McCarthy sigue sin lograr presidir la Cámara de Representantes; esto pasará si no se ponen de acuerdo
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Es una situación inédita en un siglo que paraliza el funcionamiento de la Cámara
Nuevamente, el día de ayer, el republicano Kevin McCarthy no logró ser elegido como presidente de la Cámara de Representantes, ya que el fracaso del martes se repitió hasta llegar a una sexta votación. El día de hoy se reanudarán las votaciones.
Es una situación inédita en un siglo que paraliza el funcionamiento de la Cámara.
Medios de Estados Unidos señalaron que los partidarios de McCarthy, congresista por California de 57 años, se encontraban planteando pedir un aplazamiento para no repetir el espectáculo del martes de tres derrotas consecutivas.
La sesión de ayer se puso en marcha con la nominación de los candidatos. A la propuesta de McCarthy y la del líder demócrata, Hakeem Jeffries, se ha unido esta vez un tercer candidato, Byron Donalds, presentado por el autodenominado Freedom Caucus (Grupo de la Libertad), que lidera a los representantes republicanos que se oponen a la elección de McCarthy.
El ala dura ha ido cambiando de candidato: lo que quieren es simplemente que no gane McCarthy, al menos si no hace nuevas concesiones.
Cada votación dura más de una hora, pues se llama nominalmente a los representantes, hay discursos previos de nominación y un recuento oficial. Tras la sexta votación, la sesión se ha levantado hasta las 20.00 horas de Washington.
La nueva sesión solo ha servido para volver a aplazarla hasta el mediodía de este jueves tras una tensa votación que ha sido un pequeño triunfo para McCarthy. Él había señalado que no sería útil volver a votar este miércoles.
¿Pero qué pasará si no se ponen de acuerdo?
Los legisladores seguirán votando hasta que alguien gane la mayoría. Pueden realizar varias votaciones sucesivas. Las votaciones también pueden aplazarse para negociar entre ellos y con el otro partido. Pero la Cámara no dará inicio al nuevo Congreso hasta que se elija a un presidente.
De esto es de lo que habla la gente cuando se refiere a una “pelea en el pleno”: cuando los miembros de la Cámara requieren múltiples votaciones para elegir a su presidente.
En los más de 200 años transcurridos desde que se reunió el primer Congreso de dos años en 1789, hubo apenas 14 peleas en el pleno, según el historiador de la Cámara.
Todas menos una de esas elecciones de presidente se llevaron a cabo antes de la Guerra Civil mientras que evolucionaba el sistema bipartidista. En ese entonces, las peleas en el pleno eran comunes.
Pero desde la Guerra Civil, solo ha habido una pelea en el pleno, hace exactamente 100 años, cuando se necesitaron nueve votos para que el representante Frederick Gillett de Massachusetts fuera elegido presidente de la Cámara en 1923.
Ha pasado tanto tiempo desde entonces que no está claro cómo se llevaría adelante el procedimiento si nadie logra una mayoría. Un resumen del Servicio de Investigación del Congreso sobre la elección del presidente simplemente dice que si nadie obtiene la mayoría, se repite la votación.
En 1849, la Cámara estuvo en sesión durante tanto tiempo sin poder elegir un presidente (19 días) que los miembros decidieron votar con una pluralidad —o mayoría simple— en lugar de una mayoría absoluta. Los miembros finalmente confirmaron que la elección sería por pluralidad con un voto mayoritario.
En 1855 y 1856, se necesitaron 133 votos separados para que el representante Nathaniel Banks de Massachusetts fuera elegido, nuevamente por pluralidad y no por mayoría.
El proceso se prolongó durante más de un mes e incluyó una especie de inquisición en el pleno de la Cámara de los tres contendientes. Respondieron preguntas sobre su visión de la expansión de la esclavitud. Lee más sobre este tema en el sitio web del historiador de Congreso.
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También es interesante leer sobre Banks; su biografía oficial en la Cámara señala que fue elegido para el cargo en calidad de republicano, independiente, miembro del Partido América y demócrata.
Una cosa importante para recordar es que McCarthy técnicamente no necesita 218 votos para convertirse en presidente. En cambio, se requiere una mayoría de los presentes y votantes para obtener la presidencia, que suele ser de 218 legisladores. Pero si suficientes personas se saltan la votación o votan “presente”, la cantidad de votos necesarios para una mayoría puede disminuir.
Por ejemplo, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, fue elegida con 216 votos en 2021.
El expresidente John Boehner ganó la reelección para el cargo con 216 votos en 2015 después de rechazar una rebelión conservadora como la que enfrenta McCarthy en este momento.
La mayor parte de la negociación y las presiones ocurren mucho antes de la votación en el pleno. Pelosi obtuvo 220 votos en 2019 después de convertir a la mayoría de los compañeros demócratas que se habían opuesto a ella. Lo hizo al aceptar servir solo unos pocos años más como presidenta, una promesa que cumplió al anunciar su decisión en noviembre de no buscar la reelección para el liderazgo.
Los conservadores que se oponen a McCarthy han dicho que quieren restablecer un poder latente y arcano para permitir que cualquier miembro pueda pedir una votación para destituir al presidente en cualquier momento.
Los republicanos que se oponen a McCarthy lo ven como una herramienta para la rendición de cuentas. McCarthy y sus aliados, en cambio, consideran un factor para el mal gobierno si él está constantemente en riesgo de perder el puesto que le está resultando tan difícil de alcanzar.