La UNAM desarrolla cubrebocas que inactiva al COVID-19
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El equipo de investigadores de la UNAM probó el cubrebocas en colaboración con el Hospital Juárez, colocando gotas con el coronavirus tomadas de pacientes positivos de covid-19 sobre la película de plata-cobre depositaba en el polipropileno y se observó que el virus desaparecía en más de 80%
CIUDAD DE MÉXICO. – Un grupo del Instituto de Investigaciones Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encabezado por Sandra Rodil, creó un cubrebocas antimicrobiano reusable y lo registró como “SakCu” que inactiva al virus SARS-CoV-2 causante de covid-19.
El cubrebocas hecho en la UNAM fue apoyado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México y pronto estará disponible en la Tienda UNAM, informó la máxima casa de estudios en la Gaceta UNAM.
La investigación demostró que la nanocapa de plata y cobre inactiva al coronavirus. Y se realizó para terminar con el problema del desecho continuo de mascarillas.
Su nombre responde a que la palabra Sak, que significa plata en maya, y Cu, sigla del elemento cobre, ambos metales biocidas, con los que se elaboró el cubrebocas hecho de tres capas y se puede lavar hasta 10 veces sin perder sus propiedades biocidas, sin que se degrade la nanocapa y se pueda reutilizar, reduciendo el impacto al medio ambiente provocado por los cubrebocas de un solo uso.
La externa y la interna son de algodón y la intermedia está formada por nanocapas de plata-cobre depositadas en polipropileno, pues están comprobadas las propiedades antivirales, antibacteriales y antifúngicas de esos metales.
“Como se vio al inicio de la pandemia (The New England Journal of Medicine 382;16, 2020) las superficies de cobre son las que más rápidamente reducen el virus que causa covid-19.
Al mezclarlo con plata-cobre forma una nanocapa de espesor de entre 30 y 40 nanómetros y ofrece una doble protección contra el virus y bacterias.
El equipo de investigadores de la UNAM probó el cubrebocas en colaboración con el Hospital Juárez, colocando gotas con el coronavirus tomadas de pacientes positivos de covid-19 sobre la película de plata-cobre depositaba en el polipropileno y se observó que el virus desaparecía en más de 80% en 8 horas si la carga viral era alta, pero si era baja, en 2 horas ya no se detectaba nada del ARN del coronavirus.
“Al contacto con la nanocapa de plata-cobre, la membrana del SARS-CoV-2 se rompe y daña su ARN”, añadió la nota de la Gaceta UNAM.
También se probó su viabilidad en una superficie de nanocapas de plata-cobre de un grupo de 5 bacterias de origen hospitalario, agrupadas en las siglas ESKAPE que causan infecciones nosocomiales y “casi todas ellas, a partir de 4 horas, eran eliminadas al cien por ciento”, añadió.
Además, no existe mayor riesgo con la humedad, pues al ponerla en el agua durante 24 horas, la cantidad de plata y cobre liberada fue mínima, añadió.
“Tiene una eficiencia de filtrado de 50% para las partículas más pequeñas, tipo aerosol, y entre 80 y 90% para partículas de 2.5 micras”, indicó.
Aunque el filtrado, añadió, todavía se está afinando, la protección que ofrece el cubrebocas SakCu es “bastante buena” y si le caen gotas con virus o bacterias en pocas horas serán inactivados y aunque se deseche de manera inadecuada no será un problema porque no estará contaminado, como muchos que solo tiran a la basura.
Además, con el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM se realizó un estudio para ver si la nanocapa de plata-cobre era efectiva para destruir virus no encapsulados como el del papiloma humano, pero ahí no funcionó.
En cambio, con el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) se realizaron pruebas de citotoxicidad para descartar el riesgo para las personas que usan cubrebocas por el contacto directo con la piel y la respuesta de las células fue la misma que la observada en cubrebocas comerciales. “No hubo ningún efecto o riesgo citotóxico”, sentenció.
Asimismo, los investigadores anunciaron que se proyecta fabricar otro de tipo quirúrgico que se pueda lavar entre tres a cinco veces y se elaboraría con sistemas de termosellado para disminuir los costos.