“Para AMLO es mejor culpar a otros que reconocer que ha fallado”
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AMLO carece de la mesura necesaria para gobernar este país, ya que la ira que lo acompaña es porque la cosas no le van a salir
Andrés Manuel López Obrador, en su función como Presidente de México está obligado a la mesura, sin embargo se encuentra enojado desde que perdió la Zona Metropolitana de la Ciudad de México en las elecciones intermedias.
Para Raymundo Riva Palacio, como lo menciona en su columna publicada por Vanguardia, AMLO carece de la mesura necesaria para gobernar este país, ya que la ira que lo acompaña es porque la cosas no le van a salir.
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Agrega que la refinería de Dos Bocas no se concluirá en los tiempos anunciados. Tampoco el Tren Maya.
El aeropuerto en Santa Lucía avanza, pero no hay infraestructura terrestre para hacerlo funcional.
La gasolina y el gas, que prometió no subirían, se elevaron y empujaron el costo de la canasta básica, afectando a quienes dijo que protegería más.
También menciona que como no va a estar enojado si sus resultados son mediocres.
Ya que es un político sin filtros e ideas fijas que oscilan en la geometría ideológica entre la izquierda antidemocrática, la derecha y la extrema derecha.
Y todo el tiempo se mete en problemas por su pensamiento unidimensional rupestre. Sus últimos pleitos con la UNAM y la Organización Mundial de la Salud son una prueba de lo mencionado.
Según Riva Palacio, no puede contener su furia porque carece de madera de gobernante, y sigue sin quitarse la textura de un líder social acostumbrado al chantaje y las presiones para obtener resultados.
El gran diferencial entre antes y ahora, es que antaño no tenía responsabilidad nacional ni tenía que rendir cuentas, como a las que ahora está sometido, como parte de una mirada crítica natural de sus acciones.
El análisis de su gestión se potencia por su megalomanía y asumirse el centro de todo lo que pasa, sin repartir juego político a sus colaboradores.
López Obrador trata siempre de imponer cómo debemos pensar y cómo debemos actuar.
Es incapaz de entender la crítica a su llamada cuarta transformación, aunque en lugar de argumentar el cambio.
Concluye mencionando que la ira de AMLO se irá elevando en la medida que siga haciendo agua su gobierno.
Nunca admitirá responsabilidad por ello, porque es mejor culpar a otros que reconocer que ha fallado y que tendría que rectificar.
