Los oscuros vínculos de la nuera de AMLO con Emilio Lozoya

En medio del escándalo se encuentran José Ramón López Beltrán, hijo de Andrés Manuel López Obrador y su esposa Carolyn Adams por ser acusados de conflicto de interés en la renta de una casa de Houston de un exejecutivo petrolero que hacía negocios con Pemex.

En dos comunicados han señalado que no hay ninguna irregularidad, menos aún ilegalidad. Sin embargo, existe una historia que tiene que ver con la vida profesional de la nuera de AMLO.

De acuerdo con la columna de Raymundo Riva Palacio publicada por VANGUARDIA, ciertas fuentes afirman que la persona que presentó a Carolyn Adams con su esposo José Ramón López Beltrán en 2018 fue Erik Legorreta, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Petrolera, muy cercano a Froylán Gracia García, amigo de Emilio Lozoya, que lo nombró coordinador ejecutivo de la Dirección General de Pemex, y de quien inversionistas se quejaban que les cobraba millones de pesos por una cita con su jefe.

Menciona que Legorreta no era un ave sin manchas en su plumaje. La prensa documentó en el sexenio de Enrique Peña Nieto “coyotajes” a través de su empresa Conjunto de Servicios Industriales, y revender contratos colectivos que dañaron al erario.

En 2018 se abrió una carpeta de investigación en Villahermosa, Tabasco, por un presunto fraude a Pemex por 60 millones de pesos. Legorreta no era la única persona que conectaba a la señora Adams con la oficina de Lozoya en Pemex.

Cinco años antes, en un congreso petrolero en Dubai, conoció a Carlos Álvarez, fundador y presidente de Stella Holdings, que entre sus empresas tiene a Cava Energy.

Agrega que Adams llegó a Dubai como becaria, según explicó ella misma en su comunicado. Dijo que estudió en San Diego, donde hay una treintena de universidades y colegios comunitarios, sin precisar en cuál, y que obtuvo la beca escolar William Jefferson Clinton, exclusiva para estudiantes que son ciudadanos de ese país y tengan acreditados cuatro años de licenciatura en una institución nacional.

Personas que la conocen hace varios años, dijeron que el entonces secretario de Energía de Felipe Calderón, Jordy Herrera, fue quien la ayudó a ir a Dubai, para trabajar en las oficinas de ProMéxico, cuando el director en esa ciudad-nación era José Neif Kuri.

Adams comenzó a apoyar las gestiones de Álvarez para obtener contratos con Pemex, aprovechando la reforma energética de Peña Nieto. Para hacerlo, agregaron sus conocidos, recurrió a Arturo Henríquez Autrey, otro viejo amigo de Lozoya a quien nombró como director de Procura y Abastecimiento, con quien estableció el contacto en 2014.

Henríquez Autrey renunció en 2015 en medio de escándalos de corrupción, y las gestiones de la señora Adams nunca fructificaron. En 2016 salió de Cava Energy y volvió a mudarse a la ciudad de México, en la zona de Polanco, agregaron sus conocidos.

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Esta propiedad rentada a un ejecutivo, en ese momento, de la petrolera Baker Hughes, que tiene contratos con Pemex, desató una polémica sobre si en la renta hubo o no un conflicto de interés.

La señora Adams, quien hizo todos los trámites, asegura que no. El fin de semana, Mexicanos Contra la Corrupción reveló que no hay registro en Houston de que hubiera rentado esa propiedad, pero La Jornada respondió con una parte del contrato de renta. Ninguna de las otras dos casas prestadas por un empresario petrolero ha llamado la atención pública, pese a que en una de ellas vivió o pasó algún tiempo José Ramón López Beltrán.

Concluye afirmando que La actividad de la señora Adams, aún si cortó todos los vasos comunicantes entre su actividad en el sector energético y posibles conflictos de interés, muestra en la otra cara de su historia que trabajó y cabildeó en proyectos que hoy el Presidente y su suegro, o ha cancelado, o considera que fueron resultado de una enorme corrupción