México no es el único país con polémicas y desacuerdos sobre sus libros de texto

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En España, en enero, niños y adolescentes protestaron por qué cada año se cambian los libros de texto, según intereses educativos o el cambio de ley correspondiente
Tras la polémica que se ha generado por la filtración de los contenidos de los libros de texto de la SEP y los amparos promovidos por la Unión Nacional de Padres de Familia que llevó a que un juez ordenara la suspensión de la distribución, sumando la negativa de los partidos de oposición que se han manifestado contra la implementación de este material y que acusan que las páginas están plagadas de cargas ideológicas e imprecisiones, hay varios países que tienen situaciones similares en sus sistemas educativos.
En España, en enero, niños y adolescentes protestaron por qué cada año se cambian los libros de texto, según intereses educativos o el cambio de ley correspondiente.
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Y advirtieron que en las escuelas faltan profesionales calificados para atender a alumnos con necesidades especiales.
En Brasil se han emprendido campañas similares contra el ‘adoctrinamiento’ y la ‘ideología de género’ en las escuelas, con legisladores a nivel federal, estatal y municipal presentando más de 200 propuestas legislativas desde 2014 para prohibir la educación y el ‘adoctrinamiento’ en género y sexualidad en las escuelas.
Hungría prohibió toda una disciplina académica: en 2018, el gobierno eliminó oficialmente los programas de maestría y doctorado en estudios de género de la lista de materias acreditadas en el país.
En el Reino Unido, los funcionarios están planteando el espectro de la teoría crítica de la raza en las escuelas, un tema que antes no era un tema de debate o preocupación, para tratar de detener la enseñanza de historias que exploran el racismo sistémico.
En Suecia se detuvo el plan de digitalización de las aulas, que debía acelerar en 2023.
Llevaban meses debatiendo y cuestionando el papel de los ordenadores y las pantallas en las aulas de las escuelas.