Penitentes filipinos crucificados en tradición Viernes Santo
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Miles de personas se congregaron en la aldea de San Pedro Cutud, donde siete personas fueron crucificadas, según las informaciones oficiales.
Al menos 14 fieles fueron crucificados en Filipinas, siguiendo una tradición que recrea cada Viernes Santo la muerte de Jesucristo en la cruz y que cuenta con miles de espectadores.
Esta recreación, que se realizó bajo un sol sofocante en tres aldeas filipinas y en una ciudad en la provincia de Pampanga -a unos 60 kilómetros de Manila- es el principal acto de las celebraciones de Semana Santa en el estado insular asiático, de fuerte tradición católica.
Miles de personas se congregaron en la aldea de San Pedro Cutud, donde siete personas fueron crucificadas, según las informaciones oficiales.
A otros cinco penitentes se les crucificó en carne viva en las localidades de San Juan y Santa Lucia, y otros tres en Angeles City, señalaron las autoridades.
Además, decenas de personas descalzas y encapuchadas fueron fustigadas en la espalda con látigos en los que ajustaron varas de bambú, mientras otros portaban cruces de madera por sus aldeas, entre otras penitencias.
Wilfredo Salvador, un pescador de 59 años, que fue uno de los crucificados en San Juan, dijo que era la décima vez que participaba en la recreación. "Es mi forma de dar gracias a dios por ayudarme", dijo.
En San Pedro Cutud, Ruben Enaje, un pintor de 56 años, pasó once minutos clavado en la cruz en lugar de los cinco minutos que normalmente suelen estar.
"No me di cuenta de que había pasado tanto tiempo", dijo después. "Aparte de mis oraciones personales y las deseos especiales de otras personas, también recé por la paz, porque me preocupa lo que está pasando en todo el mundo".
"Recé por los niños no sólo en nuestro país, sino en todas partes, para que no sufran", dijo.
Enaje quiso clavarse en la cruz en 1986, para dar gracias por haber salido ileso de una caída desde un tercer piso, donde estaba pintando la señal de una empresa de bebidas.
La Iglesia católica no alienta estas expresiones extremas de fe, pero tampoco se moviliza para detenerlas. "No alentamos estos actos, porque no son necesarios", dijo el obispo Teodoro Bacani. "Existen formas más moderadas de expresar el arrepentimiento por nuestros pecados, no de esta manera exagerada", señaló.
"Pero no estamos diciendo que serán malas personas por hacerlo", precisó.
La Semana Santa es un acontecimiento importante en Filipinas, donde más del 85 por ciento de la población es católica.
Las autoridades han declarado festiva gran parte de la semana, con lo que permite a los filipinos regresar a sus hogares o tomarse vacaciones. Las oficinas públicas, las empresas privadas y numerosos comercios cierran sus puertas por las festividades.