Aung San Suu Kyi, Nobel de la Paz, se declara no culpable del delito de incitación en Birmania
Aung San Suu Kyi, líder birmana depuesta y premio Nobel de la paz, se declaró no culpable del delito de incitación en un juicio celebrado en Myanmar, la capital de Birmania.
La líder birmana depuesta y premio Nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, se declaró no culpable del delito de incitación tipificado en el artículo 505(b) del Código Penal, en un juicio celebrado en Myanmar, la capital de Birmania.
Uno de los abogados de Suu Kyi indicó en un mensaje enviado a Efe que la exmandataria, detenida desde el golpe de Estado del el pasado 1 de febrero, parecía estar en buena salud y que la próxima vista tendrá lugar el 28 de septiembre.
El artículo 505(b) castiga la emisión de mensajes que causen “miedo o alarma” o inciten que alguna persona cometa algún crimen contra el Estado.
La depuesta líder, que dijo sentirse indispuesta la semana pasada, acudió al tribunal especial auspiciado en Naipyidó, donde también se la juzga por una serie de variopintos cargos, entre ellos violar las leyes contra la pandemia y la importación ilegal de “walkie-talkies”.
También está envuelta en otros procesos judiciales por vulnerar presuntamente la Ley de Secretos Oficiales, delito castigado con hasta 14 años de prisión, y por corrupción por haber recibido supuestamente sobornos y abuso de poder.
Suu Kyi se ha declarado inocente de las acusaciones y tanto la ONU, la Unión Europea y países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Japón, Corea del Sur, Canadá, Indonesia, Malasia y Singapur, entre otros muchos, han pedido su liberación incondicional.
El Ejército justifica la toma de poder por un presunto fraude masivo durante las elecciones generales del pasado noviembre, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.
El rechazo al golpe de los militares se ha puesto de manifiesto con protestas a lo largo del país y un movimiento de desobediencia civil que ha conseguido parar a parte de la Administración y del sector privado.
Al menos 1,114 personas han muerto a raíz de la brutal represión ejercida por policías y soldados desde el golpe, que han disparado a matar contra manifestantes pacíficos, mientras se mantiene detenidos a más de 6,600 opositores, según datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.
El golpe también ha recrudecido el conflicto armado en el país con el nacimiento de nuevos grupos de defensa contra la junta militar.