Preocupa a Brasil la idea de Trump de construir un muro en la frontera entre EU y México

El Gobierno de Brasil se pronunció hoy por primera vez sobre las tensiones entre Estados Unidos y México para pedir "diálogo", tras declararse preocupado por "la idea de la construcción de un muro" sin que haya acuerdos entre ambos países.

"El Gobierno brasileño recibió con preocupación la idea de la construcción de un muro para separar naciones hermanas de nuestro continente sin que haya consenso entre ambas", señaló la cancillería del país sudamericano en un comunicado.

"Las cuestiones entre pueblos amigos (...) deben ser solucionadas por el diálogo y por la construcción de espacios de entendimiento", pidió la potencia regional sudamericana. El Gobierno de Michel Temer se había mantenido hasta ahora públicamente al margen del conflicto.

Las tensiones entre Washington y Ciudad de México escalaron en las últimas horas después de que el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, diera en su primera semana en el cargo los primeros pasos para concretar la política hostil hacia México que anunció durante toda su campaña electoral.

Trump firmó el miércoles un decreto para poner en marcha la construcción del muro que quiere erigir en la frontera con México, y amenazó con gravar con un arancel del 20 por ciento las importaciones del país vecino para financiarlo.

Debido a esa ofensiva política, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, canceló un viaje que tenía previsto hacer a Washington la próxima semana, cuando su Gobierno intentaba buscar el diálogo con la nueva Administración estadounidense.

La dura actitud política de la Casa Blanca con su país vecino ha generado una de las peores crisis de las últimas décadas entre ambos países.

Trump también amenaza con suspender el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés), al que responsabiliza de la destrucción de empleo en Estados Unidos en las últimas décadas.

Ambos países tienen estrechos vínculos comerciales, aunque la economía de México depende en mucho mayor medida del comercio con la primera potencia económica mundial.