Telar de la abundancia, el dinero prometido que nunca llega
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Este negocio fraudulento que sirve de estrategia para darle poder a las mujeres, sigue vigente a pesar de las recomendaciones que las autoridades han dado para no hacerlo
Desde hace varios meses suena entre las mujeres el tema del Telar de la Abundancia, Tejedoras de Sueños, Flor de la Justicia, Flor de la Abundancia, etc. El tema me intrigó desde que una amiga a la que no veía desde hacía años apareció e intentó invitarme al súper business en el que estaba metida.
También le pasó a mis amigas y a las amigas de mis amigas; prácticamente a casi todas las mujeres del pueblo. En cuestión de semanas se hablaba por todas partes del famoso Telar. Durante las semanas de pleno apogeo en San Miguel de Allende, se repartieron alrededor de 15 millones de pesos entre unas cuantas personas. Actualmente unas 4 mil mujeres siguen involucradas, buscando participantes con desesperación.
La curiosidad de saber si tenía amigas que hubieran sido parte de esas millonarias entregas, me llevó a conocer las historias de mujeres que pasaron de víctimas a victimarios en un par de semanas.
Los Telares y las Flores se venden como algo especial porque tienen una onda feminista y del new age, lo que demuestra que estos sistemas van cambiando de tinte según el entorno social al que haya que convencer. Básicamente se trata de una pirámide de dinero como tantas que se han inventado en los últimos años, en donde la persona de arriba se beneficia con la inversión de otras tantas de abajo.
El Telar se conforma por 15 personas divididas en 4 niveles:
Agua (1 mujer)
Tierra (2 mujeres)
Aire (4 mujeres)
Fuego (8 mujeres)
Una vez que entras, tienes menos de tres semanas para cerrar tu célula y debes hacerlo con la mayor discreción, especialmente respecto a los hombres, pues ellos cuestionarán y entorpecerán el proceso. Es como meterte a jugar con una máquina tragamonedas en un casino: por cada ganador hay un gran número de perdedores.
Formas de reclutar y convencer
La mayoría se convenció viendo las cantidades que podían ganar en tan poco tiempo. Además de la facilidad para conseguir un préstamo, en caso de que no tuvieran la lana al principio. Para las primeras que se involucraron fue fácil convencerse, pues asistían a los festejos de entrega y ahí se daban cuenta de que sí era real. Los festejos al inicio eran abundantes en comida, chupe, aplausos, abrazos y canciones. Todas estaban vueltas locas imaginando que en unos días serían ellas las festejadas.
"Era un festín" me dijo Inés*, "nos reuníamos los miércoles en restaurantes públicos a festejar las entregas, le cantábamos "Las Mañanitas" a la mujer Agua, no paraban los aplausos, las porras, siempre disfrazado la entrega como si fuera una fiesta de cumpleaños. La que recibe paga todo; la comida, el chupe..."
Das el sí depositando 24,000 pesos a la cuenta que se te indique o en efectivo. Al mismo tiempo otras siete mujeres Fuego serán bendecidas ofreciendo esta misma cantidad para que así se te regrese ocho veces lo que estás poniendo.
"Me pidieron no contarle a mi marido, evitar mentir, pero evitar comentarle, pues él nunca entendería la fuerza de este negocio y reprimiría mi espíritu emprendedor", Laura confesó que tuvo que sacar el dinero de su cuenta diciéndole a su esposo que era para ayudar a un familiar. "Ahí comencé a enmarañarme en una gran bola de mentiras", me dijo.
Si no cuentas con la lana, quien ya recibió y va por la segunda o tercera ronda, te presta los 24,000 y tú, al recibir los 192,000 le regresas 72,000 (el interés del préstamo es del 300%). También existen quienes buscan prestar fuera de las reglas del juego. Y esto enmarañó muchos Telares y sacó de control a los grupos.
A Teresa en una de las fiestas de entrega se le acercó una chica para ofrecerle un préstamo personal, así es que pudo entrar más rápido. "Ella me cobraba un porcentaje mucho más bajo al regresarle el dinero... El problema fue que el contacto era directo con ella, no a través de mi red de Whats y como yo perdí el dinero, no le pude regresar lo que me prestó. Ella enfurecida me amenazó con pegar mi foto en la ciudad acusándome de ladrona y madrearme. Tuve que salir del pueblo huyendo hasta que logré conseguir otro préstamo aparte para pagarle su parte y que me dejara en paz... Pero la entiendo me prestó su lana, yo la perdí, y ella estaba desesperada... yo hubiera estado igual, quizás...Así andaban todas al final".
Cuando asciendes a ser Aire y formas parte del grupo de WhatsApp, que será tu nuevo acompañante las 24 horas del día. A través de él recibirás mensajes de ánimo, caritas felices, flores, fiestas y citas de Paulo Coelho sin parar.
Ahora te toca animar a otras chicas a entrar.
Como Tierra tienes que ayudar en lo que se necesite y animar al resto. Es la etapa más crítica, pues sigues trabajando para conseguir a dos personas de total confianza (o no) para que pongan los otros 24,000 pesos y así tú puedas ir acercándote al tesoro.
Aquí es cuando te das cuenta de que ésta es como una chamba de call center, además es difícil porque no estás pidiendo una cantidad pequeña. Tienes que vender la idea de que es algo seguro y sostenible.
Karla me dijo: "Traté de convencer a amigas, tías, primas, y de pronto caí en la cuenta de que quienes sí se animaban a entrar, estaban a punto de meter los ahorros que tienen para las escuelas de sus hijos, las próximas vacaciones, emergencias médicas, o simplemente buscar la manera de sacar esa lana de la cuenta familiar sin que el marido se de cuenta. Es una responsabilidad gigante jugar con los ahorros de la gente que quieres y conoces para meterlos en algo que no tenía idea si funcionaba o no".
En caso de que se cierre la célula, las ocho mujeres Fuego entregan el dinero a la mujer Agua. En teoría, quienes reciben el dinero deberán reciclarse tres veces, pero si ya tuvieron suficiente suelen desaparecer del grupo de WhatsApp y nunca más sabrás ni tendrás manera de contactarlas.
Cuando se entrega el dinero a la mujer Agua, las Tierras se separan en dos para que cada una genere su propia célula y sucesivamente todas las involucradas suben de posición.
El ciclo se repite exponencialmente hasta que se agoten las mujeres solventes y tengan que migrar para introducirlo a otros sectores sociales, pueblos, ciudades e incluso países. Es por eso que se extiende y se extingue a una velocidad tremenda.
Los telares empezaron a romperse en San Miguel de Allende cuando ya no había a quién más integrar, entonces invitaron a las mujeres de colonias más pobres, de rancherías, a las mujeres que atendían tiendas, que trabajan en casas, etc.
Hay historias de personas que acudieron a cajas populares a pedir préstamos o que vendieron sus coches. Estas historias y sus desenlaces son verdaderas tragedias, endeudamientos sin salida, desesperación total, mujeres amenazadas de muerte por sus maridos y por aquellos que prestaron sin aval.
No fue fácil hablar con quienes estuvieron involucradas. No es algo que quieran recordar. Se les eriza la piel y se les revuelve el estómago al revivir las reuniones, el estrés, el coraje. Pero al tratarse de hablar para denunciar, lo hicieron con gusto.
Debo decir que también escuché un par de historias de éxito, de quienes cerraron sus células y quisieron dirigir el Telar como un ejercicio político, eligiendo bien a sus mujeres, devolviendo el dinero a quienes quisieron salir y cediendo la batuta cuando les correspondía.
Son aquellas que aún creen que los Telares pueden crecer infinitamente sin afectar a nadie, ignorando el hecho de que de 15 personas, 14 perderán. Y que mientras más tarde le entres, menos probable es que la libres. Eventualmente el sistema colapsa por falta de nuevos miembros.
Todas reconocen que entraron con escepticismo, pero lo que las animó a entrar fue la idea de pertenecer a un grupo de mujeres apoyándose y confrontando al sistema económico mayoritariamente dirigido por hombres. En algún momento se vieron generando más dinero del que podían imaginar y así podían cumplir sus sueños materiales.
Hay quienes simplemente se engancharon por creer en las buenas intenciones de la raza humana, por hacer una práctica organizada para el bien común, el discurso mítico y el hecho de nadar acompañadas en una corriente de mujeres que fluía con todo.
Las pérdidas del dinero quizás son las menos graves; menores a la sensación de formar parte de este juego de dinero sucio, a las rupturas de relaciones, amistades, amenazas karmáticas y la cantidad de mentiras involucradas.
"El mentirle a mi gente más querida para sacarles sus ahorros ha sido el peor error de mi vida. Siempre mentí un poco de niña, mentirillas blancas... esto fue algo mayor... me asusté de mí misma. Al tocar tierra y salir de este loco malviaje juré ser clara y honesta, lentamente ir pagando mi karma y chambearle en lo que soy buena y sé hacer, no pido más", comenta Karla.
Por más que estén vendiendo la idea de darle la vuelta al sistema con estos modelos económicos alternativos, son el ejemplo perfecto de la atadura a los más necesitados y lo que genera las desigualdades económicas y sociales a escalas masivas.