'No queremos flores, queremos derechos'; exigen mujeres mexicanas

Nacional
/ 9 marzo 2017

Respeto, igualdad y un mundo sin violencia, exigen mujeres en su día. ‘‘El silencio, ruido de fondo del machismo y la injusticia’’, expresan en marcha. Demandan hacer realidad los derechos de la población femenina y que no sea sólo frase hueca

Las mujeres pueden mover al mundo, pero sin ellas nada se mueve. Con esa idea central, miles de personas marcharon y alzaron la voz ayer en la capital mexicana para exigir que el respeto a los derechos de la población femenina y la igualdad se vuelvan realidad, y no solamente una frase que se repite el 8 de marzo de todos los años.

Desde temprano, varias movilizaciones se hicieron sentir con motivo del Día Internacional de la Mujer. Al mediodía, estudiantes, académicas y ciudadanos sin ninguna filiación política comenzaron a reunirse alrededor del Ángel de la Independencia para sumarse a las protestas que se realizaron en decenas de ciudades de todo el mundo.

Aunque muchas de las asistentes recalcaron que este día no es una celebración, se percibía un ambiente alegre por congregarse y salir a la calle a exigir lo que consideran justo: alto a los feminicidios, al acoso callejero y laboral, respeto a sus derechos sexuales y reproductivos, y equidad plena.

 

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Conforme se acercaba la hora fijada para la marcha, las cinco de la tarde, se iban sumando miles de hombres y mujeres de organizaciones feministas, sociales, populares y sindicales, con mantas y pancartas donde denunciaban que el machismo y el patriarcado siguen siendo un lastre que cobra miles de vidas.

También se hizo presente un grupo de mujeres transexuales, transgénero y travestis, quienes exigieron el cese de los crímenes de odio y el reconocimiento de sus derechos, en un entorno donde crece la intolerancia hacia grupos de diversidad sexual.

Antes de iniciar la caminata hacia el Hemiciclo a Juárez, las manifestantes realizaron una valla humana alrededor de la Victoria Alada para visibilizar sus demandas. Cada pancarta y cada consigna era un grito y una exigencia: ‘‘Hasta que la dignidad se haga costumbre’’, ‘‘No queremos flores, queremos derechos’’, ‘‘Somos mujeres creativas, organizadas y sin miedo’’, ‘‘Tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista’’.

 

Como suele ocurrir con otras marchas, mientras los contingentes avanzaban por Paseo de la Reforma se iban nutriendo de más personas que se sumaban a la caminata, muchas portando banderas o prendas moradas, color que identificó las movilizaciones de este día.

Según algunas de las organizadoras, a la movilización asistieron más de 10 mil personas, mientras que las autoridades capitalinas calcularon 7 mil. Esta vez la marcha estuvo encabezada por las madres de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, desaparecidos desde septiembre de 2014, así como familiares de víctimas de feminicidio, sobre todo del estado de México y Ciudad Juárez.

La multiplicidad de voces en la caminata era grande. Ahí estuvo Karina, servidora pública, quien consideró que la marcha sirve para demostrar que ‘‘sin las mujeres no podemos seguir’’, además de visibilizar la importancia que tiene su trabajo para toda la sociedad.

 

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También estuvo Chimalma, ciudadana sin militancia política, para quien ‘‘se ha avanzado muy poco en el respeto de los derechos de las mujeres. Aparentemente ya nadie es machista, pero en el fondo, siguen siéndolo’’.

Quien probablemente no hubiera participado en la marcha de ayer es Mayra Jorge, de no ser porque el asesinato de su hija Martha, hace tres años –a manos del novio de la joven–, la hizo cobrar conciencia de la forma más dolorosa sobre la vulnerabilidad en la que viven las mujeres en México de forma cotidiana.

‘‘Todo mundo vemos de lejos el dolor de las otras personas y nunca creemos que vamos a estar de este lado. Hasta el día que nos pasa, entendemos la importancia de todo este tipo de movimientos’’, dice la mujer, que porta la foto de su hija en su playera.

 

En medio de una lluvia ligera, que no logró desanimar a las y los manifestantes, alrededor de las 19:30 horas los contingentes llegaron finalmente al Hemiciclo a Juárez, donde ya estaba instalado un templete para realizar el mitin con el que concluyó la jornada por el Día Internacional de la Mujer.

‘‘Pondremos la luz y apagaremos las sombras, y será la ilusión la que sustituya a la tristeza de la desesperanza. El silencio es el ruido de fondo del machismo y su violencia, y ahora lo vamos a acallar con el sonido de la acción frente a la injusticia”, leyó con voz emocionada Irinea Buendía, madre de Mariana Lima, víctima de feminicidio, en medio de aplausos de los asistentes a la marcha.

De igual forma, a propósito del paro de mujeres que se llevó a cabo en decenas de países, las asistentes enfatizaron que al unirse a esta acción ‘‘unimos nuestras voces contra el feminicidio, dolor cotidiano de esta región; contra el racismo, que afecta principalmente a las mujeres; contra la lesbofobia y transfobia, responsable de tantos crímenes’’ de odio.

Aunque en términos generales la marcha se desarrolló con tranquilidad, hubo un roce entre manifestantes de una organización popular que querían incorporar un autobús a los contingentes y varias mujeres que les reclamaron por ello.

 

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