Nikolas Cruz escribió en un chat su intención de matar a mexicanos y decapitar a negros

Internacional
/ 17 febrero 2018

Los judíos, afroamericanos e inmigrantes eran el objetivo de sus comentarios incendiarios, en los que señalaba su deseo de matar a mexicanos o encadenar y cortar la cabeza a ciudadanos negros.

Nikolas Cruz, el presunto autor del tiroteo en una secundaria de Florida que dejó 17 muertos el pasado miércoles había vertido comentarios violentos racistas, homófobos y antisemitas en un grupo de chat, según informa hoy la emisora CNN.

Los judíos, afroamericanos e inmigrantes eran el objetivo de sus comentarios incendiarios, en los que señalaba su deseo de matar a mexicanos o encadenar y cortar la cabeza a ciudadanos negros.

Además, tildaba de traidoras a mujeres blancas que tenían relaciones con afroamericanos. Y en un comentario sobre homosexuales señalaba: "Dispárenles en la nunca”.

Sin embargo, según la CNN, no había nada que indicara que Cruz o alguno de sus compañeros de chat constituyeran un grupo de extrema derecha.

Según dijeron sus compañeros, familiares o vecinos a medios estadounidenses, el joven sufría desde hacía tiempo problemas psíquicos, llamaba la atención y era conocido por la policía.

De hecho, las informaciones conocidas la víspera lanzaron fuertes cuestionamientos a la labor del FBI. El gobernador de Florida, Rick Scott, pidió la renuncia del director del FBI, Christopher Wray, y las críticas contra el Buró Federal de Investigaciones se multiplicaron en las últimas horas.

Un vecino publicó un video en el que Cruz aparece con una pistola delante de la casa de su madre y lleva una gorra de béisbol con el lema "Make America Great Again" (hacer a Estados Unidos grande de nuevo), el de campaña del presidente Donald Trump. Tras la muerte de sus padres vivió algunos meses con la familia de uno de sus compañeros de clase.

El atacante entró el miércoles a la escuela de secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, cerca de Miami, donde estudió hasta hace un año, y con un fusil AR-15 mató a tres adultos y 14 menores de edad, entre ellos un mexicano y un venezolano. Se trata de una de las peores matanzas registradas en los últimos 20 años en el país norteamericano.

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