LA FUERZA ES VENCIDA DEL ARTE
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El Quijote II, 19
Van don Quijote y Sancho Panza camino a las bodas de Camacho, el rico, con la bellísima Quiteria, cuando en la conversación el escudero, como es frecuente en él por no tener estudios ni saber leer y escribir, incurre en un error al hablar. Dice friscal por fiscal y es corregido.
Se desata entonces una interesantísima conversación entre los caminantes, amo y escudero, y dos como clérigos o estudiantes y un par de labradores que se encuentran en el camino. La plática gira primero en torno al buen hablar y deriva después hacia la destreza en el manejo de la espada.
El bachiller, de nombre Corchuelo, y el licenciado se desafían a demostrar sus respectivas habilidades en el manejo de la espada. El primero confía en su fuerza y el otro, el Licenciado, en la destreza que le da la inteligencia.
Don Quijote se ofrece a “ser el maestro en la esgrima y el juez de esta muchas veces no averiguada cuestión”.
Don Quijote “se puso en la mitad del camino, a tiempo que ya el licenciado, con gentil donaire de cuerpo y compás de pies, se iba contra Corchulo, que contra él se vino, lanzando, como decirse suele, fuego por los ojos. Los otros dos labradores del acompañamiento, sin apearse de sus pollinas, sirvieron de espectadores en la mortal tragedia”.
“Las cuchilladas, estocadas, altibajos, reveses y mandobles que tiraba Corchuelo eran sin número… Arremetía como un león irritado; pero salíale al encuentro un tapaboca de la zapatilla de la espada del licenciado, que en mitad de su furia le detenía, y se la hacía besar como si fuera reliquia… Finalmente el licenciado le contó a estocadas todos los botones… derribóle el sombrero dos veces, y cansóle de manera, que de despecho, cólera y rabia asió la espada por la empuñadura, y arrojóla por el aire con tanta fuerza que uno de los labradores asistentes, que era escribano, que fue por ella, dio después por testimonio que la alongó [alejó] de sí casi tres cuartos de legua; el cual testimonio sirve y ha servido para que conozca y vea con toda verdad como LA FUERZA ES VENCIDA DEL ARTE”. Es decir, superada la fuerza por la inteligencia.
El equivalente de este refrán es uno mexicano que dice: “Más vale maña que fuerza”.
Con este dicho concluye la columna Los Refranes del Quijote. Han sido en total 372 las paremias (es decir, sentencias, dichos, proverbios, aforismos y refranes) a las que se ha hecho referencia y aparecen en la inmortal novela El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, escrita por Miguel de Cervantes.
De cada uno de los refranes se dio cuenta del lugar en que se encuentra en el libro, el capítulo y si en la primera o en la segunda parte del mismo; el contexto en que se cita o se dijo, así como una breve explicación del mismo.
Agradezco a Vanguardia la publicación de la serie que hoy termina, que abarcó poco más de un año, y a los lectores su amable generosidad.
@jagarciavilla