Los partidos de España no aclaran política de pactos

Internacional
/ 19 diciembre 2015

El PP vuelve a estar entre los favoritos para imponerse, aunque necesitará aliados

Madrid. La campaña para las elecciones de mañana, en España, termina como empezó, en torno a las posibles alianzas electorales que puedan establecerse ante la ausencia de mayorías absolutas. Los pactos han sido la base de las estrategias de los partidos, que los han utilizado como arma arrojadiza contra el adversario. El PP y el PSOE han sido las dos fuerzas políticas sobre las que ha pivotado la posibilidad de Gobierno aunque con ayuda y compañía de otros. Populares y socialistas no han enseñado sus cartas sobre preferencias y afinidades, ya que no renuncian a la victoria y a hacerlo con el máximo número de votos.

La reserva sobre con quién pactarán el PP y el PSOE ha configurado la campaña de las elecciones más trascendentes de los últimos 30 años, según proclaman los actuales actores políticos. En esto ha habido bipartidismo. Ha sido una campaña con argumentos preventivos que los resultados dirán si han surtido efecto. En los cuarteles generales de los partidos sí creen que la consigna del PP de advertir de que el voto a Ciudadanos serviría para que forme una coalición con el PSOE y Podemos ha podido ser eficaz. No parece tan claro que la llamada al voto útil de los socialistas para que no se disperse el voto de la izquierda haya calado suficientemente como para disuadir al votante proclive a Podemos y a Ciudadanos de que la única manera de que gobierne “la izquierda” es el voto para el PSOE. 

En los escenarios que dibujan los partidos se apunta a que la suma de PP y Ciudadanos se acercará a la mayoría absoluta de 176 escaños, lo que supondría que en la primera votación Mariano Rajoy saldría investido presidente del Gobierno. Pero no parece que esta opción sea la más realista, por lo que se pasaría a la que todos dan por supuesta: una segunda votación en la que los síes sean más que lo noes, una mayoría simple. En esta situación se ve el PP desde el principio de la campaña y ahora se reafirma en la misma, después de que la mayoría de los estudios demoscópicos —incluido el interno del partido de anoche mismo— les indica que están en primer lugar y a distancia del segundo. 

Ante un resultado de ese tenor, con un PP lejos del segundo partido, Ciudadanos no tendría más remedio que cumplir su palabra de que facilitará con la abstención que sea investido el candidato del partido ganador, como ayer mismo afirmó, sorpresivamente, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. © EL PAÍS, SL. Todos los derechos reservados.

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