¿Quién fue Marcial Maciel?... el sacerdote que abusó de al menos 60 niños y fue encubierto por El Vaticano
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Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, abusó de al menos 60 niños y fue protegido por el Vaticano durante décadas
Marcial Maciel Degollado nació en Cotija, Michoacán, en 1920. Ordenado sacerdote en 1944, rápidamente se destacó por su carisma y capacidad para atraer vocaciones.
Fundó la congregación de los Legionarios de Cristo en 1941, una orden que creció con fuerza en México y luego en varios países del mundo, consolidándose como un movimiento de gran influencia económica y política dentro de la Iglesia católica.
Durante décadas fue presentado como un hombre ejemplar, cercano a Juan Pablo II y figura respetada dentro del clero. Sin embargo, tras esa fachada se escondía un comportamiento depredador: abusos sexuales, manipulación psicológica, doble vida con mujeres y hasta hijos en secreto.
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EL ESCÁNDALO DE LOS ABUSOS
Los primeros señalamientos contra Maciel surgieron desde la década de 1950, cuando fue acusado de abusar de seminaristas menores de edad. Sin embargo, el Vaticano decidió protegerlo. En los años noventa, las denuncias volvieron a crecer: al menos 60 víctimas documentadas relataron cómo el fundador los drogaba con calmantes y después abusaba sexualmente de ellos.
A pesar de los testimonios, Maciel gozaba de impunidad. Su cercanía con el Papa Juan Pablo II y con influyentes cardenales le permitió evitar cualquier sanción seria durante gran parte de su vida.
EL ENCUBRIMIENTO DEL VATICANO
Uno de los aspectos más oscuros del caso fue el encubrimiento sistemático por parte de autoridades de la Iglesia. Las denuncias contra Maciel eran minimizadas, ocultadas o desestimadas. En 2001, el entonces cardenal Joseph Ratzinger —futuro Benedicto XVI— reabrió el expediente, pero el proceso avanzó lentamente.
No fue hasta 2006, cuando Maciel tenía 86 años, que el Vaticano le pidió retirarse de la vida pública y dedicar el resto de sus días a la oración y el silencio. Nunca fue procesado penalmente ni expulsado de la Iglesia, a pesar de la magnitud de sus crímenes.
UNA DOBLE VIDA: HIJOS Y ESCÁNDALOS
Además de los abusos, investigaciones posteriores revelaron que Maciel llevaba una doble vida. Mantuvo relaciones con varias mujeres y tuvo al menos tres hijos, algunos de los cuales también denunciaron haber sido víctimas de abusos sexuales por parte de él.
El escándalo creció al descubrirse que usaba los fondos de los Legionarios de Cristo, obtenidos de donaciones millonarias, para sostener su estilo de vida secreto.
EL LEGADO DE LOS LEGIONARIOS DE CRISTO
Tras su muerte en 2008, los Legionarios de Cristo reconocieron públicamente los abusos y pidieron perdón a las víctimas. Sin embargo, el daño estaba hecho: la congregación quedó marcada por la sombra de su fundador y su credibilidad cayó en picada.
Hasta la fecha, la orden continúa en funcionamiento, aunque bajo estricta vigilancia y con procesos internos de “purificación” para limpiar su imagen.
DATOS CURIOSOS DEL CASO
• Juan Pablo II llamó a Marcial Maciel “guía eficaz de la juventud” en 1994, cuando ya existían denuncias en su contra.
• El escritor Fernando González publicó en 2006 el libro Marcial Maciel, los Legionarios de Cristo y el Vaticano, considerado clave para destapar la magnitud del encubrimiento.
• Maciel fue acusado no solo de abusos sexuales, sino también de adicciones a drogas como la meperidina, que usaba para sedar a sus víctimas.
• A pesar de todo, nunca fue expulsado del sacerdocio, lo que generó indignación entre defensores de los derechos humanos y víctimas de abusos clericales.
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UN CASO QUE MARCÓ LA IGLESIA
El caso de Marcial Maciel es recordado como uno de los mayores escándalos de pederastia en la Iglesia católica. La combinación de poder, encubrimiento y silencio institucional permitió que sus crímenes permanecieran ocultos durante más de medio siglo.
Hoy, el nombre de Maciel sigue siendo sinónimo de impunidad y abuso de poder dentro del clero. Su historia es un recordatorio de cómo la protección institucional puede perpetuar la violencia y silenciar a las víctimas.