James Mattis avanza en nominación como secretario de Defensa de Trump
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Mattis, de 66 años de edad y general del Cuerpo de Infantes de Marina, se retiró de la vida militar el 22 de marzo de 2013
WASHINGTON.- El Comité de Servicios Armados del Senado allanó hoy el camino para la confirmación del general retirado James Mattis como secretario de Defensa en la próxima administración que encabezará Donald Trump.
Con una votación de 24-3, el panel senatorial pasó una excepción que prohibía a un militar retirado servir como secretario de Defensa antes de un periodo de espera de siete años, aunque aún resta su confirmación plena por el Senado y la Cámara de Representantes.
Mattis, de 66 años de edad y general del Cuerpo de Infantes de Marina, se retiró de la vida militar el 22 de marzo de 2013, cuando fungía como jefe del Comando Central de Estados Unidos, por lo que requerirá la dispensa especial.
La Ley de Seguridad Nacional de 1947 excluyó a los militares en activo de ocupar el puesto de secretario de Defensa en un periodo de 10 años posteriores a su cargo castrense, pero la legislación fue enmendada en 2008 por el Congreso para limitar el tiempo de espera a siete años.
El espíritu de la limitación estatutaria buscó asegurar que el titular del Pentágono gane en experiencia para manejar a la dependencia pública más grande de Estados Unidos, integrada por 1.3 millones de soldados en activo, 742 mil civiles y 826 mil miembros de la Guardia Nacional.
Durante la audiencia, Mattis describió a Rusia como un “adversario estratégico” y refrendó su respaldo de defender a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de lo que calificó como un intento del presidente ruso Vladimir Putin de desintegrar a la alianza atlántica.
“La cosa más importante que debemos de reconocer es la realidad de que lidiamos con el señor Putin y reconocer que está tratando de romper la OTAN”, dijo a los senadores.
La perspectiva de Mattis contrasta con las expresiones públicas de simpatía de Trump por Putin.
Durante la campaña Trump y Mattis mantuvieron posiciones encontradas en asuntos como la tortura a prisioneros de guerra. El primero apoya cualquier forma de interrogatorio extremo y el segundo se opone.
En el mismo tenor, el nominado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el exrepresentante Mike Pompeo, dijo a los legisladores que “absolutamente no” acataría una instrucción de Trump de someter a un prisionero a prácticas de “ahogamiento simulado (waterboarding)”.
“Más aún, no puedo imaginar que el presidente electo me pida eso”, dijo el exlegislador de Kansas a los senadores en una audiencia separada ante el Comité Selecto de Inteligencia.