Neil Armstrong, diez años sin el astronauta que nunca no se sintió cómodo con la fama

Internacional
/ 25 agosto 2022

Sin duda alguna Neil Armstrong nos rememora la primera huella humana en la Luna y una de las frases más famosas de la historia. Una proeza que lo convirtió en icono del siglo XX y héroe estadounidense.

El 25 de agosto de 2012 debido a las complicaciones de una cirugía de baipás coronario falleció en Cincinnati, a la edad de 82 años, el astronauta más famoso del mundo, cuya genuina pasión desde que era niño fue la aviación, de hecho, consiguió certificarse como piloto a los 16 años, antes de su licencia de conducir .

Armstrong no se sentía a gusto con la fama que derivada de ser, en julio de 1969, la primera persona en pisar la Luna. Tenía 38 años y dos más tarde decidió retirarse de la NASA y dar clases de ingeniería espacial en la Universidad de Cincinnati y se mudó a una granja.

Evasivo a hablar con la prensa, se puede saber un poco más sobre quién era y cómo vivió aquel momento histórico a través de las pocas entrevistas que concedió, los recuerdos de sus compañeros de la NASA, de sus hijos, Erick y Mark, y de su biógrafo James R. Hansen.

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Uno de los tipos más humanos que he conocido en mi vida”, llegó a decir James Lovell, comandante del Apolo 13, el de “Houston, hemos tenido un problema”. “Se veía a sí mismo como el resultado del trabajo de un gran equipo de personas”, opinó de John Glenn, el primer estadounidense en orbitar la Tierra.

Así mismo, era “modesto y reservado”, por momentos podía ser extrovertido, sin embargo, “no siempre decía lo que pensaba”. “Tratar de sacar su verdadero carácter a la superficie es un reto”, según su biógrafo y autor de “El primer hombre”.

En una entrevista que concedió en 2005 Armstrong expresó, que no es que no estuviera preparado para la fama, sino que consideraba “una bendición” y “una carga”, simplemente “no la merecía”. Según narró, él no fue elegido para ser el primero. “Solo lo fui para comandar aquel vuelo y las circunstancias me pusieron en ese papel concreto”.

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En este sentido, la NASA elegía las rotaciones de equipos que desempeñarían las misiones, pero el contenido concreto dependía de los logros alcanzados por las anteriores y a él le tocó una que marcaría a cualquiera de por vida.

Lo que en verdad marcó Armstrong fue la pérdida de su hija, Karen, de dos años por un cáncer, en 1962. “Pensé que lo mejor para mí en esa situación era seguir con mi trabajo”. dijo en ese entonces

Al aterrizar sobre la Luna, junto a Buzz Aldrin, y corroborar que el lugar programado “no era el sitio donde hacer un primer aterrizajeno dudó en tomar el control manual para buscar otro. Cuando se posaron solo quedaban unos segundos de combustible antes de abortar la misión.

La llegada del Eagle a la Luna se estima que fue seguida en televisión por unos 600 millones de personas, que escucharon en vivo una de las frases más famosas de la historia: “Un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la Humanidad”.

Por parte, el astronauta expresó en su primera rueda de prensa con Aldrin y Michael Collins, tras el regreso del Apolo 11, que “no fue ni improvisado ni planeado”, sino que “la idea fue evolucionando durante el vuelo”.

Años más tarde Armstrong explicaría: “era solo un pequeño paso, pero entonces me acordé de las 400,000 personas que me dieron la oportunidad de dar ese paso y pensé: va a ser algo grande para todos ellos y para muchos otros que ni siquiera estaban involucrados en el proyecto”. Aquel paso fue “un momento especial y memorable, pero solo un instante porque había trabajo que hacer, no estábamos allí para meditar”.

Durante las dos horas y media que duró el paseo, se especuló en ese entonces que habría depositado un recuerdo de su hija. “No sabemos si dejó algo de Karen en la Luna, es algo que mantuvo en privado, pero es posible”, aseguró su hijo Mike.

El regreso a la Tierra Armstrong se embarcó a una gira por 45 países. Dos años más tarde anunció su retiro para enseñar ingeniería y rechazó ofertas para entrar en política.

Armstrong fue un hombre que no quiso ser un héroe, aunque en palabras del astronauta Lovell, recordándolo después de su muerte: “No puedes encontrar un héroe más comprometido y apasionado para seguir sus huellas”.

Con información de la Agencia EFE.

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