Menos de 5% de mexicanos tiene testamento

Menos de cinco por ciento de adultos en México ha redactado su testamento, advirtieron especialistas, quienes aseguran que lo anterior genera conflictos tras la muerte de las personas que no hayan hecho el trámite.

Miguel Antonio Saucedo, director de la firma Saucedo Abogados, señaló que el testamento es un tema tabú entre los mexicanos por su relación con la muerte.

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“Comúnmente se piensa que la palabra testamento va relacionada con el fallecimiento de la persona, es cierto, pero no se quiere pensar en ello y además se cree que el trámite es complicado y costoso”, detalló.

En la Ciudad de México, un testamento universal tiene un precio de mil 804 pesos, en tanto de forma particular incrementa a 3 mil 800, con IVA incluido.

“Los bienes más comunes en un testamento son: casas, departamentos e incluso bodegas. Asimismo, el heredero recibe bienes y derechos, pero sobre todo, obligaciones en cuanto a deudas, impuestos, hipotecas, acciones, bonos y cuentas bancarias”, añadió.

Cuando las deudas que se heredan son mayores a los bienes, la persona puede rechazar la herencia, y si este mismo llegara a fallecer antes de la lectura del testamento, pasan al Estado.

“Si el propio beneficiario fallece antes de la lectura del testamento, las deudas pasan al control del Estado, quien únicamente las cubrirá sin son de carácter impostor”, señaló.

Teodoro Serralde, director general de Serralde consultores jurídicos, dijo que la Ciudad de México tiene un mayor porcentaje de la personas que sí elaboran este documento.

“La Ciudad de México tiene quizás el porcentaje más alto a nivel nacional con 20 a 21 por ciento de su población que genera un testamento, mientras que a nivel nacional únicamente es entre 4 y 5 por ciento.

“No existe una cultura de legalidad, sin embargo, las mujeres son más responsables en este tipo de temas”, comentó.

Agregó que las pequeñas y medianas empresas son el sector con problemas más graves por no realizar testamentos.

“Las pymes se enfrentan a múltiples retos, el primero es que al ser fundadas por una familia, no se lleva a establecer de forma clara y precisa quién o quiénes serán los titulares.

“También llega a suceder que aquellos que quedan a cargo, nunca se han hecho responsables de la empresa, por lo que desconocen los planes y programas empresariales, incluso algunos prefieren fundar una nueva que heredar la ya existente”, aseveró.