Críticas y escrutinio rodean labores de policía migratoria
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Se reúnen alrededor de una mesa en una oficina ordinaria en un edificio en los suburbios de esta ciudad de Virginia, revisando sus objetivos del día: dos hombres, ambos con antecedentes penales. En el tope de la lista está un salvadoreño declarado culpable de conducir en estado de ebriedad.
RICHMOND, Virginia, EU.— Los agentes se preparan antes del amanecer, colocándose chalecos antibalas, enfundando sus armas y luciendo camisetas que dicen POLICÍA y ICE, las siglas en inglés del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos.
Se reúnen alrededor de una mesa en una oficina ordinaria en un edificio en los suburbios de esta ciudad de Virginia, revisando sus objetivos del día: dos hombres, ambos con antecedentes penales. En el tope de la lista está un salvadoreño declarado culpable de conducir en estado de ebriedad.
Las operaciones de detención y deportación del ICE, como el equipo de cinco miembros en la oficina en las afueras de Richmond, buscan a personas que están ilegalmente en Estados Unidos, algunas de las cuales han estado durante décadas en el país y tienen familias.
Durante la presidencia de Donald Trump, quien ha promovido una línea dura en inmigración, el ICE se ha visto expuesto a escrutinio y críticas públicas sin precedentes, pese a que los agentes dicen realizar la misma tarea que han hecho desde antes de la elección de 2016: hacer cumplir las leyes y concentrándose en los delincuentes.
Sin embargo, han aumentado los arrestos de personas sin antecedentes delictivos en Estados Unidos. En las noticias locales abundan historias de agentes del ICE deteniendo a padres de familia y abuelas. Los agentes son acosados, abucheados y filmados. Algunos políticos demócratas han llamado a abolir el ICE.
Los funcionarios dicen que varios empleados de la agencia han sido amenazados en sus casas y sus datos personales han sido expuestos en internet.
"Existe el temor de que 'alguien puede descubrir lo que hago y odiarme o incluso algo peor por ello'", dijo Ronald Vitiello, director interino del ICE, en declaraciones a The Associated Press. Vitiello dijo que la agencia monitorea las redes sociales y que les da recursos a sus empleados cuando se sienten amenazados.
El ICE, formado tras los ataques del 11 de septiembre del 2001, recibió instrucciones durante la presidencia de Barack Obama de concentrarse en la detención y expulsión de delincuentes. Trump, en una de sus primeras decisiones al llegar a la Casa Blanca, instruyó a su gobierno a detener a toda persona que resida ilegalmente en el país.
Generalmente, las personas arrestadas por ICE comparecen ante jueces de inmigración, quienes deciden si deben ser deportadas, tras lo cual el ICE prepara la documentación y los vuelos de salida.
Datos del gobierno respaldan las afirmaciones de que el ICE sigue centrándose mayormente en personas convictas de delitos, pero los datos muestran además que la agencia ha aumentado los arrestos de personas acusadas, pero no convictas, y que detiene cada vez más a personas solamente sobre la base de violaciones a las leyes de inmigración.
El ICE arrestó a 32.977 personas acusadas de delitos y 20.464 con violaciones a las leyes de inmigración en el año fiscal 2018. Hubo 105.140 arrestos de personas convictas penalmente y 158.581 arrestos en total. La convicción más frecuente fue por conducir en estado de ebriedad, seguida de delitos de drogas y de tránsito.
En comparación, en el último año fiscal del gobierno de Obama hubo 94.751 arrestos de personas con convicciones, 6.267 de personas con cargos pendientes y 9.086 de personas con violaciones a las leyes de inmigración. Hubo 11.104 arrestos en total.
Los activistas dicen que un delito de tránsito no debería ser suficiente para una deportación y acusan al ICE de generar miedo y de separar familias innecesariamente.
"Se necesita algún tipo de agencia para lidiar con la inmigración, pero el ICE no es esa agencia", dijo el alcalde de Nueva York Bill de Blasio, un demócrata, a la radioemisora WNYC. "La hora del ICE ha pasado. No funciona. El ICE ha recibido una misión muy negativa y divisiva y no puede funcionar como es".
En respuesta a la situación, algunas ciudades han prohibido el acceso del ICE a cárceles en las que la agencia pudiera detener fácilmente a personas que hayan infringido las leyes de inmigración. La policía en Nueva York, Baltimore y Seattle raramente provee información sobre cuántos detenidos que están ilegalmente en el país serán excarcelados.
Los agentes del ICE realizan ahora más operaciones en las calles y dicen que terminan con más "arrestos colaterales", la detención de personas con quienes se encuentran y que están ilegalmente en el país. Raramente llaman a puertas, pasándose en lugar de ello horas al acecho y merodean las cortes.
En Nueva York, un trabajador mexicano de la construcción que había vivido en Estados Unidos durante más de una década compareció ante un juez por una infracción menor de tránsito. Cuando salió de la corte, varios agentes del ICE lo esperaban. Fue enviado a un centro de detenciones y deportado menos de dos semanas después. Dejó detrás a su esposa y tres hijos.
"No hice nada", dijo el hombre, que hablo desde México pero que no quiso ser identificado por temor a que haya represalias contra su familia. "Soy trabajador, no un delincuente. No lo entiendo".
En Richmond, el equipo del ICE tiene una larga lista de objetivos, pero ellos son los únicos agentes realizando tareas de detención, así que tienen que priorizar. Han estado en el rastro del salvadoreño durante días.
Se separan en dos autos y se dirigen a su apartamento en medio de la oscuridad. Esperan afuera. Una persona sale pero es tan oscuro que es imposible saber quién es. Se encienden unas luces. No es la persona que buscan. Es una mujer. Le dicen que prosiga. Los agentes están nerviosos, pensando que su error puede haber asustado al hombre que buscan. Esperan.
El hombre finalmente sale de su apartamento al filo del amanecer. Luce una camisa verde y botas de construcción. Se sube a un vehículo y se aleja. Los agentes lo acorralan con sus coches y encienden las luces azules.
El hombre está calmado mientras los agentes lo cachean y muestra su pasaporte salvadoreño expirado. Su nombre: José Gilberto Macua Gutiérrez.
Uno de los agentes estaciona el vehículo de Macua, quien es esposado, llevado a la oficina y colocado en una celda.
La operación tomó demasiado tiempo y los agentes se perdieron la oportunidad para su segundo objetivo, pero volverán a tratar.
"Es algo raro ser arrestado en el país si no has violado la ley", dijo Vitiello. "Si alguien está aquí y no aparece en el sistema de justicia penal, es muy raro que vaya a ser arrestado por el ICE, pese a las percepciones que existen".