Monsanto se defiende: Debe decidirse sobre transgénicos con base en la ciencia

Nacional
/ 24 abril 2018

La firma espera que la SCJN resuelva sobre permisos para sembrar maíz modificado. No existe razón para seguir frenando el uso de la biotecnología en el campo, sostuvo la compañía

Las decisiones que tome la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en torno a la siembra de productos transgénicos, incluido el maíz, deben estar basadas esencialmente en los resultados que arroje la ciencia, pidió el director general de Monsanto para Latinoamérica Norte (LAN), Manuel Bravo Pereyra.

Aseveró que México ocupa un sitio muy particular para esta empresa –líder mundial en biotecnología e innovación para el sector agrícola–, pues es un país megadiverso y es el centro de origen del maíz, por lo que se han hecho necesarios mayor análisis y diálogo en el tema de los productos genéticamente modificados.

Destacó que esta discusión empezó hace ya casi dos décadas y en el país todavía no se ha resuelto. Además, se refirió a la presencia de grupos ambientalistas que se han opuesto sistemáticamente al uso cada vez más necesario de esta tecnología para el desarrollo del campo y la producción de alimentos.

En entrevista con La Jornada, el directivo señaló que pese a este clima adverso la rentabilidad del corporativo multinacional ha tenido en México, durante los años recientes, un crecimiento sostenido de 10 por ciento mediante la oferta de más de un centenar de productos agrícolas, entre los que se encuentran semillas mejoradas de manera convencional y algunas con biotecnología, como el caso específico del algodón.

Hay que recordar que sigue vigente una medida cautelar del Poder Judicial, dictada en 2013, que mantiene suspendido el otorgamiento de todos los permisos de siembra de maíz transgénico en México.

Durante este tiempo, a este litigio se han sumado al menos otros 25 amparos y decenas de impugnaciones presentadas tanto por empresas como por organismos de investigación, a fin de que se avance en las etapas experimental, piloto y comercial del maíz genéticamente modificado. Se está a la espera de que la SCJN resuelva el fondo del asunto, aunque no hay fecha para que esto ocurra.

Bravo Pereyra aclaró que no es el marco legal lo que ha frenado el uso de la biotecnología en el campo, pues desde 2005 existe una ley en la materia, por lo que sólo basta que la SCJN confirme lo que ya está en materia normativa.

Necesitamos que en este proceso se vuelva a confirmar lo que la Corte ya dijo para los otros cultivos. El maíz no es diferente al algodón, a la soya o a la granola, porque aun siendo México centro de origen ya se han dado los pasos y estudios suficientes para tener claridad de que los productos genéticamente modificados no afectan la biodiversidad, sino por el contrario, se fortalecerá, aseguró el directivo de Monsanto LAN, región que incluye México, América Central y países andinos.

Añadió que no existe razón científica para seguir frenando el uso de la biotecnología en el campo. Se cuentan por miles los estudios y las investigaciones hechas por expertos, tanto por universidades como por académicos independientes y autoridades nacionales. La evidencia es abrumadora en términos de seguridad para la salud, la ecología, la biodiversidad, insistió. En México estamos a la espera de que la SCJN decida, indicó.

Aseguró que México es desde hace tiempo un país muy fuerte en agricultura, en especial con ciertos productos de valor, como el aguacate, el limón y las bayas. Pero en otros productos, como el maíz, vamos en un sentido inverso. Y es que la importación en el país de este grano ha crecido de forma alarmante, convirtiéndonos en el principal comprador internacional, con más de 15 millones de toneladas en el año reciente.

Citó el éxito que ha tenido en México el algodón genéticamente modificado, pues en unos cuantos años ha crecido de manera importante no sólo el número de hectáreas plantadas, sino la rentabilidad para los productores, luego de que este cultivo prácticamente desapareció. Hoy están sembradas más de 200 mil hectáreas, a un tercio de poder cubrir la demanda interna.

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