Por omisión, persiste la esclavitud moderna
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BRUSELAS, BÉLGICA.- El Gobierno mexicano sigue sin abordar las lagunas que hacen posible las distintas formas de esclavitud moderna en el País, incluyendo el sexo forzado y el trabajo infantil, advierte un estudio elaborado a solicitud del Subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo.
Tampoco ha sido sustancial la contribución de la Unión Europea (EU) en el combate de dicho fenómeno en México, aun cuando el marco de relaciones institucionalizadas, vigente desde 2000, permite hacer aportaciones para abordar la esclavitud moderna y el trabajo forzado.
El documento, elaborado por investigadores de la Dirección General
de Políticas Exteriores del Parlamento Europeo, examina los resultados de la política de la UE diseñada para abordar la esclavitud moderna en terceros países, y los compara
con aportaciones hechas por Estados Unidos.
INCUMPLIMIENTOS
El diagnóstico, realizado por expertos como Katarina Schwarz y Ergul Celiksoy, está basado en la evaluación de la situación en un grupo de países terceros de interés expreso por parte del Parlamento Europeo, concretamente Bahréin, Sudán, Bangladesh, Filipinas, China, Tailandia y México.
“Los gigantes empresariales, como Electrolux y BMW, consideran a México como un país de alto riesgo para el trabajo forzoso y el trabajo en condiciones de servidumbre”, indica.
Sostiene que México aparece en el escalafón dos del informe anual sobre trata de personas del Departamento de Estado de EU, al determinar que “su gobierno no cumple plenamente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata”.
“Las formas más frecuentes de esclavitud moderna en México son el trabajo forzoso, incluidas las peores formas de esclavitud, trabajo infantil, servidumbre por deudas y tráfico sexual”, señala. Para la trata con fines sexuales, los criminales reclutan mujeres y niños mexicanos, y en menor medida a hombres y personas trans.
El trabajo forzoso es más recurrente en la agricultura, el servicio doméstico, el cuidado de niños, la manufactura, la minería, el procesamiento de alimentos, la construcción y el turismo. En el campo, muchas de las víctimas provienen de los estados más rezagados, como Oaxaca y Chiapas, para cosechar tabaco, pepino, ejotes, maíz, papa, melones, berenjenas y amapola, productos enlistados en riesgo de trabajo infantil.