Expansión colonial israelí en Cisjordania aumentó un 28% durante la presidencia de Trump

Internacional
/ 15 abril 2021

    La expansión colonial por parte de Israel en el territorio palestino ocupado de Cisjordania tuvo un aumento del 28% durante la presidencia de Donald Trump, quien en su plan de paz validaba la anexión de asentamientos por parte del gobierno israelí.

    La expansión colonial israelí en el territorio palestino ocupado de Cisjordania aumentó casi un 30% durante el mandato del expresidente de EU, Donald Trump, quien propuso un plan de paz que validaba la anexión de asentamientos y mostró su alineación ideológica con las posturas de la derecha israelí. 

    Durante su presidencia (2017-2021), el promedio anual de nuevas viviendas construidas en asentamientos fue de 2,308, "un 28% más alto" que la media de 1,807 casas levantadas anualmente durante la época previa del demócrata Barack Obama (2009-2017), desveló un informe difundido por la ONG israelí Shalom Ajshav (Paz Ahora). 

    Con todo, el saldo de viviendas levantadas en colonias en territorio cisjordano durante la era Trump fue de más de 9,000.

    A su vez, solo en 2020, Israel avanzó planes para construir más de 12,150 casas en 55 colonias de Cisjordania, la cifra más alta desde que Trump había iniciado su mandato, y la más elevada de los últimos años, según el estudio anual de la ONG, que investiga la expansión colonial en los territorios palestinos, ocupados desde 1967.

    La entidad remarca que más del 65% de casas que se comenzaron a alzar el año pasado (un total de 1,534 viviendas) se situaron en asentamientos en el interior de Cisjordania, "que probablemente serían evacuados" ante un posible acuerdo de paz para dos Estados. 

    A su vez, el 92% de viviendas previstas en 2020 eran "estructuras permanentes", y "al menos el 13%" se alzaron en asentamientos hechos sin permiso de Israel y no regularizados por su legislación.

    Durante sus cuatro años de Gobierno, Trump dejó de considerar que las colonias contravenían la ley internacional y realizó otros pasos polémicos, como el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí y el traslado de su embajada a la Ciudad Santa, cuya parte oriental ocupada reclaman los palestinos como capital de su futuro Estado. 

    Su alejamiento de las posiciones clásicas de dos Estados, su cercanía con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, o la presentación de un plan que daba luz verde a la anexión israelí de partes de Cisjordania provocaron una ruptura de contactos entre EU y las autoridades palestinas, que dejaron de considerar a Washington como mediador imparcial en el conflicto. 

    La Administración del demócrata Joe Biden, que asumió el cargo en enero y es más reacio a la expansión colonial israelí, intenta ahora recuperar los lazos con los palestinos y acercar de nuevo posiciones, algo que demostró con gestos como la reanudación de la ayuda económica de EU a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que Trump había cancelado en 2018. 

    La polémica propuesta de paz de Trump -a la que los palestinos se oponían con contundencia- también parece haber quedado aparcada con Biden, más partidario de la solución clásica de dos Estados. 

    El traslado de civiles de la potencia ocupante a territorio ocupado es uno de los casos por los que Israel sería investigado por presuntos crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional (CPI), que en marzo anunció una apertura de pesquisas rechazada por las autoridades israelíes, que se niegan a cooperar en ellas.

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