EU ejecuta a criminal con desfibrilador en el corazón; se encontraba en silla de ruedas y padecía demencia
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Black miró alrededor de la sala cuando comenzó la ejecución y se le pudo escuchar suspirando y respirando con dificultad
MIAMI.- Pese a las denuncias de abogados y organizaciones civiles sobre una posible agudización del sufrimiento, autoridades del estado estadounidenses de Tennesse ejecutaron por primera vez con una inyección letal a un criminal que llevaba un desfibrilador implantado en el corazón.
El Departamento Penitenciario de Tennessee llevó a cabo la ejecución con inyección letal hacia las 15:00 GMT de hoy en el Instituto de Máxima Seguridad Riverbend, en Nashville.
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El estado disputó que la inyección letal causaría que el desfibrilador de Black le diera una descarga y dijo que él no las sentiría de todos modos.
Lo anterior, trascendió luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos y el gobernador de Tennessee, Bill Lee, rechazaron el lunes las peticiones de clemencia de los defensores para intervenir en el caso de Byron Black, un hombre de 69 años.
Black fue condenado por matar a tiros a su novia Angela Clay, de 29 años, y las dos hijas de ella, Latoya Clay, de 9 años, y Lakeisha Clay, de 6, en 1988. Los fiscales dijeron que estaba en un ataque de celos cuando les disparó a las tres en su casa. En ese momento, Black estaba en libertad condicional mientras cumplía una condena por dispararle al esposo de Clay, de quien estaba separada.
Fue ejecutado después de un ir y venir en los tribunales sobre si los funcionarios necesitarían apagar su desfibrilador cardioversor implantable, o ICD. Black, de 69 años, estaba en una silla de ruedas, padecía demencia, tenía daño cerebral, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca congestiva y otras condiciones, según sus abogados.
Destacaron además que esta ejecución sería “la primera de una persona con discapacidad en Tennessee en la época moderna de la pena de muerte”.
“Su cerebro y su cuerpo continúan deteriorándose a una rápida velocidad. No es absolutamente una amenaza para nadie. El hecho que esta corte haya cerrado las puertas a su justificada petición basada en discapacidad intelectual no solo es inconstitucional, es inhumano”, indicó su abogada Kelley Henry al medio The Intercept.