Victoria de derecha populista sacude paisaje político en Alemania

Internacional
/ 14 marzo 2016

"AfD sacude Alemania", resumió en su titular la web del diario "Bild".

"Lo que vimos en estas elecciones es que los votantes se alejaron de los grandes partidos establecidos y nos dieron su voto"...

Alemania inauguró hoy una nueva etapa política de consecuencias imprevisibles con el rotundo éxito cosechado por el partido de derecha populista Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones regionales celebradas en tres estados federados.

Con un discurso provocador y por momentos xenófobo, la joven fuerza capitalizó el descontento de muchos con la política de refugiados de Angela Merkel y obtuvo resultados récord en Baden-Württemberg (15.1 por ciento), Renania-Palatinado (12.6 por ciento) y Sajonia-Anhalt (24.2 por ciento).

El éxito deja al partido con representación parlamentaria en ocho de los 16 "Länder" alemanes, que se podría elevar a diez en las elecciones regionales de este año en Berlín y Mecklemburgo-Antepomerania. Un sólido punto de partida para las generales del año que viene. "AfD sacude Alemania", resumió en su titular la web del diario "Bild".

"Lo que vimos en estas elecciones es que los votantes se alejaron de los grandes partidos establecidos y nos dieron su voto, esperando que por fin seamos la oposición que ya no existe en el Bundestag y en otros parlamentos regionales", celebró la jefa de AfD, Frauke Petry.

"Nos encontramos en la senda del éxito, sobre todo hacia 2017", aventuró Petry, mientras en las tres sedes regionales de AfD estallaba la fiesta y se oían gritos de "Merkel debe irse" y "Frauke, Frauke".

La historia de AfD es la historia de una transformación. El joven partido fundado en 2013 evolucionó desde sus orígenes euroescépticos para convertirse desde 2015 en una plataforma antiinmigración con una retórica dura y deliberadamente provocadora.

El giro coincidió con el estallido de la crisis de los refugiados, que el propio partido consideró "un regalo", y sedujo tanto a ultraderechistas como a ciudadanos alarmados por los 1,1 millones de solicitantes de asilo que el país recibió en 2015.

La deriva del partido hizo que el semanario "Der Spiegel" publicara en portada la foto de Petry con el título "La predicadora del odio" y que hasta en Estados Unidos "The New York Times" calificara de "nueva cara del racismo en Alemania" al controvertido líder regional Björn Höcke.

Pero pese a ese perfil, "es interesante destacar que AfD saca votos de todos los partidos", analizó esta semana la politóloga Andrea Römmele, que consideró "tremendo" y "peligroso" el avance de la formación.

¿Seguirá AfD el camino efímero de otros "partidos protesta"? ¿O, como sugirió Petry, llegará con fuerza a las elecciones generales de 2017 y será la primera fuerza de derecha populista que ingresa en el Parlamento alemán desde la Segunda Guerra Mundial?

Los analistas evitaron aventurar una respuesta al considerar que aún falta mucho para las generales, pero sí apuntaron algunas consecuencias concretas que deja la elección de hoy.

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La primera se verá en las próximas semanas: la CDU de Merkel, los socialdemócratas del SPD y los Verdes descartaron ya negociar alianzas regionales con AfD, pero el ingreso del partido en los parlamentos dificultará que se repitan las coaliciones de Gobierno actuales y exigirá complicadas negociaciones a tres bandas.

Los expertos cuentan también con una mayor agitación en las aguas más bien serenas de la política alemana: alentados por el éxito de la estrategia de crispación, se espera que los nuevos diputados regionales de AfD apuesten por más provocación que política.

Una tercera consecuencia posible, que Merkel intente atajar el ascenso de AfD dando un giro en su política de refugiados, quedó casi descartada por la mayoría de analistas y por la propia CDU. "No lo creo", zanjó el secretario general del partido, Peter Tauber.

Pero lo cierto es que el ascenso de AfD se logró en parte a costa de una fuerte caída de la CDU y del SPD, socios de Merkel en el Gobierno nacional. Los dos grandes partidos alemanes tendrán que reflexionar sobre cómo seguir hasta 2017 si pretenden evitar que la jornada de hoy se repita a nivel nacional.

"Las elecciones regionales cambian de fondo la correlación de fuerzas políticas, porque con toda probabilidad nadie podrá seguir gobernando como hasta ahora", analizó un comentario de la cadena pública ARD. "Esto también podría tener consecuencias en Berlín, donde el buen resultado de AfD se sigue con gran preocupación”.

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