Line Watch, un organismo de vigilancia no partidista que Nyhan ayuda a dirigir para supervisar el estado de la democracia estadounidense, ha descubierto que el apoyo a las acciones antidemocráticas entre los demócratas ha aumentado desde el regreso de Trump al poder. Un próximo informe del grupo, por ejemplo, señala que el 50 por ciento de los demócratas apoya en este momento restringir o cerrar Fox News, en comparación con un 37 por ciento en 2021.

El presidente y sus aliados argumentan que los demócratas fueron los primeros en utilizar el gobierno como un arma, y citan en particular los cuatro cargos penales imputados a Trump por funcionarios demócratas electos o designados después de que dejara el cargo en 2021. Sin embargo, al mismo tiempo que Trump denuncia lo que denomina abuso de poder por parte del presidente Joe Biden y otros demócratas, también dice que eso justifica que él haga lo mismo.

El viernes, cuando se le preguntó si le preocupaba que un presidente demócrata persiguiera a miembros de su gobierno del mismo modo que él persigue a Comey y a otros, Trump dijo: “Bueno, eso es lo que intentaron hacer, ¿no? Lo hicieron conmigo. Durante cuatro años me persiguieron. Me persiguieron durante cuatro años”.

Abigail Jackson, vocera de la Casa Blanca, dijo el domingo que los demócratas no estaban en condiciones de quejarse de las acciones de Trump. “Que los demócratas y los medios de comunicación afirmen falsamente que la rendición de cuentas es una ‘represalia política’ es la forma más elevada de hipocresía, Joe Biden es quien se pasó años utilizando todo su gobierno como un arma contra el presidente Trump y millones de estadounidenses patriotas”, dijo.

Jackson dijo que Trump está revirtiendo lo que considera la politización del Departamento de Justicia por parte del gobierno de Biden. “El gobierno de Trump seguirá ofreciendo la verdad al pueblo estadounidense y restaurando la integridad de nuestro sistema judicial”, dijo.

Demócratas, fiscales de carrera e incluso algunos republicanos rechazan esa lógica y han calificado los procesamientos contra Trump basados en los hechos de meritorios. Y, en cualquier caso, Biden no se implicó personalmente como lo ha hecho Trump. Aunque Trump ha exigido abiertamente que se procese a Comey y a otros de sus adversarios políticos, e incluso ha expulsado a un fiscal que se negó a hacerlo, no hay pruebas de que Biden ni otra persona de su Casa Blanca presionara directamente al Departamento de Justicia para acusar a su predecesor.

De hecho, algunos ayudantes de Biden se sentían frustrados en privado porque Merrick B. Garland, entonces fiscal general de Estados Unidos, no actuó con más rapidez para procesar a Trump por intentar anular las elecciones que perdió en 2020. Pero tenían prohibido hablar del asunto con funcionarios del Departamento de Justicia. Garland nombró a un fiscal especial para que se ocupara de los casos de Trump, en lo que dijo que era un esfuerzo por aislar la investigación de la política.

Además, aunque el Departamento de Justicia y el FBI de Trump están investigando a una serie de adversarios del presidente, no han perseguido a ninguno de sus aliados destacados por lo que se sabe, lo que da la impresión de que actúan como un instrumento del poder político y no como órganos independientes encargados de hacer cumplir la ley.

En cambio, durante el gobierno de Biden, el Departamento de Justicia procesó a demócratas destacados, como un senador de Nueva Jersey, el alcalde de Nueva York, dos miembros o exmiembros de la Cámara de Representantes y el propio hijo del presidente, Hunter Biden.

Algunos republicanos argumentaron en su momento que los fiscales no persiguieron a Hunter Biden con la suficiente agresividad, pero Biden acusó a su propio Departamento de Justicia de ser injusto con su hijo y lo indultó semanas antes de dejar el cargo, una medida que generó críticas de sus compañeros demócratas.

En cualquier caso, Trump ha tratado de castigar a sus enemigos de formas que Biden no hizo. Ha revocado las autorizaciones de seguridad de decenas de demócratas y funcionarios de carrera que lo hicieron enfadar, ha retirado los destacamentos de seguridad a antiguos funcionarios que consideraba personalmente desleales, ha ordenado investigar a antiguos ayudantes que hablaron en su contra, ha despedido a decenas de fiscales de carrera y agentes del FBI que estaban implicados en casos contra él o contra los atacantes del 6 de enero y ha firmado órdenes para castigar a bufetes de abogados que empleaban a personas que él consideraba enemigas.

Ruth Ben-Ghiat, profesora de historia en la Universidad de Nueva York y autora de Strongmen, un libro sobre líderes autoritarios, dijo que existe un “marco narrativo de ambos bandos que el movimiento MAGA ha sido experto en explotar”, uno que equipara las represalias de Trump con acciones más razonadas de otros gobiernos.

La FCC, por ejemplo, podría tener motivos para vigilar a “una cadena que difunde desinformación sobre salud política, seguridad pública y otras cuestiones al público”, lo cual es diferente a presionar a una cadena para que silencie a un cómico que ofende al presidente o a sus aliados, dijo.

“Los dirigentes autoritarios ejercen un gobierno ‘personalista’, lo que significa que transforman las instituciones gubernamentales en instrumentos de sus agravios y venganzas personales y en conductos de sus falsedades y extremismos”, dijo. “Esto es lo que está ocurriendo ahora en Estados Unidos. Las democracias tienen pesos y contrapesos sobre el poder ejecutivo y su líder por este motivo, para que la gobernanza no gire en torno a los caprichos y emociones de un solo hombre”.

Algunos conservadores temen que Trump los esté encaminando a estar en la mira de un futuro gobierno. En una comparecencia ante el Senado este mes, antes de la imputación de Comey, Patel fue criticado por los demócratas, quienes dijeron que no había cumplido su promesa de que “no habría politización en el FBI” bajo su mandato.

“No voy a andarme con rodeos: nos mentiste”, le dijo el senador Richard Blumenthal, demócrata por Connecticut.

Patel, quien en su día publicó un libro titulado Government Gangsters con una lista de 60 miembros del “Estado profundo”, negó que constituyera “una lista de enemigos” e insistió en que su purga de agentes estaba justificada.

“Todos los que han sido cesados no satisfacían las necesidades del FBI ni cumplían sus deberes constitucionales”, dijo.

La cuestión puede ser si su sucesor lo verá así. c. 2025 The New York Times Company.

Por Peter Baker, The New York Times,

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The New York Times es un periódico publicado en la ciudad de Nueva York y cuyo editor es Arthur Gregg Sulzberger, que se distribuye en los Estados Unidos y muchos otros países. Desde su primer Premio Pulitzer, en 1851, hasta 2018, el periódico lo ha ganado 125 veces.​

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