El científico mexicano que sonaba para ganar un Nobel, pero terminó preso en EU
Esta es la historia del mexicano que de niño soñó con ser científico y su mayor inspiración fue Ilya Mechnikov, un microbiólogo ruso, cuyo país le cambió la vida tanto para bien como para mal
Hasta antes del 16 de febrero de 2020, Héctor Alejandro Cabrera Fuentes era sólo un científico, aunque no uno cualquiera. En su historial contaba con varios premios internacionales e incluso llegó a sonar para el Nobel de Medicina.
Después de esa fecha, el mundo supo que además de dedicarse a la microbiología también espiaba para el gobierno ruso.
Cabrera, de 38 años, nació en 1985 en El Espinal, un municipio oaxaqueño y una de las zonas más pobres de México, a donde volverá tras su deportación.
De acuerdo con el periódico Milenio, será este 16 de julio cuando sea liberado y deportado por las justicia estadounidense que lo declaró culpable de espionaje y colaborar con el Servicio de Inteligencia de Rusia.
Su juicio duró más de 2 años en una Corte de Miami, Florida. Y aunque en un principio dijo ser inocente, tras llegar a un acuerdo de reducción de condena, se declaró culpable de los cargos y el 21 de junio de 2022 fue sentenciado a 4 años de prisión.
En los últimos tres años, el mexicano ha estado recluido en el Centro Federal de Detención en Miami, Florida, pero antes de eso dedicó su vida a la investigación científica.
“Yo soñaba con ser científico y lo logré”, dijo en febrero de 2018 en una entrevista al diario El Universal tras sumar a su carrera un reconocimiento internacional.
En ese entonces, Cabrera trabajaba en la Universidad Justus-Liebig, en Alemania, en una investigación sobre la aterosclerosis.
El oaxaqueño inició sus estudios en biomedicina en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), y gracias a su talento y dedicación obtuvo una beca durante sus primeros semestres.
Fue precisamente en Rusia donde concluyó sus estudios en la Universidad Federal de Kazán y en donde realizó sus posgrados e investigaciones sobre enfermedades cardiovasculares, su especialidad.
Su amor por la microbiología, sin embargo, no nació en las aulas universitarias sino desde que era un niño de sólo 12 años.
A esa edad, Ilya Ilich Mechnikov, un microbiólogo ruso, se convirtió en su héroe y también en su ejemplo a seguir. El pequeño supo de él tras toparse con un ejemplar de “Cazador de Microbios”, un libro de Paul De Kruif que lo dejó marcado.
A pesar de que Contreras triunfaba en el extranjero, nunca olvidó a su pueblo, donde promovía la ciencia entre los estudiantes y era considerado un benefactor. Incluso recabó apoyos para ayudar a reconstruir casas dañadas por el sismo del 7 de septiembre de 2017.
“Héctor es un hombre extraordinario, no se sentó a esperar para conseguir lo que quería, desde que era pequeño quería llegar lejos”, dijo su hermana Nancy en febrero de 2022 a El País.
CARRERA TRUNCADA
Cuando fue arrestado, Cabrera tenía una próspera carrera que se truncó. En su juicio reconoció que desde marzo de 2019 colaboraba para el aparato de inteligencia del gobierno de Vladimir Putin.
De acuerdo con el diario español El País, el científico fue presionado para tomar fotografías y recabar información estratégica para el Servicio de Inteligencia Ruso.
En 2020 fue detenido en el aeropuerto de Miami donde pretendía abordar un vuelo hacia la Ciudad de México junto con su esposa mexicana tras haber tomado una fotografía a la matrícula del vehículo de un elemento del FBI que investigaba al gobierno ruso.
¿UNA DOBLE VIDA?
La indagatoria del Departamento de Justicia de EU no sólo reveló que el mexicano fue reclutado en 2019 por Rusia, sino que tenía una segunda familia en aquel país.
Su esposa y sus dos hijas de origen ruso tenían residencia en Alemania, pero habían ido a su país natal de donde ya no pudieron salir.
La situación fue aprovechada por un funcionario ruso que le ofreció ayuda a cambio de colaborar con los servicios de inteligencia.
Cabrera habla seis idiomas y contaba con un pasaporte con varios visados, lo que sumado a su prestigio como científico lo hacía un candidato ideal para Rusia porque podía transitar por Estados Unidos, Francia y Alemania.
EU, sin embargo, lo identificó como el “Agente Karla” y ni su larga trayectoria ni el hecho de haber sido presionado para cumplir con la misión encargada por Rusia fueron suficientes para ser perdonado por la justicia de ese país.
Alguna vez fue considerado por el Instituto de los Mexicanos en el Exterior como un integrante destacado de la comunidad, pero cuando fue detenido, el gobierno de México lo abandonó.
En su audiencia de condena pidió perdón y clemencia a EU y dijo estar “profundamente arrepentido”.
El científico, se dijo, tiene una esposa y dos hijos en México además de su matrimonio en Rusia, de cuya familia nada se sabe qué pasó.
Para la comunidad de investigadores, Héctor fue “víctima de persecución científica en Estados Unidos”, según señala la petición hecha en 2022 en la plataforma Change.org dirigida al canciller Marcelo Ebrad, a quien le solicitaron intervenir en el caso.
RECONOCIMIENTOS POR ‘MONTONES’
De acuerdo con la revista Socialmente, entre otros galardones, en 2009 el oaxaqueño fue premiado por el entonces presidente ruso Dmitry Medvédev por sus aportes a la biología molecular y en 2014 la Sociedad Alemana de Investigación en Aterosclerosis le dio el título “W.H. Hauss-Preis”.
Ese mismo año recibió de Putin el Young Investigator Award de Rusia como investigador cardiovascular y en 2016 le fue otorgado el premio Servier-International Society of Heart Research así como el de “Mejor Investigador joven en ciencias básicas y traslacionales”, éste último en Busan, Corea del Sur.
En 2018, Cabrera fue financiado con 300 mil euros por la Fundación Von Behring-Röntgen en una investigación que encabezaba sobre la aterosclerosis.
Cuando fue arrestado, en el año 2020, investigaba enfermedades cardíacas con una beca conjunta de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, y la Nacional de Singapur.
Uno de sus mayores logros y por el que fue premiado en 2018 fue el desarrollo de un sistema para reducir la muerte celular producida por infartos cardiacos o cerebrales, lo que ayuda a salvar vidas.
También hizo trabajos en México. Uno de los más destacados fue la creación de una crema para regenerar la piel quemada.
El proyecto lo desarrolló en el Centro de Biotecnología-Femsa del Tecnológico de Monterrey para ayudar a los sobrevivientes de la explosión ocurrida en 2019 en un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo.
YA LO ESPERAN EN EL ESPINAL
Los familiares y conocidos de Cabrera en El Espinal esperan su liberación entre alegría y preocupación, pues al ser deportado a México temen por su seguridad.
Incluso, de acuerdo con la periodista del periódico Milenio, Laura Sánchez Ley, ya buscan una audiencia con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para conocer los detalles de su deportación y recibir apoyo para su traslado hasta su comunidad.
“Cuando se cumpla la sentencia estará sujeto a la expulsión de los Estados Unidos conforme a la Sección 237 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad”, dijeron a Milenio familiares.
Además revelaron que Cabrera “ha renunciado a la oportunidad de buscar cualquier y todas las formas de reparación y protección contra la remoción”.
Pese a las preocupaciones por su seguridad, los lugares también se dicen contentos por su regreso: “Esto acá va a ser un boom de felicidad”.
E incluso hay quienes dicen que sería el candidato ideal para ser alcalde de El Espinal.
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