Arrastra mercado laboral déficit de 1.4 millones de empleos que heredó pandemia de COVID-19

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El mercado formal tiene hoy tasas de crecimiento que se asemejan más a una economía que salió de la fase de recuperación después de la crisis
El mercado laboral arrastra un déficit de 1.4 millones de empleos formales que heredó de la pandemia de COVID-19, de acuerdo con analistas consultados por El Universal.
Los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que 22.4 millones de personas trabajaban en el sector formal al cierre del mes pasado, 1.8 millones más que las reportadas en febrero de 2020, antes de la suspensión de actividades económicas no esenciales para evitar los contagios.
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Sin embargo, existirían un total de 23.8 millones de empleos, 1.4 millones más que ahora, si no se hubieran suspendido las actividades por la crisis sanitaria, estimó Axel González, investigador de datos de México ¿Cómo vamos?
Es decir, se recuperaron las plazas formales perdidas por la pandemia, pero no las que se dejaron de crear en los últimos cinco años considerando el crecimiento que traía el mercado laboral en 2019.
Desde su punto de vista, ante la incertidumbre comercial y la ralentización de la actividad económica, es muy probable que se amplíe esta brecha durante 2025.
El economista en jefe de Banorte, Alejandro Padilla, dijo que el mercado formal tiene hoy tasas de crecimiento que se asemejan más a una economía que salió de la fase de recuperación después de la crisis.
La economía ha venido experimentando cambios estructurales muy importantes con la pandemia, lo que incluye la transformación del mercado laboral con un mayor uso del trabajo remoto y modelos híbridos, comentó el ejecutivo de Banorte.
El director de Estudios Económicos de Banamex, Iván Arias, explicó que la pandemia dejó una lección importante para México, donde no hubo una respuesta fiscal como hubiera sido deseable.
“El golpe de la pandemia fue muy fuerte, por lo que la mayoría de los gobiernos trataron de reducir su impacto económico a través de una política fiscal expansionista, es decir, con exenciones de impuestos, pero sobre todo con una expansión importante del gasto, lo que ayudó en gran medida a que no hubiera una caída mayor en el PIB”.
En México, por el contrario, hubo una política fiscal más restrictiva en 2020 y 2021, que buscaba mantener controlada la deuda pública, lo que trajo como consecuencia una mayor contracción de la actividad económica y una recuperación bastante lenta en comparación a otros países.