Para Stephen Miller, los migrantes son un problema, y su descendencia también
COMPARTIR
Mientras busca poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento, el gobierno de Trump sostiene que los migrantes traen problemas que se prolongan durante generaciones. Los datos muestran lo contrario
WSHINGTON- Cuando Stephen Miller, uno de los principales asesores del presidente Donald Trump, defiende las medidas enérgicas que el gobierno de Trump está tomando contra la inmigración, no solo se enfoca en los actos de aquellos que llegaron a Estados Unidos desde otro país.
Cada vez con más frecuencia, también culpa a sus hijos.
TE PUEDE INTERESAR: Asesor de Trump afirma que cárteles gobiernan la CDMX
La idea de Miller de que siete décadas de migración han producido millones de personas que reciben más de lo que aportan, una afirmación refutada por años de datos económicos, está en el centro de la campaña del gobierno de Trump para restringir la inmigración y deportar a los migrantes que ya se encuentran en el país.
Pero ahora insiste en el argumento de que los migrantes llevan a Estados Unidos problemas que se extienden por generaciones.
“Con muchos de estos grupos de migrantes, no solo la primera generación no tiene éxito. De nuevo, Somalia es un claro ejemplo”, dijo Miller en Fox News este mes, y añadió: “Se ven problemas persistentes en cada generación posterior. Entonces se ven tasas constantemente altas de uso de asistencia social, tasas constantemente altas de actividad delictiva y fracasos reiterados en la asimilación”.
Esta ofensiva retórica se produce en un momento en que el gobierno está pidiendo a la Corte Suprema que mantenga la orden ejecutiva de Trump que pone fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento, el principio, sostenido durante mucho tiempo, según el cual los niños nacidos en suelo estadounidense son automáticamente ciudadanos.
El argumento de Miller y de otras personas del gobierno es similar a la retórica antiinmigración de principios del siglo XX, cuando los legisladores utilizaron la Ley de Orígenes Nacionales de 1924 para imponer límites estrictos con el fin de mantener fuera a migrantes procedentes de Asia y del sur y el este de Europa, así como a sus familias.
Y aunque no existe una base legal para revocar la ciudadanía estadounidense a los hijos y nietos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos, las declaraciones de Miller reflejan un esfuerzo aún más agresivo por cambiar el país deshaciéndose de los recién llegados y de su descendencia.
“Quiere socavar unilateralmente la idea de que somos una nación en la que los migrantes pueden llegar a ser ciudadanos con derechos plenos e iguales a los estadounidenses nacidos en el país”, dijo Andrea Flores, una exfuncionaria de la Casa Blanca que trabajó en asuntos de inmigración en el gobierno de Biden.
TE PUEDE INTERESAR: Los pioneros de la separación de familias moldearán la política migratoria de Trump
Los expertos pusieron en duda el argumento de fondo planteado por Miller.
“Así como vimos con los migrantes que llegaron a principios del siglo XX, los hijos de los migrantes que han llegado a Estados Unidos desde la década de 1960 sistemáticamente aprenden inglés con fluidez, tienen más estudios que sus padres migrantes y obtienen ingresos mayores, lo que muestra claros patrones de integración”, afirmó Julia Gelatt, directora asociada del programa de política migratoria de Estados Unidos del Instituto de Política Migratoria. “Estudio tras estudio, se ha demostrado la movilidad social ascendente de los hijos de inmigrantes”.
La rígida postura de Miller llega en un momento en que la opinión pública sobre la migración se está desplazando a la derecha. Trump volvió a la Casa Blanca en gran parte por el descontento sobre la migración en Estados Unidos. Durante el gobierno de Biden, las comunidades tuvieron dificultades para hacer frente a la llegada de personas de todo el mundo, lo que llevó los recursos gubernamentales al límite y, para muchos, agotó cualquier disposición a acoger la inmigración.
El gobierno de Trump ha introducido cambios radicales para limitar la migración legal, incluida la paralización del proceso de naturalización de personas de países que la Casa Blanca sometió este año a una prohibición de viajar, principalmente de África y Medio Oriente.
“Stephen tiene razón al señalar que los extranjeros que vienen a nuestro país en masa y se niegan a asimilarse a la sociedad estadounidense solo recrean las mismas condiciones que están destruyendo las naciones de las que huyeron”, dijo Abigail Jackson, vocera de la Casa Blanca. “No podemos permitir que sus problemas se conviertan en los problemas de Estados Unidos”.
El tío de Miller ha hablado públicamente sobre cómo su familia materna emigró de Bielorrusia a Estados Unidos a principios del siglo XX.
La Corte Suprema anunció este mes que se ocuparía de un litigio histórico sobre la constitucionalidad del intento de Trump de poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento.
En su primer día en el cargo, Trump firmó una orden ejecutiva con la que declaraba que los hijos de migrantes indocumentados y de algunos residentes extranjeros temporales ya no obtendrían la ciudadanía automáticamente. La orden ejecutiva, detenida por los tribunales, podría poner en duda la ciudadanía de cientos de miles de bebés nacidos cada año.
Pero a medida que el caso avanza hacia la Corte Suprema, la retórica del gobierno se ha intensificado. En su lucha contra la migración legal e ilegal, Miller y Trump han puesto en la mira a la comunidad somalí de Minnesota.
Han aprovechado una investigación por fraude que tuvo lugar en algunos focos de la diáspora somalí en el estado para denunciar a toda la comunidad, a la que Trump ha llamado “basura”.
“Esta es la gran mentira de la migración masiva”, escribió Miller en redes sociales. “No solo estás importando individuos. Estás importando sociedades. Cuando Estados fallidos cruzan fronteras, no se produce ninguna transformación mágica. A escala, los migrantes y sus descendientes recrean las condiciones y los terrores de sus patrias fallidas”.
Pratheepan Gulasekaram, profesor de derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Colorado, dijo que Miller trataba a las personas como si estuvieran “marcadas para siempre por sus orígenes, distintas y antitéticas al tejido de nuestra comunidad”.
“En resumen”, dijo Gulasekaram, “solo ve la migración a través de la lente de la amenaza cultural”. c. 2025 The New York Times Company.
Por Hamed Aleaziz, The New York Times.