Peligro de trata de personas en Cuba aumenta al mismo tiempo que la migración

Internacional
/ 20 enero 2018

"La trata ha comenzado a manifestarse en el país en la misma medida en que se han ido incrementando las conductas migratorias y las facilidades de los cubanos a viajar a otros lugares", dijo la activista y directora de la Editorial de la Mujer, Isabel Moya, en declaraciones recogidas por el estatal diario Granma.

La Habana.- El peligro de la trata de personas en Cuba aumenta de la misma forma que se incrementa la migración de los cubanos hacia otros países, en ocasiones atraídos por ofertas engañosas de trabajo bien remunerado, publica hoy la prensa oficial de la isla.

"La trata ha comenzado a manifestarse en el país en la misma medida en que se han ido incrementando las conductas migratorias y las facilidades de los cubanos a viajar a otros lugares", dijo la activista y directora de la Editorial de la Mujer, Isabel Moya, en declaraciones recogidas por el estatal diario Granma.

Un amplio artículo sobre la trata de personas en el país caribeño habla de la "baja percepción de riesgo" de los cubanos ante un fenómeno "novedoso" en el país, donde este flagelo no es sin embargo un "problema representativo".

Según datos oficiales, en la isla solo se han registrado 46 delitos de este tipo entre 2012 y 2015.

A diferencia de otros países, en Cuba los casos de tráfico de personas involucran en su mayoría a profesionales con alta preparación, atraídos por la perspectiva de una mejor remuneración que la que ganan en la isla, donde el salario medio no supera los 30 dólares mensuales.


Moya se refirió al "gran desafío" de evitar que la trata aumente en Cuba, mediante la información y la educación "sobre todo en las mujeres jóvenes, pues son ellas las más vulnerables".

Granma recordó el mediático caso de 40 bailarinas cubanas forzadas a ejercer la prostitución en Turquía, a donde fueron llevadas a mediados de 2017 bajo falsas promesas y supuestos contratos para actuar en un famoso cabaret de Ankara.

A las jóvenes les quitaron sus pasaportes y bajo amenazas fueron obligadas a prestar servicios sexuales, hasta que una de ellas logró escapar hasta la embajada de Cuba en ese país, que alertó a las autoridades.

Este no es "el único suceso estremecedor relacionado con la trata y explotación de mujeres cubanas, promovidas con falsas ofertas laborales en el extranjero", aseguró Moya.

El diario revela otra trama, en la que un cubano residente en el exterior gestionó visados y pasajes hacia EE.UU. para "muchachas de su pueblo natal" en la central provincia de Camagüey, a las que prometió un contrato como bailarinas y en lugar de eso las obligó a prostituirse como pago a su "inversión".

 

"Esto no es una película de ficción (...). Es una realidad cruda y dura. Tenemos que estar preparados", indicó la también diputada en diciembre pasado, en la última sesión del año del Parlamento cubano.

Granma, órgano del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único), insta a "no dejarse engañar por las supuestas ofertas" y menciona las propuestas de trabajo para "jóvenes bailarinas", la mayoría de ellas publicadas en el popular "medio privado digital de anuncios clasificados", Revolico.

Cuba mantiene una política de "tolerancia cero" ante el tráfico ilegal de migrantes y la trata de personas, con un enfoque de "prevención, enfrentamiento y protección a las víctimas".

En abril de 2017 visitó la isla la relatora especial de Naciones Unidas sobre la trata de personas, Maria Grazia Giammarinaro, la primera investigadora independiente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en llegar a Cuba en 10 años.

Giammarinaro elogió la labor de prevención del Gobierno cubano ante este flagelo y felicitó al Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) -dirigido por Mariela Castro, hija del presidente cubano Raúl Castro- por su trabajo enfocado al colectivo LGTBI. 

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