Vinculan algunos políticos republicanos los tiroteos con problemas mentales, psiquiatras desmienten esta afirmación

Washington- “Esto evita que hablemos del problema serio que tiene Estados Unidos con la violencia, crea una distracción, y además añade un estigma a las personas con problemas de salud mental”, explicó a la Agencia EFE Héctor Colon-Rivera, psiquiatra de la American Psychiatric Association.

Siendo así, que en vez de hablar “de tratamientos y de ayudar a estas personas”, lo que se consigue con este tipo de asociaciones es “aumentar sus miedos a hablar y contar lo que les pasa”, aseguró Colon-Rivera.

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Así lo hizo, Greg Abbott, gobernador republicano de Texas, que tras la matanza en una escuela de Uvalde en 2022 en la que perdieron la vida 19 niños y dos profesoras, quien aseguró que ese evento violento estaba directamente relacionado con los problemas de salud mental.

“Estamos trabajando para abordar la ira y la violencia, yendo a su causa raíz, que es abordar los problemas de salud mental que hay detrás”, expresó en ese entonces el gobernador texano durante una entrevista, cundo fue cuestionado sobre qué se puede hacer para poner fin a los tiroteos masivos. Esta es una idea que también la comparten públicamente tanto el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, como el senador Ted Cruz.

En opinión de la Gun Violence Archive, una organización sin ánimo de lucro que hace un recuento de la violencia armada en Estados Unidos, en lo que va de este año han ocurrido más de 370 tiroteos masivos.

“La violencia con armas es un problema gigante de salud pública y la salud mental es otro problema gigante de salud pública. La vinculación entre ellas es bien débil”, detalla Colon-Rivera.

Por otra parte, la organización The Educational Fund to Stop Gun Violence, que lucha en contra de esta falsa asociación, entre los tiroteos y salud mental, precisó en un informe que fue publicado en su página web que “es un error común pensar que las personas que viven con una enfermedad mental son responsables de la violencia armada”, y continúa diciendo que “en realidad, la mayoría de las personas con enfermedades mentales no ejercen violencia contra los demás (...) y tienen más probabilidades de ser víctimas que perpetradores de violencia”, e indica que solo uno de cada cinco estadounidenses tiene un problema mental diagnosticado.

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Si bien Estados Unidos tiene las tasas de enfermedades mentales similares a las de otros países, el país cuenta con las cifras mucho más altas en cuanto a la violencia armada, reitera The Educational Fund to Stop Gun Violence.

Así también, la National Alliance of Mental Illness considera que es erróneo esta asociación que hacen algunos republicanos y considera que es “un golpe en el estómago” para las personas que tienen problemas de salud mental.

“La gran mayoría de las personas con enfermedades mentales no son violentas, nunca se volverán violentas, y las enfermedades mentales no son responsables en la mayoría de los casos de violencia con armas de fuego”, afirma la NAMI.

Por otra parte, de acuerdo a un informe realizado por el FBI publicado en 2018, en el que se analizó el comportamiento previo al ataque de los perpetradores de tiroteos masivos más brutales entre 2000 y 2013, solo el 25 % de ellos tenía problemas mentales diagnosticados.

En su informe, el FBI señala que hay una “común, pero errónea inclinación a suponer que cualquiera que cometa el acto de disparar debe ser de facto un enfermo mental”.

También la Texas Gun Sense defiende la idea de acabar con esa falsa asociación, Nicole Golden su directora general, aseguró a Efe que “la salud mental se usa con demasiada frecuencia como chivo expiatorio o como una respuesta muy simple al problema, cuando no lo es”.

Por su parte, Texas considerado es uno de los estados más laxos en cuanto al control de armas y además el poder de los grupos a favor es enorme; Golden aseveró que “son muy activos, están constantemente en el capitolio hablando con legisladores y tienen mucha influencia para bloquear nuestros esfuerzos porque se aprueben leyes con sentido común”.

Tomando en cuenta el arraigo que tienen las armas en el estado, Texas Gun Sense no solicita su prohibición, sino un “uso responsable y con sentido común”, es por esta razón que promueven leyes como la prohibición a menores de 21 años de comprar armas de asalto.

Asimismo, piden la verificación universal de antecedentes para la venta de armas, así como las que son conocidas como “leyes bandera roja”, que “separan temporalmente a una persona de su arma de fuego, si esa persona está haciendo amenazas o hay un peligro inminente para sí misma o los demás”, describió Golden.

En Texas, acusa Golden, la incongruencia es doble porque mientras que su Gobernador afirma que los problemas de salud mental son los causantes del aumento de la violencia “no hace nada para evitar que las armas caigan en personas con problemas mentales”, concluyó.

Con información de la Agencia EFE.