Podría Cristina de Borbón librarse del banquillo de los acusados

Internacional
/ 23 octubre 2015

Urdangarin será juzgado por haberse apropiado supuestamente de seis millones de euros de dinero público.

Cristina de Borbón, hermana del rey Felipe VI, podría librarse del banquillo de los acusados "in extremis" si el tribunal encargado de juzgar el caso de corrupción en el que está imputada le aplica antes del inicio de los interrogatorios la llamada "doctrina Botín", según avanzaron medios españoles.

Sus abogados, tal y como habían anunciado, pedirán al tribunal que tenga en cuenta esta jurisprudencia que impide enviar a un acusado a juicio en contra el criterio de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, como es el caso de la infanta.

Este tipo de cuestiones previas se presentarán el 11 de enero, fecha fijada para el inicio del juicio, según informaron hoy a las partes los magistrados de la Audiencia de Palma. La infanta y los otros 17 acusados en la causa tendrán que estar presentes ese día, entre ellos su marido, Iñaki Urdangarin.

La novedad es que la Audiencia de Palma resolverá estas peticiones antes de que arranque la declaración de los acusados ante el juez. Por tanto, en caso de que se aplique a Cristina la "doctrina Botín", ésta no tendrá que sentarse en el banquillo a partir del 9 de febrero, cuando está previsto que arranque la vista oral.

Los abogados de la hermana del rey de España expresaron hoy su confianza en que el tribunal la aparte finalmente del juicio, que previsiblemente se alargará hasta final de junio.

"El tribunal podía haber decidido posponer la resolución de las cuestiones previas hasta la sentencia final", dijo el letrado Pau Molins, quien expresó su deseo de que la hermana del rey "acabe saliendo del juicio antes de que comiencen los interrogatorios".

La "doctrina Botín" es la última baza de la defensa de la infanta, hija mediana del rey emérito Juan Carlos, de cara al juicio por el llamado "caso Nóos", en el que Cristina, está acusada de ser cómplice de dos delitos fiscales presuntamente cometidos por Urdangarin.

La investigación, que se prolongó durante un lustro, giró en torno a una supuesta trama de corrupción tejida en torno al Instituto Nóos, entidad sin ánimo de lucro ligada al deporte que fue presidida por el ex deportista.

En el caso de la infanta, solo la acusa el pseudo sindicato Manos Limpias, que reclama para ella una pena de ocho años de prisión. La Fiscalía y la Abogacía del Estado se opusieron en su momento a su imputación.

Urdangarin será juzgado por haberse apropiado supuestamente de seis millones de euros de dinero público junto a su ex socio en el Instituto Nóos, Diego Torres. La Fiscalía pide para él 19 años y medio de cárcel por presuntos delitos de malversación, prevaricación, tráfico de influencias, fraude y estafa, entre otros.

El juicio del "caso Nóos" despierta una gran expectación mediática en España. Para garantizar las condiciones de seguridad, está previsto que se celebre en un edificio público situado en un polígono a las afueras de la ciudad de Palma de Mallorca (este), donde ya se celebraron otros macrojuicios.

Habrá en total más de 350 testigos, entre ellos algunos nombres conocidos de la política nacional, como el ex ministro Alberto Ruiz Gallardón o el ex ministro y ex director gerente del FMI Rodrigo Rato.

El escándalo del "caso Nóos" fue el mayor golpe para la monarquía española en los casi 40 años de reinado de Juan Carlos I. El entonces monarca, inmerso en una gran crisis de imagen y desconfianza por parte de los ciudadanos, abdicó en su hijo en junio de 2014.

Desde que fue proclamado rey, Felipe VI se ha distanciado de su hermana Cristina, de 50 años. El pasado junio, en un gesto inédito, ordenó retirarle el título de duquesa de Palma que su padre le había otorgado en 1997.

Sexta en la línea de sucesión al trono español, la infanta sigue manteniendo sus derechos dinásticos a pesar de la presión que recibió en los últimos meses para que renuncie a ellos.

 

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