Pablo Casado, sucesor de Rajoy como nuevo presidente del PP
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Muchos quedaron sorprendidos cuando Pablo Casado se sumó a la carrera por presidir el Partido Popular (PP), pero en poco más de dos semanas el joven político conservador supo deshacerse de obstáculos y rivales para ser elegido hoy.
El joven economista y abogado Pablo Casado fue elegido hoy nuevo presidente del Partido Popular (PP) como sucesor de Mariano Rajoy, que dirigió la formación conservadora durante 14 años hasta renunciar al cargo el mes pasado tras ser destituido como jefe de Gobierno español.
El ex vicesecretario de Comunicación del PP, de 37 años, consiguió la mayoría de votos de los 3,082 delegados reunidos en un congreso extraordinario del PP en Madrid y superó a la otra candidata, la ex vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, tras una dura campaña marcada por las acusaciones cruzadas y videos difamatorios.
La elección abre una nueva era en el partido más votado de España tras el abrupto final de Rajoy. Casado asume ahora el cargo con tres retos centrales: liderar la oposición al Gobierno del socialista Pedro Sánchez, iniciar la renovación del PP y devolver relevancia a un partido golpeado y dividido.
"Al futuro no se le espera sentado, al futuro se le sale a conquistar", avisó Casado en su último discurso antes de la votación en el congreso extraordinario del PP que lo llevó a uno de los puestos clave en el panorama político del país. "España nos necesita más que nunca, más fuertes y más unidos”.
Casado lanzó en su discurso diversos guiños a valores tradicionales del PP, como la defensa de la familia, y prometió la renovación del partido: los dos pilares que hicieron que su candidatura pasara de ser un paso sorpresivo a imponerse finalmente en el congreso de hoy.
"Yo no quiero comentar lo que pasa en España, quiero decir lo que tiene que pasar en España. Tenemos que volver a liderar esta sociedad, lo merecemos", reclamó Casado, que prometió "ilusión, pero también renovación". "Una renovación tranquila, constructiva, de futuro, un cambio de etapa, contando con todos”.
A pesar del discurso común contra el populismo, el socialismo y el independentismo catalán, la elección enfrentaba a dos candidatos con proyectos, perfiles y estrategias bien diferenciados.
Sáenz de Santamaría (Valladolid, 1971) estaba considerada desde hacía años como posible sucesora de Rajoy. Avalada por su experiencia como "número dos" de Rajoy y por las encuestas que le otorgaban mejor intención de voto, ofrecía además el atractivo adicional de poder convertirse en la primera mujer al frente del PP.
Del otro lado, Casado (Palencia, 1981) sedujo al aparato del partido con un discurso de mayor renovación y vuelta a las raíces del PP. Ambicioso y orgulloso, cultivó además un perfil más conservador como respuesta a Ciudadanos, la formación liberal que viene robando votos al PP en la derecha.
Casado terminó detrás de Sáenz de Santamaría en una primera votación de afiliados del partido el 5 de julio, pero sumó desde entonces el apoyo de los otros candidatos y su apuesta terminó imponiéndose.
El PP sigue siendo el partido más fuerte del Congreso español como ganador de las elecciones de 2016, que dieron a Rajoy un segundo mandato consecutivo al frente del Gobierno.
El líder conservador fue destituido el 1 de junio por una moción de censura que llevó al Gobierno al socialista Pedro Sánchez y renunció luego a la presidencia del PP, que ocupaba desde 2004.
Sin la figura que vertebraba desde entonces la formación y en medio de una crisis de imagen, el PP comenzó un proceso de relevo en el que por primera vez en su historia implicó a sus bases, llamadas a elegir entre seis candidatos. Casado y Sáenz de Santamaría, los más votados, llegaron al final de la carrera culminada hoy.
El inicio del congreso extraordinario el viernes se convirtió en una despedida y homenaje a Rajoy, que aprovechó para reivindicar su figura y su gestión. "Me voy con la serenidad de que no han sido los españoles quienes nos han retirado del Gobierno ni tampoco mis compañeros de partido", dijo emocionado.
Pablo Casado, juventud y conservadurismo para la renovación del PP
Muchos quedaron sorprendidos cuando Pablo Casado se sumó a la carrera por presidir el Partido Popular (PP), pero en poco más de dos semanas el joven político conservador supo deshacerse de obstáculos y rivales para ser elegido hoy como sucesor de Mariano Rajoy al frente del partido más votado de España.
Avalado por su juventud, su defensa de valores tradicionales del PP y su habilidad para mostrarse como renovador de un partido en crisis, el abogado y economista de 37 años convirtió en fortalezas sus debilidades y superó a la experimentada Soraya Sáenz de Santamaría, que se perfilaba desde hacía años como futura líder del PP.
"Al futuro no se le espera sentado. Al futuro se le sale a conquistar", dijo hoy Casado en su discurso final ante los delegados que terminaron eligiéndolo como nuevo líder en un congreso convocado después de que Rajoy, presidente del partido desde 2004, renunciara al cargo en junio tras ser destituido del Gobierno.
La frase resume la carrera meteórica de Casado (Palencia, 1981) desde que comenzara "pegando carteles" del partido, como se enorgulleció hoy en el congreso que culminó su ascenso hasta uno de los papeles centrales en el panorama político español.
Casado lideró las llamadas Nuevas Generaciones del partido entre 2005 y 2013, cuando fue además director de gabinete del ex presidente del Gobierno español José María Aznar, y en 2015 dio el salto a la cúpula del partido cuando Rajoy lo nombró vicesecretario de Comunicación.
El cargo lo obligó a dar la cara por el PP ante los medios en momentos especialmente complicados por desafíos como la proliferación de escándalos de corrupción que hundieron la imagen del partido -y que terminaron por tumbar a Rajoy con una moción de censura- o la grave crisis independentista en Cataluña.
Ambicioso, seguro, joven y apuesto, Casado superó el reto y aprovechó la visiblidad para granjearse un prestigio que hizo sonar su nombre como posible candidato a presidir la ciudad o la comunidad de Madrid en las elecciones regionales del año próximo.
Pero Casado soñaba con ir más allá y ni siquiera se detuvo ante las sospechas de posibles irregularidades en un máster universitario que cursó, en un escándalo similar al que forzó la dimisión de la presidenta del Gobierno regional de Madrid, Cristina Cifuentes.
Cuando se abrió el proceso "express" para elegir al sucesor de Rajoy tras su abrupta caída, Casado, rápido de reflejos, se sumó inesperadamente a una carrera que parecía reservada a otras figuras del partido y en la votación de afiliados el 5 de julio terminó ya segundo por detrás de Sáenz de Santamaría.
En sus dos discursos ante el congreso extraordinario de hoy, Casado plasmó las líneas básicas de lo que espera al PP: una renovación de nombres e imagen y una vuelta a los valores más conservadores y tradicionales del partido con el objetivo de recuperar una mayoría absoluta como la que gozó Rajoy en su primer mandato.
"España nos necesita más que nunca, más fuerte y más unidos", dijo a los delegados del partido, a quienes prometió "ilusión, pero también renovación”.
Casado supo ponerlos de pie con sus apelaciones a la unidad de España, la lealtad al rey, la defensa de la familia y las críticas sin matices a las tensiones secesionistas que en particular desde Cataluña marcaron el segundo Gobierno de Rajoy.
"Yo no quiero comentar lo que pasa en España, quiero decir lo que tiene que pasar en España. Tenemos que volver a liderar esta sociedad, lo merecemos", avisó, devolviendo la mira del PP al Gobierno. "El Partido Popular ha vuelto. Hemos vuelto”.
Su primer desafío, sin embargo, pasará por cerrar las heridas abiertas tras dos semanas de campaña feroz que exhibieron la división interna del PP. El partido más votado de España inicia así una nueva era con un líder inesperado que, en su primera batalla, demostró ser ya más hábil y rápido que sus contendientes.