‘Nos hicieron beber sangre’: exsicario revela haber estado en la ‘escuelita del terror’ en Jalisco

Tras el hallazgo de un centro de adiestramiento que también contaba con crematorio clandestino en el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, ha traído nuevamente a la luz un video impactante publicado hace tres años en el canal de YouTube de GAFE423, donde entrevistó a un exsicario identificado como “Psiquis”, quien relató su experiencia en lo que describió como una “escuelita del terror”.

El relato de “Psiquis” coincide en varios aspectos con los hallazgos recientes en Teuchitlán. Según su testimonio, las organizaciones criminales reclutan y adiestran a nuevos miembros en campamentos ubicados en zonas aisladas, donde son sometidos a rigurosos entrenamientos y pruebas extremas.

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En su caso, ingresó voluntariamente a las filas de un grupo delictivo, comenzando como puntero en su colonia. Posteriormente, tras reclutar a familiares y amigos, fue promovido a liderar un grupo de halcones. Tiempo después, le ofrecieron integrarse a un campamento de adiestramiento, ubicado en una región montañosa alejada de cualquier centro urbano.

A su llegada, se le informó que su vida pasada ya no importaba y que debería comenzar desde cero, un trato aplicado a todos los reclutas sin importar su rango anterior en la organización.

EXMILITARES Y EXPOLICÍAS ENTRENABAN A LOS NUEVOS ‘RECLUTAS’ EN LA ‘ESCUELITA DEL TERROR’

El testimonio describe que en su campamento había inicialmente alrededor de 50 personas, pero con el tiempo descubrió que en total había entre 500 y 600 hombres distribuidos en distintas áreas. Los instructores, muchos de ellos exmilitares o expolicías, impartían formación en maniobras tácticas, uso de armamento, emboscadas y combate. Además, se enseñaba la conducción de vehículos en situaciones de riesgo y tácticas de irrupción en viviendas.

Los reclutas eran sometidos a pruebas extremas para fortalecer su resistencia física y mental. Simulacros de emboscadas y escenarios de combate eran comunes, y se les exigía obediencia absoluta. Entre los ejercicios más impactantes, relató el uso de cuerpos en estado de descomposición, con los cuales debían convivir para acostumbrarse a la muerte y la violencia extrema.

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RECLUTAS ERAN OBLIGADOS A BEBER SANGRE HUMANA COMO PARTE DEL ENTRENAMIENTO

Según “Psiquis”, los entrenamientos incluían pruebas de resistencia psicológica, donde los participantes debían demostrar su compromiso con la organización. Una de las prácticas mencionadas era la ingesta forzada de sangre humana, con el fin de eliminar el asco y reforzar la disposición para cometer actos violentos.

“Nos obligaron a beber sangre como parte de la preparación. Decían que era para quitarnos el miedo”.

El ascenso en la estructura dependía de la obediencia y la capacidad para ejecutar órdenes sin cuestionamientos. Sin embargo, el ambiente era hostil y la desconfianza era un factor constante. Aquellos considerados débiles o potenciales traidores eran eliminados.

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A PESAR DE PODER SALIR DE LA ORGANIZACIÓN CRIMINAL, RECUERDOS LO SIGUEN ATORMENTANDO

“Psiquis” también compartió el impacto emocional que tuvo su paso por los campamentos. Aunque logró salir de la organización, afirmó que los recuerdos y las experiencias vividas lo siguen atormentando. Comentó que la muerte de un amigo en un enfrentamiento en Zacatecas lo llevó a reflexionar sobre su vida y a tomar la decisión de abandonar el crimen.

“Te hacen perder lo que eras. Te transforman en alguien que ya no siente, que ya no piensa en el daño que hace”.

Según su testimonio, buscó rehabilitarse y se internó en un anexo durante ocho meses antes de intentar reintegrarse a la sociedad con un empleo legal.

El hallazgo en Teuchitlán confirma la existencia de estos centros de entrenamiento y la estructura de reclutamiento descrita en el testimonio de “Psiquis”. Las autoridades continúan investigando la operación del crematorio clandestino y la posible relación con otros campamentos en el país.