Se retrasa la toma de posesión de Bernardo Arévalo en Guatemala y aumenta la tensión
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El domingo, opositores al líder anticorrupción, Bernardo Arévalo, retrasaron su toma de posesión como presidente de Guatemala, lo que ha aumentado las tensiones políticas
Por Simon Romero and Jody García
Diputados que se oponen al líder anticorrupción, que ganó la presidencia con una victoria aplastante, retrasaron el traspaso de poder, lo que ha generado desconcierto en todo el país.
El domingo, opositores al líder anticorrupción Bernardo Arévalo retrasaron su toma de posesión como presidente de Guatemala, lo que ha aumentado las tensiones políticas en el país más poblado de Centroamérica.
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La incertidumbre en torno a la transición de poder surgió poco después de que, el domingo, la Corte de Constitucionalidad de Guatemala permitiera a los miembros conservadores del Congreso que se oponen a Arévalo mantener su liderazgo en la cámara.
Después de esa decisión, comenzaron las discusiones entre diputados en la cámara hacia el mediodía, cuando se esperaba que el Congreso nombrara oficialmente como presidente a Arévalo. Algunos congresistas iniciaron la deliberación a puerta cerrada, y otros diputados afirmaron que intentaban descarrilar el traspaso de poder, lo que generó desconcierto y frustración en todo el país.
“Estas son las últimas estrategias que está usando el pacto de corruptos para evitar que un gobierno electo democráticamente llegue al poder”, dijo José Ochoa, de 64 años, propietario de un pequeño comercio, quien se encontraba entre los cientos de personas que salieron el domingo a las calles del centro histórico de Ciudad de Guatemala para apoyar a Arévalo.
El domingo por la tarde, decenas de partidarios de Arévalo intentaron abrirse paso entre las barricadas policiales para llegar al Congreso. Mientras la tensión aumentaba en las calles de la capital, seguía sin estar claro si los líderes del Congreso participarían en una ceremonia para traspasar el poder a Arévalo o incluso si la ceremonia llegaría a celebrarse.
Arévalo ganó las elecciones presidenciales de Guatemala por un amplio margen en agosto y se ha enfrentado a un aluvión de ataques legales por parte de fiscales, jueces y dirigentes políticos encaminados a impedir que tome posesión del cargo. El domingo, Arévalo señaló que él y su compañera de fórmula, Karin Herrera, se convertirían en presidente y vicepresidenta de Guatemala a las 4:00 p. m., hora local, de acuerdo con la ley guatemalteca.
No está claro cómo se desarrollará esta situación. Se habían planeado celebraciones en Ciudad de Guatemala, pero el ambiente en las calles se tensó a medida que el retraso se prolongaba.
“Esto es un abuso”, dijo José Inés Castillo, miembro del Congreso, quien acusó a otros integrantes de la cámara de estar “fraguando el golpe de Estado”. Mientras Castillo hablaba con los periodistas presentes en el lugar, se escuchaban gritos de fondo que decían “golpistas”.
El desconcierto sobre la toma de posesión se produjo cuando dignatarios de todo el mundo llegaron a Guatemala para la ceremonia, incluida una delegación estadounidense encabezada por Samantha Power, administradora de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional, y dos congresistas demócratas por California, Norma Torres y Lou Correa.
Varios jefes de Estado de América Latina, entre ellos los presidentes de Chile, Gabriel Boric, y de Colombia, Gustavo Petro, también acudieron a la inauguración, al igual que el rey Felipe VI de España.
La transición de poder en Guatemala ha sido desprolija, marcada por detenciones, rumores de detenciones y temores de que las autoridades que se oponen a Arévalo fueran aún más lejos para impedir su investidura. La candidata opositora de Arévalo en la contienda presidencial, una ex primera dama, se negó a reconocer su victoria.
En los últimos días, se especuló con la posibilidad de que los fiscales solicitaran la detención de la compañera de fórmula de Arévalo, Herrera, lo que podría obstaculizar la toma de posesión, ya que tanto el presidente electo como la vicepresidenta electa deben estar presentes para que el traspaso de poderes sea legítimo.
La máxima corte de Guatemala dictó la semana pasada una orden que protegía a Herrera de la detención, concediéndole a ella y a Arévalo un indulto.
En octubre estallaron protestas en toda Guatemala en apoyo de Arévalo, que desembocaron en una huelga general que paralizó gran parte de la economía del país. Cuando los manifestantes volvieron a reunirse este fin de semana en la capital, algunos dijeron que estaban dispuestos a tomar las calles una vez más si no se permitía que Arévalo asumiera el cargo.
“Es un golpe de Estado”, dijo Victoria Tubin, autoridad indígena y catedrática de trabajo social en la Universidad de San Carlos. “La resistencia va a seguir”.
c. 2024 The New York Times Company