Las terribles masacres cometidas por los cárteles de la droga que marcaron a México
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Este es el sangriento recuento de las masacres que marcaron a la sociedad mexicana en los últimos años, desatando la guerra contra el narcotráfico que parece no cesar
Los cárteles de la droga en su afán de controlar el trasiego, y el dominio de territorios ha dejado una huella de sangre en el país.
Los enfrentamientos entre los grupos delincuenciales y su prácticas para obtener recursos han dejado un cruel testimonio de homicidios y desapariciones.
A continuación, una recopilación de los más sangrientos episodios ocurridos en los últimos años en México.
La masacre del Casino Royale El Atentado de Monterrey de 2011 fue una masacre de un atentado terrorista ocurrida el 25 de agosto de ese año en el casino Royale, ubicado en un sector de la clase media de Monterrey, que produjo la muerte de 52 personas, entre ellas una mujer embarazada. El incidente es uno de los ataques más letales contra la sociedad en México desde que el expresidente Felipe Calderón lanzó una pretendida ofensiva en contra de los cárteles de drogas en el 2006.
Un grupo de entre 13 y 16 delincuentes causaron una masacre en el casino Royale, al poniente de la ciudad de Monterrey, al causar intencionalmente un incendio que hasta la madrugada del 26 de agosto había dejado al menos 52 personas muertas y 10 lesionados.
Minutos antes de las 2 de la tarde más de 12 personas integrantes de "Los Zetas" junto a alguno de sus jefes se reunieron en el restaurante "El Gran Pastor", que se encuentra en la avenida Gonzalitos, cerca de la avenida San Jerónimo, en la ciudad de Monterrey. Para las 3 de la tarde salieron del restaurante con dirección a una gasolinera para cargar bidones con gasolina, posteriormente se enfilaron a la avenida Gonzalitos, con dirección al casino.
El ataque habría ocurrido alrededor de las 15:50 horas, siendo causado varios hombres armados, que bajaron de cuatro automóviles, un Mini Cooper, una camioneta Equinox, una GMS azul y un Sedán gris, uno de ellos golpeó a la joven de la recepción con un arma, gritando "ya se los cargó la verga", posteriormente realizaron disparos, robaron las pertenencias a algunos de los clientes, y empezaron a destruir algunas de las máquinas y rociar al menos 4 bidones de gasolina en el área de bingo, y según testimonios contradictorios de testigos hubo una explosión al menos de una granada en el recinto, algunos de ellos logrando salir por la puerta principal, pero siendo imposible conforme las llamas crecían, para salir en aproximadamente dos minutos y medio, y por la desesperación, algunas personas fueron pisoteadas por la estampida, mientras las salidas de emergencia permanecían cerradas con llave.
Todas las víctimas murieron asfixiadas por intoxicación por monóxido de carbono, escondidas en los baños y oficinas luego de tratar de huir de los agresores subiendo al segundo piso del establecimiento, el cual no contaba con salida alguna. Pasada la noche, se desplomó el segundo piso del establecimiento.
Un día antes, el 24 de Agosto, en la vecina ciudad de Saltillo, también se registró un atentado en una casa de apuestas del Grupo Caliente propiedad de Hank Rhon, en el que hubo detonaciones y disparos. Y no alcanzó a pasar una semana desde el tiroteo en las afueras de un estadio en Torreón en el estado de Coahuila, que obligó a la suspensión de el partido de fútbol de primera división
La Masacre de Tepic La Masacre de Tepic o la Masacre del 27 de octubre fue un crimen cometido a manos del narcotráfico, que tuvo lugar el 27 de octubre de 2010 en la ciudad de Tepic en el estado de Nayarit, cuando un grupo armado que descendió de unas camionetas acribilló a 15 jóvenes que trabajaban en un autolavado en la colonia Lázaro Cárdenas al sur de la ciudad.
Aproximadamente a las a las 9:57 del 27 de octubre de 2010 sobre la avenida Rey Nayar y Río Suchiate en la colonia Lázaro Cárdenas del municipio de Tepic en un negocio de auto lavado, un comando armado acribilló a 16 jóvenes que se encontraban trabajando en este establecimiento, matando a 15 y dejando herido a uno. 1 de los jóvenes estaban en rehabilitación.
Los vecinos de la colonia reportaron a emergencias que se habían escuchado detonaciones de arma de fuego, en días anteriores un hombre ya había sido ejecutado en otro autolavado de esa ciudad. La ciudad ya en ese lapso había superado las 250 muertes a causa del crimen organizado junto con su área conurbada con Xalisco. Esta masacre es la segunda peor masacre que se ha registrado en la historia del estado de Nayarit, solo por debajo de la Masacre en Ruiz la cual dejó un saldo de 29 sicarios muertos.
Masacre de San Fernando La primera masacre de San Fernando —mejor conocida fuera de México como masacre de Tamaulipas, aunque en ese estado se han cometido otros asesinatos masivos— fue un crimen cometido por Los Zetas entre el 22 y 23 de agosto de 2010, en el ejido de El Huizachal del municipio tamaulipeco de San Fernando (México).
Los 72 ejecutados, 58 hombres y 14 mujeres, fueron en su mayoría inmigrantes provenientes de Centro y Sudamérica, asesinados por la espalda, para posteriormente ser apilados y puestos a la intemperie.
Las primeras investigaciones señalan que fueron asesinados porque luego de ser secuestrados, no pagaron el dinero que les exigían para dejarlos libres y también se negaron a formar parte del grupo criminal.
Para el 8 de octubre de 2010, se habían reconocido 50 de los 72 cuerpos, 21 hondureños, 14 salvadoreños, 10 guatemaltecos, un ecuatoriano, y 4 brasileños.
Un ciudadano ecuatoriano, quien denunció el hecho ante las autoridades cercanas, había sido reconocido como el único sobreviviente de la matanza, aunque el día 1 de septiembre fue revelada la existencia de otro testigo hondureño, y cuatro días después, otro de nacionalidad salvadoreña, aunque las autoridades mexicanas aseveran que no existe evidencia de que fue testigo de los hechos.
Segunda Masacre de San Fernando en 2011 La segunda masacre de San Fernando fue un asesinato masivo de al menos 193 personas, encontradas en fosas clandestinas del municipio de San Fernando, en el norteño estado de Tamaulipas desde el 6 de abril de 2011.
Cabe mencionar que la activista Isabel Miranda de Wallace afirma que la cifra de muertos rebasa los 500, pero que el gobierno estatal de Tamaulipas supuestamente ha prevenido que esa información se difunda.
Los primeros cuerpos sin vida fueron encontrados el 1 de abril de 2011 por la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas, pero no fue hasta cinco días después, el 6 de abril, que se difundió la noticia por los medios de comunicación quienes reportaron un total de 59 muertos hallados en ocho fosas clandestinas de un rancho.
Marisela Morales, titular de la PGR. informó en finales de abril que ya eran 193 los muertos hallados en fosas clandestinas en Tamaulipas, por el hallazgo de otras 7 fosas, aparte de las 40 existentes; por lo cual se solicitó una orden de aprehensión contra 85 personas.
Enfrentamiento en Tanhuato El 22 de mayo de 2015, ocurrió un enfrentamiento entre la Policía Federal y suspuestos integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación en la comunidad de Tanhuato, Michoacán. Murieron 42 civiles armados y 1 policía
La madrugada del viernes 22 de mayo de 2015, elementos de la Policía Federal rodeó el rancho El Sol ubicado en la comunidad Puerta de Vargas del municipio Tanhuato en Michoacan, buscaban a unos presuntos delincuentes pertenecientes al cártel de Jalisco Nueva Generación que operaban en la zona. Pasadas las ocho de la mañana un helicóptero Black Hawk reforzó el operativo y comenzó a disparar. El saldo final fueron 42 civiles muertos y un policías.
En un video durante el enfrentamiento, se pueden escuchar los disparos, así como una breve conversación entre los policías.
Masacre de Allende La Masacre de Allende fue un crimen por parte del grupo delictivo los Zetas que ocurrió el 18 de marzo de 2011 en el municipio de Allende, Coahuila.
De acuerdo con el expediente del proceso penal 11/2017, radicado en el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Río Grande, los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales –a quienes se identifica con los sobrenombres de “Z-40” y “Z-42”– serían los principales responsables del episodio conocido como la “masacre de Allende”.
Los dos imputados, quienes actualmente se encuentran detenidos y a la espera de que se resuelvan sendos juicios de extradición a los Estados Unidos, formaron parte de la cúpula de la organización criminal de “los zetas” en Coahuila durante la época en la cual ocurrieron los hechos.
El conocimiento de este expediente penal pareciera indicar que la Fiscalía General de Coahuila “ha resuelto” una parte del fondo de este episodio, al lograr la identificación de quienes habrían ordenado y/o ejecutado el secuestro y asesinato de 23 personas entre el 18 y el 20 de marzo del año 2011.
Es preciso tener en cuenta, sin embargo, que no estamos aún ante un hecho juzgado, sino sólo ante el contenido de un expediente penal que se encuentra “en estado de suspenso”, debido a que los acusados no están a disposición de las autoridades judiciales de Coahuila, sino de jueces federales.
Incluso existe la posibilidad de que no puedan ser juzgados por los delitos que se les imputan en nuestra entidad, en caso de que se conceda al gobierno de los Estados Unidos su extradición, toda vez que en el vecino país del norte se les acusa también de haber cometido una serie de delitos.
Estas circunstancias tendrían que llevar a las autoridades mexicanas –y no sólo a las estatales– a considerar la complejidad de los hechos y plantearse una ruta legal que permita dar prioridad al esclarecimiento de los hechos ocurridos en Coahuila hace ocho años.
En este sentido conviene insistir en un señalamiento que se ha realizado en forma reiterada a lo largo de los años en que se ha discutido en México el fenómeno de las desapariciones forzadas: frente a episodios de este tipo, el primer compromiso del Estado debe ser averiguar la verdad.
Los 43 de Ayotzinapa Uno de los caso más difundidos es el de los 43 estudiantes de una escuela rural de magisterio que participaban de una protesta y fueron detenidos por policías municipales de Iguala, quienes los entregaron a sicarios de un grupo del crimen organizado conocido como Guerreros Unidos. Estos los habrían asesinado y calcinado, según varios detenidos.
Los jóvenes estudiantes hicieron ese día (26 de septiembre de 2014) lo mismo que varias generaciones antes de ellos: viajaron del pueblo de Ayotzinapa, ubicado en el estado de Guerrero y sede de una de las principales escuelas para formar a profesores rurales de México, a la ciudad de Iguala. Tenían la intención de tomar autobuses para viajar a la capital del país y participar en la marcha anual conmemorativa de la matanza estudiantil de 1968.
Pero terminaron siendo víctimas de otra matanza. En un episodio aún confuso, durante la noche del 26 de septiembre de 2014 y la madrugada del 27, hubo fuego cruzado entre diversas fuerzas policiales y presuntos integrantes de una célula de narcotráfico local contra los autobuses en los que viajaban los estudiantes (e incluso otro más a bordo del cual iba un equipo de futbol).
Cinco jóvenes de Ayotzinapa murieron, una veintena de ellos resultaron heridos y 43 jóvenes, cuyo último paradero conocido fueron los autos policiales a los que los subieron, están desaparecidos desde entonces.
El Gobierno recuperó algunos restos y los envió a un laboratorio especializado en Austria para tratar de identificarlos. En tanto, sus padres continúan buscándolos.