Trump y Biden aprovechan el miedo al COVID-19 para publicidad en elecciones 2020
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El COVID-19 ha cambiado las reglas del juego para la publicidad de las campañas electorales de Estado Unidos, creó una dependencia aún mayor en los anuncios en redes sociales, pero sobretodo, es el elemento ideal para movilizar a través del miedo.
Infundir miedo es la estrategia de comunicación más vieja y la más efectiva cuando de direccionar el voto hablamos. En medio de una pandemia global esta emoción es el recurso más valioso para los candidatos presidenciales de Estados Unidos.
Hasta ahora, el mayor impacto que hemos visto por el COVID-19 en las campañas políticas fue en los eventos en vivo. Desde mítines, rallies y ahora los debates, todo será virtual.
Es por eso que de acuerdo con Joanna Weiss, editora de Politico Magazine, los anuncios son aún más importantes, ya que son la clave para obtener votos.
“El llamado a la acción podría cambiar, aunque sospecho que el presidente Trump querrá reanudar sus convenciones tan pronto como pueda”, afirmó Weiss.
¿Cómo se involucra a los votantes en medio de la era del distanciamiento social? Desde que el triunfo de Obama en el 2008 fue atribuido al uso de Facebook, esta se convirtió en la plataforma predilecta para la publicidad de las campañas.
Su mayor ventaja es que devuelve datos sobre la demografía que los apoya o la que necesitan ganarse en los estados oscilantes (no declarados republicanos ni demócratas).
Por otro lado, Twitter funcionó mucho mejor para Donald Trump en 2016 que para cualquier otro candidato.
Como fue publicado por Vanguardia, las campañas están recaudando cifras récord en donativos, y la publicidad corre a cargo de los candidatos. En EU no hay ningún canal televisivo estatal que ofrezca espacio gratuito para propaganda política.
Algunos anuncios son pagados por las propias campañas, otros son pagados por comités de acción política modernizados conocidos como SuperPACS, configurados para apoyar a un candidato, pero no están dirigidos por la campaña, ni tienen las mismas restricciones de recaudación de fondos que una campaña.
Así que básicamente no hay un límite de cuánto dinero se puede gastar en publicidad. Esto reclama la evolución constante de los canales, pero aparentemente, no del mensaje.
“La forma de llegar a mucha gente, se ha vuelto mucho, mucho más sofisticada a lo largo de los años en términos de tácticas y focalización. Pero en términos de contenido, realmente se reduce a una cosa: la emoción. Y la emoción con la que se juega muy a menudo es el miedo” explicó Weiss.
Según la experta en la intersección de los medios, la política y la cultura, hay estudios científicos que muestran que los partidarios republicanos tienden a responder al miedo de manera aún más dramática que los liberales.
¿A dónde te dirige el miedo? A no votar, a votar, a donar dinero, a firmar una petición a compartir un video e incrementar la polarización que tanto les sirve a los candidatos, pero la verdadera meta es: a brindarles más datos que les digan a quién se están anunciando.
“Por ejemplo, ese anuncio de Trump de las protestas creo, fue para molestar tanto a sus seguidores y realmente motivarlos”, dijo. “El miedo es efectivo especialmente con los votantes indecisos”.
Y estas elecciones nada tiene más potencial de provocar que el COVID-19. La publicidad pro Biden asusta con la ineficacia de Trump para manejar la pandemia, la de Trump afirma que el virus es una pantalla para atacar la libertad.
Weiss dijo en entrevista para Vanguardia que en la campaña de Biden ha habido dos líneas de mensajes. Una es más positiva con Joe Biden como una figura conciliadora, alguien que va a curar la división del país.
La segunda, más negativa puede verse ejemplificada en el anuncio pagado por el superPAC “The Lincoln Project” recordando la cantidad de muertes por coronavirus en Estados Unidos.