Decreta el papa las "virtudes heroicas" de dos religiosos mexicanos

Nacional
/ 14 junio 2016

Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado, hecho santo, es necesario un segundo milagro, que debe producirse tras ser proclamado beato.

El papa Francisco reconoció las "virtudes heroicas", primer paso para la beatificación, de dos religiosos mexicanos, Pablo María Guzmán Figueroa y María de Jesús Guízar Barragán, informó hoy la Santa Sede.

Francisco aprobó los decretos que reconocen dichas virtudes durante una audiencia celebrada hoy con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Angelo Amato.

Pablo María Guzmán Figueroa nació el 25 de septiembre de 1897 en Cuanamuco, estado de Guanajuato, en México y murió el 17 de febrero de 1967, en Ciudad de México.

El 20 de noviembre de 1936 fundó la Congregación de Misioneras Eucarísticas de la Santísima Trinidad (MESST) y también ejerció como profesor en la Congregación de Misioneros del Espíritu Santo.

Por su parte, María de Jesús Guízar Barragán, que nació en Cotija de la Paz, Michoacán, el 11 de noviembre de 1899 y murió el 6 de enero de 1973 en Tulpetlac, fundó el 26 de julio de 1961 el Instituto de "Siervas Guadalupanas de Cristo Sacerdote", en Tulpetlac.

El camino hacia la santidad tiene varios escalones.

El primero es que el pontífice reconozca las virtudes heroicas de una persona, que pasa a ser considerada "Venerable Siervo de Dios".

Los pasos sucesivos son la beatificación y la canonización.

Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado, hecho santo, es necesario un segundo milagro, que debe producirse tras ser proclamado beato.

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