Castro pide fin del embargo; Obama asegura que EU no ve a Cuba como amenaza
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Los presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, instaron al Congreso estadunidense a eliminar el embargo sobre la isla.
La Habana, Cuba.- Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, reafirmaron su disposición de seguir avanzando en la normalización de las relaciones entre ambos países, aunque reconocieron que persisten las diferencias en su visión de la democracia y los derechos humanos.
En conferencia de prensa conjunta, tras reunirse varias horas en el Palacio de la Revolución en La Habana, el mandatario cubano admitió que “existen profundas diferencias entre nuestros países que no van a desaparecer”, sin embargo dijo hay que centrarse en aquello que los acerca como países.
Dijo que las principales diferencias son respecto a la concepción de la democracia, el ejercicio de los derechos humanos, la justicia social, la paz y la estabilidad mundial.
“Defendemos los derechos humanos, consideramos que los derechos civiles, políticos, sociales y culturales son indivisibles, interdependientes y universales. No concebimos que un gobierno no garantice y defienda el derecho a la salud, a la educación y a la seguridad social”, dijo Castro.
Negó que hubiera presos políticos en la isla y pidió a los reporteros que le cuestionaron sobre ese tema que en caso de tener una lista con los nombres, se la entregaran para liberarlos.
“Dame la lista de los presos para soltarlos. Menciona ahora los presos políticos, dime el nombre o los nombres y me das una lista. Si hay una lista, van a estar sueltos", dijo el mandatario cubano.
Castro recordó que para que las relaciones se normalicen “será necesario que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado en la base naval de Guantánamo”, así como poner fin al bloqueo económico que limita “nuestro desarrollo económico y el desarrollo del pueblo cubano”.
“Le reiteré al presidente nuestra disposición mantener el diálogo que iniciamos el pasado 17 de diciembre de 2014”, dijo Castro al recordar que se debe aprender a convivir de forma civilizada a pesar de las diferencias.
Enseguida, el presidente de EU, Barack Obama, dijo que su país “no ve a Cuba como una amenaza”, aunque admitió las diferencias que persisten entre ambos países.
“Reconocemos el avance cubano como nación (…) y quizá lo más importante el destino de Cuba no será decidido por Estado Unidos”, dijo; no obstante, aseguró que Estados Unidos continuará “hablando sobre la democracia, el derecho de los cubanos a decidir su futuro”.
“Espero que el hecho de que yo estoy aquí abra un nuevo capítulo en las relaciones cubanoamericanas, pero en los países donde tenemos relaciones normalizadas seguiremos afirmando principios básicos de democracia, de expresión, de reunión, de religión, no son valores estadunidenses, sino universales”, dijo.
Obama pidió al Congreso de Estados Unidos levantar el embargo a la isla, al ser éste un impedimento para la normalización de las relaciones.
“Levantar el embargo requiere el voto de la mayoría en el Congreso en ambas cámaras y, como le indiqué al presidente Castro, varias cosas van a permitir acelerar el paso. Lo primero y en lo que podemos tomar ventaja son los cambios que ya hemos hecho y eso va a permitir ese cambio de política”, dijo.
Ambos mandatarios hablaron sobre economía, salud, cooperación internacional y derechos humanos.
Obama llega al Palacio de la Revolución
El presidente de Estados Unidos Barak Obama se reunió con el presidente Raúl Castro. El mandatario lo recibió en un salón lleno de plantas y sillones blancos.
Enseguida caminaron por un pasillo y escucharon los himnos nacionales de ambos países. Pasaron una revista a efectivos militares y se encerraron a dialogar con dos mujeres que fungen como intérpretes.
Poco antes Obama había depositado una ofrenda floral en el monumento a José Martí, uno de los héroes nacionales cubanos. Obama iba acompañado de Salvador Valdés Mesa, vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba.
En el arreglo floral, de rosas rojas, amarillas y blanquiazules, se leía: "From the people of USA".
Minutos muy interesantes, porque Obama caminó por la Plaza de la Revolución, ese gigantesco espacio donde se congregaban cientos de miles de cubanos para escuchar los larguísimos discursos de Fidel Castro que siempre tenían marcadas dosis de frases antiestadunidenses. Y ahí estaba hoy, el primer presidente de Estados Unidos en la enorme plancha de cemento rodeada de imágenes del Che Guevara y Camilo Cienfuegos donde se tejían las frases más duras contra "el imperialismo yanqui", como dicen los cubanos.
Obama entró momentos después al memorial y escribió tres líneas en el libro de visitas.
Posteriormente caminó al Palacio de Gobierno donde fue recibido por Raúl Castro. Al término de su encuentro darán un mensaje a los medios.