Comunidad internacional intenta detener la masacre en Idlib, Siria
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Unas 1,000 personas han huido de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, el último feudo que queda en manos de los rebeldes, ante una temida ofensiva de las fuerzas del Gobierno de Bashar al Assad.
Los países de la Unión Europea en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidieron hoy a Rusia e Irán que mantengan un alto el fuego en la provincia siria de Idlib y advirtieron que la acción militar podría tener "consecuencias humanitarias potencialmente catastróficas para los civiles”.
La declaración conjunta del bloque, conocido como EU8, se emitió antes de una reunión de los líderes de Rusia, Irán y Turquía en Teherán hoy, que Ankara ve como la última oportunidad para evitar una masacre en Idlib.
El Gobierno sirio ha prometido volver a tomar Idlib, el único bastión que queda en manos rebeldes. Las tropas sirias y sus aliados se han apostado cerca de la provincia, en preparación para un asalto final.
La EU8 está compuesta por miembros permanentes del Consejo de Seguridad, Gran Bretaña y Francia, más Alemania, Bélgica, Italia, Suecia, los Países Bajos y Polonia, que son -o serán pronto- miembros temporales.
El bloque advirtió que una ofensiva militar a gran escala en Idlib podría poner en riesgo la vida de 3 millones de personas, incluido un millón de niños, además de provocar "otro desplazamiento masivo”.
"Pedimos a los garantes, en particular a Rusia e Irán, que mantengan los acuerdos de alto el fuego y de reducción de escalada que han acordado previamente, incluida la protección de los civiles, como una cuestión prioritaria", dijo la EU8.
El bloque también dijo que mantendría una reunión con la oposición siria en Nueva York hoy, en forma paralela a las conversaciones de Teherán.
En tanto, y también en relación al conflicto en Idlib, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció que aplicó sanciones contra cuatro personas y cinco entidades a las que acusa de facilitar envíos de petróleo y financiamiento para el Gobierno sirio.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, vinculó las sanciones a la inminente ofensiva del Gobierno sirio en esa provincia rebelde, en el norte del país, frontera con Turquía.
Una de las personas alcanzadas por las sanciones es Muhammad al Qatirji, a quien el Departamento acusó de facilitar intercambios de combustible entre el Gobierno sirio y el Estado Islámico.
"Millones de personas inocentes en la provincia de Idlib están actualmente bajo la amenaza de un ataque inminente del régimen de (Bashar al) Assad, respaldado por Irán y Rusia, con el pretexto de atacar al (grupo terrorista) Estado Islámico", dijo Mnuchin.
"Al mismo tiempo, el régimen de Assad tiene una historia de comercio con el grupo terrorista", agregó el secretario, describiendo al Gobierno sirio como "asesino".
Rusia, Irán y Turquía deciden el futuro de Idlib en Teherán
Los presidentes de Rusia, Irán y Turquía decidirán hoy en Teherán el futuro de Idlib, el último gran bastión sirio en manos de los rebeldes, considerado clave para la definición del enfrentamiento entre el Gobierno de Damasco y la insurgencia en la guerra en el país árabe que dura más de siete años.
Las deliberaciones de los jefes de Estado ruso, Vladimir Putin; iraní, Hassan Rohani, y turco, Recep Tayyip Erdogan, se consideran cruciales para decidir si se concreta la ofensiva terrestre que el Gobierno sirio de Bashar al Assad ha estado preparando contra la provincia situada en el noroeste del país.
La provincia está controlada por los rebeldes opositores al presidente Al Assad, dominados por el grupo Haiat Tahrir al Sham (HTS), filial de Al Qaeda y sucesor del Frente al Nusra. Allí fueron evacuados en los últimos tres años miles de rebeldes y sus familias desde distintas partes de Siria, en el marco de acuerdos alcanzados con el Gobierno tras ser derrotados.
Irán y Rusia, aliados claves de Al Assad, defienden la ofensiva como una actuación contra rebeldes terroristas. Sin embargo, la ONU y numerosas voces internacionales se han alzado en los últimos días para alertar de lo que podría convertirse en una gran catástrofe humanitaria, porque en la región viven también unos tres millones de civiles.
Turquía, que apoya a los rebeldes, ha estado intentando impedir la ofensiva en Idlib ante el temor de que ello desate una nueva avalancha de refugiados a sus fronteras, al tiempo que ha desplegado maquinaria de guerra para evitarlo.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos aseguró ayer que son muchos ya los que han empezado a abandonar sus viviendas en la parte rural de la provincia por temor a que las negociaciones no se cierren con una solución política.
En los últimos días, se han registrado varios bombardeos en la zona. Rusia confirmó que había bombardeado objetivos el pasado martes, en lo que los expertos consideran que se trata de preparativos para la ofensiva terrestre de Al Assad.
Rusia defiende la ofensiva contra Idlib, que considera un paso necesario para acabar con los terroristas en el país. Irán, anfitrión del encuentro, también defiende el ataque contra el enclave rebelde, como dijo el pasado lunes el ministro de Exteriores, Mohammad Yawad Zarif.
Damasco busca así un golpe que sería decisivo en su lucha contra los opositores rebeldes en el último gran bastión que queda en sus manos, tras haber conquistado otros de sus feudos como Ghuta Oriental o Daraa en los últimos meses. De tener lugar y salir exitoso, sólo una pequeña zona en el norte quedaría en poder de los rebeldes opositores, donde también hay presencia turca.
Sin embargo, Al Assad seguiría aún lejos de hacerse con el control total del país: en torno a una tercera parte del territorio, en el noreste, está en manos de los kurdos.
ONU alerta de la mayor catástrofe humanitaria ante ofensiva en Idlib
La ONU alertó de que la inminente ofensiva del Gobierno sirio en el feudo rebelde Idlib, en el noroeste del país, podría desatar la peor catástrofe humanitaria del siglo, mientras aviones rusos llevaron a cabo 45 bombardeos en las últimas horas en preparación de un ataque terrestre, según activistas.
Se calcula que tres millones de civiles viven en esta provincia de Siria, el último gran territorio que sigue controlado por los rebeldes opositores al presidente Bashar al Assad, dominados por el grupo Haiat Tahrir al Sham (HTS), filial de Al Qaeda y sucesora del Frente al Nusra.
Allí fueron evacuados en los últimos tres años miles de rebeldes y sus familias desde distintas partes de Siria, en el marco de acuerdos alcanzados con el Gobierno. El Gobierno sirio ha concentrado sus tropas y amenaza con lanzar un ataque conjunto con sus aliados Rusia e Irán.
El mundo no puede avanzar "como sonámbulo" hacia esta crisis, dijo en Berlín el coordinador de ayuda humanitaria de la ONU, Mark Lowcock. También el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, llamó a los presidentes de Rusia y Turquía, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente, a buscar una solución para evitar un baño de sangre.
"Una llamada telefónica entre los dos lo cambiaría todo", dijo De Mistura en un mensaje a los medios desde Ginebra. Rusia, aliado del Gobierno sirio y Turquía, que apoya a los rebeldes, deberían tener más tiempo para negociar una vía de evitar la batalla, dijo De Mistura.
Aviones de guerra rusos llevaron a cabo unos 45 ataques aéreos en 20 zonas esta mañana, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, en lo que se considera un preludio de la ofensiva terrestre. Según los datos de esta organización, que informa desde Londres en base a activistas sobre el terreno, al menos 12 civiles murieron y 30 resultaron heridos, mientras 17 combatientes también resultaron heridos. Un portavoz rebelde confirmó los ataques.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que en la provincia se ha formado otro "nido terrorista" y que "las fuerzas de combate sirias se están preparando para resolver el problema", citó la agencia de noticias Interfax, sin dar una fecha del inicio de la ofensiva.
Según Lowcock, en Idlib viven más de un millón de niños. Y por cada combatiente extremista hay unos 100 civiles. El funcionario de la ONU estuvo la semana pasada en Damasco y se mostró alarmado por las conversaciones mantenidas allí.
Por eso pidió que se haga todo lo necesario para evitar una batalla sangrienta, al tiempo que se hacen preparativos para el caso de que sea necesario ayudar a la población civil.
La vecina Turquía, que teme el flujo de refugiados a su territorio en el caso de una escalada, sigue trasladando equipo de guerra a la región fronteriza. Ocho vehículos cargados con tanques y artillería pesada pasaron por la provincia fronteriza de Idlib, informó hoy el diario “Hürriyet".
Idlib se sitúa a unos 30 kilómetros de la frontera con Turquía y Turquía tiene allí desplegados puestos de observación. Además, es potencia garante de una denominada zona de seguridad que debería estar libre de violencia.
Al parecer, los tanques llevaron a efectivos militares al otro lado de la frontera con la misión de frenar posibles oleadas migratorias, según fuentes de seguridad citadas por el diario. También en la provincia fronteriza de Hatay, más al suroeste, se estacionaron camiones y tanques para reforzar posiciones.
Occidente está preocupado por los planes, en vista de otras sangrientas ofensivas contra zonas rebeldes en Alepo o Ghuta Oriental. El presidente estadounidense, Donald Trump, alertó a Rusia e Irán que no intervengan en el caso de combates advirtiendo de que cientos de miles de personas podrían morir.
Rusia e Irán, aliados de Damasco, y Turquía, cercana a la oposición, deliberarán el viernes sobre la crisis en Siria y los analistas creen que será en ese encuentro donde se decida el futuro de Idlib.
De Mistura, considera sin embargo que "el momento de la verdad" será el 10 y 11 de septiembre, cuando se reúna con representantes de Turquía, Irán y Rusia en Ginebra.
1,000 personas huyen de Idlib ante temida ofensiva
Unas 1,000 personas han huido de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, el último feudo que queda en manos de los rebeldes, ante una temida ofensiva de las fuerzas del Gobierno de Bashar al Assad, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
La organización con sede en Londres, que informa en base a activistas sobre el terreno, aseguró que muchos empezaron a abandonar sus viviendas en la parte rural de la provincia en la noche del viernes en dirección hacia la zona rural occidental de Alepo, la región norteña de Afrin y áreas cercanas a la frontera con Turquía.
A los habitantes de la provincia les preocupa que las negociaciones entre Irán, Turquía y Rusia que comienzan mañana viernes en Teherán no logren cerrarse con una solución política para la provincia, dijo el director del Observatorio, Rami Abdul Rahman.
Turquía, aliado de la oposición siria, lleva semanas implicado en esfuerzos diplomáticos para evitar un ataque del Gobierno sirio contra Idlib, porque teme una oleada de refugiados hacia sus fronteras.
Rusia e Irán son sin embargo aliados claves de Al Assad, cuyas fuerzas han realizado importantes avances militares contra los rebeldes apoyados por Occidente y los milicianos islamistas en los últimos meses.
Idlib es el último gran feudo de la oposición siria y está controlado en su mayor parte por el grupo Haiat Tahrir al Sham (HTS), filial de Al Qaeda y sucesor del Frente al Nusra.
La semana pasada, el enviado especial de la ONU a Siria, Staffan de Mistura, alertó de que la presencia de 10,000 combatientes vinculados a Al Qaeda en Idlib no justifica un ataque que podría poner en peligro la vida de 2.9 millones de civiles que también viven allí.
Durante los últimos tres años miles de rebeldes y sus familias fueron evacuados a Idlib desde distintas partes de Siria, en el marco de acuerdos alcanzados con el Gobierno.
Siria: Las partes enfrentadas y su postura ante un ataque a Idlib
Siria lleva más de siete años inmersa en una encarnizada guerra civil con varios frentes abiertos y multitud de partes enfrentadas y potencias extranjeras implicadas.
Con la prevista ofensiva contra Idlib, el Gobierno sirio de Bashar al Assad busca ahora dar un golpe decisivo contra los opositores rebeldes en el último gran bastión que queda en sus manos, situado en el noroeste del país, tras haber conquistado otros de sus feudos como Ghuta Oriental o Daraa en los últimos meses.
Si Idlib cae en manos de las fuerzas de Al Assad, sólo una pequeña zona en el norte quedaría en poder de los rebeldes opositores, donde también hay presencia turca. Sin embargo, sigue lejos de hacerse con el control total del país: en torno a una tercera parte está en manos de los kurdos.
Estas son las fuerzas involucradas en el conflicto:
- El Gobierno sirio, el gran vencedor de los últimos meses
Las fuerzas de Al Assad y sus aliados -Rusia, Irán y la milicia libanesa Hizbolá- controlan las grandes ciudades del país, como la capital Damasco, la antigua capital comercial Alepo y la región costera. Con el apoyo de las fuerzas rusas, han ganado territorio en los últimos meses, acabando con reductos rebeldes como Ghuta Oriental, al este de Damasco, que cayó en abril, o Daraa, la cuna de la insurgencia contra el mandatario que cayó el pasado julio. Ahora quieren lanzar un ataque definitivo contra el último gran bastión de los rebeldes: Idlib.
- Los rebeldes, concentrados en último bastión a punto de ser atacado
Los combatientes que salieron derrotados de Daraa o Ghuta fueron enviados junto a sus familias a la provincia de Idlib, en el noroeste, en el marco de acuerdos con las fuerzas de Al Assad. En esa provincia se concentran ahora miles de esos combatientes armados, liderados por el grupo Haiat Tahrir al Sham (HTS), filial de Al Qaeda y sucesor del Frente al Nusra.
Están a punto de convertirse en objetivo de la última ofensiva terrestre que planea Damasco, junto a unos tres millones de civiles. De ser derrotados en Idlib, sólo una pequeña zona en el norte quedaría en su poder, donde también hay presencia turca.
Los rebeldes perdieron casi todo el apoyo de Occidente y en el norte dependen mucho de Turquía. Su espectro es muy amplio y abarca desde grupos moderados hasta radicales islamistas.
- Los kurdos, en poder de en torno a un tercio del territorio sirio
Las milicias kurdas sufrieron una fuerte derrota durante una ofensiva turca lanzada el pasado 20 de enero. Turquía controla el enclave de Afrin pero los kurdos controlan una amplia franja en el noreste del país. No se descarta que tras una eventual victoria contra los rebeldes opositores, Al Assad se dirija contra ellos, como ha amenazado.
El Partido Unión Democrática (PYD) kurdo y sus combatientes de las Unidades de Protección Popular (YPG) han sido las fuerzas más efectivas sobre el terreno en la lucha contra el Estado Islámico, batalla en la que están aliados con Estados Unidos. Sin embargo, son excluidos de las negociaciones políticas por sus vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), grupo considerado terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.
- El Estado Islámico, un grupo vencido que podría resurgir
La milicia terrorista sufrió graves pérdidas territoriales -la más grave con la caída de su bastión Al Raqqa en octubre del año pasado- y actualmente sólo controla una zona cerca de la frontera con Irak y pequeñas áreas en el suroeste del país, cerca de los Altos del Golán, controlados por Israel. Pero muchos expertos advierten de que el grupo podría resurgir.
- Turquía, apoyo de los rebeldes y "enemigo" de los kurdos
Ankara es un aliado de la oposición siria, pero durante meses se centró en hacer retroceder a los kurdos en lugar de su objetivo anterior de expulsar a Al Assad. Logró importantes avances cerca de sus fronteras con la ofensiva de enero y mantiene vínculos con la provincia de Idlib. En los últimos días está intentando frenar una ofensiva contra esa provincia, que teme desencadenaría una oleada de refugiados a sus fronteras. Diversas fuentes señalan que ha desplegado maquinaria de guerra para evitar su paso.
- Rusia, el aliado esencial de Al Assad
Moscú es el principal aliado del Gobierno de Al Assad. Desde septiembre de 2015 lleva a cabo ataques aéreos para apoyarlo y ha sido un factor determinante en su resurgimiento militar y las recientes victorias contra el EI y contra los rebeldes. Rusia defiende la ofensiva contra Idlib, que ya comenzó a preparar con decenas de ataques aéreos el pasado martes, que considera un paso necesario para acabar con los terroristas en el país. Sin embargo, se han escuchado también algunas voces disidentes que piden alcanzar un acuerdo político.
- Irán, el socio más leal de Damasco
Teherán es el aliado más leal al Gobierno sirio. Soldados iraníes combaten junto al Ejército sirio y también la milicia chiita libanesa Hizbolá, financiada por Teherán, apoya a las fuerzas de Al Assad. El anfitrión del encuentro del hoy en Teherán, que se considera clave para el futuro de Idlib, defiende una ofensiva contra el enclave rebelde, como dijo el pasado lunes el ministro de Exteriores Mohammad Yawad Zarif.
- Estados Unidos, poco peso en Siria y contra "matanza" en Idlib
Washington tiene un peso muy limitado en la guerra de Siria: dirigió la lucha contra el EI al frente de una coalición internacional. También apoya a los kurdos en el noroeste del país, un punto delicado en su relación con Turquía, pero no tiene mucha influencia fuera de la zona controlada por los kurdos. En los últimos días, el presidente Donald Trump ha advertido a Al Assad que no perpetre una matanza y ha advertido que si usa armas químicas, su país responderá.