Tropas de Myanmar mataron a 6,700 rohingya en un mes: MSF

Internacional
/ 14 diciembre 2017

Las estimaciones de MSF sobre las víctimas de la violencia étnica son muy superiores a las ofrecidas por la cúpula militar birmana, que a principios de septiembre habló de menos de 400 muertos en la "operación de limpieza".

Unos 6,700 rohingya murieron durante el primer mes de la operación del Ejército de Myanmar contra la minoría musulmana en agosto, que forzó a cientos de miles a huir al vecino Bangladesh, denunció hoy en un informe Médicos Sin Fronteras (MSF).

La ONG con sede en Ginebra llegó a esta conclusión en base a una encuesta sobre mortalidad llevada a cabo en campos de refugiados en el distrito bangladesí de Cox's Bazar, en el sudeste del país.

Las estimaciones de MSF sobre las víctimas de la violencia étnica son muy superiores a las ofrecidas por la cúpula militar birmana, que a principios de septiembre habló de menos de 400 muertos en la "operación de limpieza", entre ellos 12 oficiales militares.

"La cifra de muertos es probablemente menor a la real", aseguró el doctor Sidney Wong, director médico de MSF, en el comunicado de hoy. "Porque las encuestas no tiene en cuenta las familias que nunca consiguieron salir de Myanmar", añadió Wong, además de reconocer que no se relevó información en todos los campos de refugiados bangladesíes.

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Durante el primer mes de operaciones militares -del 25 de agosto al 24 de septiembre- al menos 6,700 del total de 9,000 muertes se debieron a la violencia, según MSF.

Entre los muertos en la operación militar hay 730 niños menores de cinco años. Los rohingya denuncian que sus poblados fueron quemados y que la población sufrió golpes, violaciones y otro tipo de violencia.

La encuesta analizó los casos de 608,108 desplazados, 503,698 de los cuales huyeron de Myanmar tras la última ola de violencia.

Se estima que 647,000 rohingya cruzaron a Bangladesh tras el inicio de la operación militar del Ejército como respuesta a ataques de presuntos insurgentes musulmanes contra puestos de seguridad en la provincia birmana de Rajine.

Naciones Unidas calificó los hechos como un caso típico de "limpieza étnica" y grupos de derechos humanos acusaron a Myanmar de crímenes contra la humanidad.

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