Turismo comunitario llega al Senado como apuesta para zonas marginadas
La propuesta plantea un nuevo enfoque de desarrollo turístico con énfasis en la gestión local, la preservación cultural y la distribución equitativa de beneficios
CDMX.- La senadora Rocío Corona Nakamura, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), presentó una iniciativa para incorporar el concepto de Turismo Comunitario en la Ley General de Turismo, con el objetivo de diversificar la actividad turística en zonas rurales e indígenas con mayores rezagos sociales y económicos.
La propuesta busca establecer un marco legal que permita preservar los recursos naturales, garantizar beneficios económicos, sociales y culturales para las comunidades anfitrionas, así como diseñar, implementar y evaluar programas orientados al desarrollo integral de este tipo de turismo.
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De acuerdo con la legisladora, la iniciativa plantea asegurar una distribución equitativa de los beneficios del turismo, promover la conservación de los recursos naturales locales y proteger la identidad cultural de las comunidades que participen en estos proyectos.
Corona Nakamura destacó que el turismo es una actividad estratégica para México, al señalar que, según datos de ONU Turismo, el país se ubicó como el sexto más visitado del mundo en 2024, lo que lo convierte en un sector clave por su aportación al empleo, al Producto Interno Bruto y a la generación de divisas.
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Agregó que los servicios turísticos mantienen una estrecha relación con otros sectores económicos, como el transporte, las actividades culturales y creativas, y que modalidades como el turismo de salud, gastronómico, de negocios, ecoturismo y turismo alternativo han tenido un impacto significativo en la economía y en la conservación del patrimonio.
La senadora explicó que el turismo comunitario se distingue porque es gestionado directamente por las comunidades, que son quienes toman decisiones sobre el uso de su patrimonio y se convierten en las principales beneficiarias, integrando en su oferta identidad, tradiciones, gastronomía, patrimonio histórico, natural y biocultural, así como actividades productivas y modos de vida.
Sostuvo que este modelo representa una opción para el desarrollo económico y social de regiones habitadas por pueblos indígenas, al generar beneficios directos para las familias, fortalecer el desarrollo regional y contribuir a la preservación de la identidad étnica y del patrimonio cultural. Con información de El Universal