¿Sabías que a los primeros cristianos no les sorprendió tanto el nacimiento virginal de Jesús de Nazaret?
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Cada año, en Navidad, los cristianos conmemoran el nacimiento de Jesús de Nazaret. Parte esencial de esta celebración es la afirmación de que él nació de una madre virgen, María, que es primordial para el entender que Jesús es el hijo divino de Dios
Rodolfo Galván Estrada III, profesor asistente de Nuevo Testamento en la Vanguard University, en su artículo “Por qué a los primeros cristianos no les habría sorprendido tanto el nacimiento virginal de la historia de Navidad”, publicado en The Conversation, hace un análisis sobre el punto central del cristianismo y la celebración de la Navidad, el nacimiento de Jesús.
En opinión de Galván Estrada, el “nacimiento virginal” pudiera parecer extraño a las personas actualmente, debido a que no solo porque “se opone a la ciencia de la reproducción”, sino también, en la Biblia, la “idea apenas se menciona”.
No obstante, precisa el profesor asistente de Nuevo Testamento, “sostengo que el público original de esta historia no se habría sentido desanimado por la supuesta “extrañeza” de la historia del nacimiento virginal. La historia habría resultado mucho más familiar a los oyentes de aquella época, cuando el Mediterráneo antiguo estaba lleno de historias de hombres legendarios nacidos de dioses, y cuando los primeros cristianos prestaban mucha atención a las profecías de la Biblia hebrea”.
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ESTO ES LO QUE DICE LA BIBLIA
El profesor de Vanguard University, señala en su artículo, que en el Nuevo Testamento no habla mucho sobre el “nacimiento virginal”, solo se hace mención en los evangelios de Mateo y Lucas, que fueron escritos unas décadas después tras el fallecimiento de Jesús.
En el caso del Libro de Mateo se detalla que cuando José era prometido a María, ella “se halló encinta por obra del Espíritu Santo”. Mateo vincula este embarazo inesperado con una profecía del Antiguo Testamento en Isaías 7:14, en la que se asegura, indica Galván Estrada, que “la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.” De acuerdo con el profeta Isaías, “este niño sería una señal para el pueblo judío de que Dios lo protegería de poderosos imperios”.
En este sentido, prosigue el profesor asistente de Nuevo Testamento, gran parte de los primeros cristianos, tanto fuera de Judea, como en todo el imperio romano, no tenía conocimiento sobre el Antiguo Testamento en el hebreo original, sino que conocían una traducción griega conocida como la Septuaginta. Cuando el Evangelio de Mateo menciona a Isaías 7:14, hace uso de la Septuaginta, en la que se incluye el concepto de “parthenos”, que es habitualmente entendido como “virgen”. Sin embargo, precisa Galván Estrada, este vocablo difiere con el Antiguo Testamento hebreo, en que se usa la palabra “almah”, que traducida de manera correcta significa “mujer joven”. Siendo así, precisa el profesor en Vanguard University, que la diferencia en la traducción entre el hebreo y el griego tal vez no signifique mucho, sin embargo, para los primeros cristianos que hablaban el griego, les daba una “prueba profética del nacimiento de Jesús de la Virgen María”, señala Galván Estrada en su artículo.
“¿La creencia en el nacimiento virginal se basaba en un error de traducción?”, se cuestiona Galván Estrada, a lo que contesta que “no necesariamente”. Ya que estos términos en ocasiones eran sinónimos en el idioma griego y judío. “Y la misma palabra griega, “parthenos”, se encuentra también en la versión de Lucas de la historia. Lucas no cita la profecía de Isaías 7:14. En cambio, esta versión de la historia de la Natividad describe al ángel Gabriel anunciando a María que dará a luz a pesar de ser virgen. Como en la versión de Mateo, se le dice a María que su bebé será el “hijo de Dios””, explica Galván Estrada.
JESUCRISTO, ¿HUMANO Y DIVINO?
Galván Estrada considera que para los primeros cristianos, esta idea en relación con el nacimiento virginal derribó con “cualquier rumor sobre el honor de María” y a su vez, coadyuvó a la creencia de que “Jesús era el Hijo de Dios y María la Madre de Dios”. Estas afirmaciones tomaron más importancia durante el siglo II, cuando algunos cristianos polemizaban en relación con los orígenes de Jesús: “¿Fue simplemente nacido un ser humano, pero se convirtió en el Hijo de Dios después de ser bautizado? ¿Fue un ser semidivino, no realmente humano? ¿O era a la vez plenamente divino y plenamente humano?”, se pregunta profesor asistente de Nuevo Testamento en su artículo.
Galván Estrada, explica en su artículo que la última idea, de que Jesucristo es divino y humano, que es simbolizada por el nacimiento virginal, “fue la más aceptada y es ahora la creencia cristiana estándar”. Sin embargo, precisa Estrada, el concerniente silencio al respecto durante las primeras décadas del cristianismo no insinúa “necesariamente que los primeros cristianos no creyeran en ella”.
Por lo contrario, Galván Estrada cita al biblista Raymond Brown, quien señala que es “probable que el nacimiento virginal no fuera una preocupación importante para los cristianos del primer siglo. Afirmaban que Jesús era el Hijo divino de Dios que se convirtió en un ser humano, sin tratar de explicar exactamente cómo sucedió”.
NACIMIENTO VIRGINAL Y SUS RACÍCES GRECORROMANAS
Galván Estrada, detalla en su artículo que, aseverar que alguna persona había “nacido divinamente” no era un término nuevo durante el siglo I, cuando nació Jesús; esto es, precisa Estrada, a que “muchos héroes grecorromanos tenían historias de nacimientos divinos. Tomemos tres figuras famosas: Perseo, Ion y Alejandro Magno”.
En su artículo, Galván Estrada, hace referencia a una antigua leyenda griega en la que se asegura que Perseo nació de una madre virgen que se llamaba Danaë. Esta historia inicia con Danaë que está encarcelada por orden de su padre, el rey de Argos, debido a que le temía, ya que estaba profetizado que su nieto provocaría la muerte del rey. De acuerdo con la leyenda, “el dios griego Zeus se transformó en lluvia dorada y la fecundó”.
Galván Estrada explica en su artículo que las historias en relación con la “concepción divina” eran comunes en el antiguo mundo mediterráneo.
Estrada señala que en el siglo II d.C., Justino Mártir, un teólogo cristiano que defendía el cristianismo, reconocía que el nacimiento virginal no se consideraba como un evento “extraordinario” en las sociedades que estaban “familiarizadas con las deidades grecorromanas”.
Galván Estrada hace referencia en su artículo a un discurso que Mártir dio al emperador romano Antonino Pío y a los filósofos, en el que arguyó que se debían “tolerar la creencia cristiana en el nacimiento virginal, igual que toleraban la creencia en las historias de Perseo”.
Por último, según Galván Estrada, la creencia sobre la participación divina en la concepción de un niño lo vinculaba con estar destinado a la grandeza. En este sentido, concluye Estrada, “la interpretación de los primeros cristianos de la profecía de Isaías 7:14 de la Septuaginta apoyaba su creencia de que el origen de Jesús no solo era divino, sino que estaba predicho en sus escrituras proféticas”.
Con información de The Conversation.