Ven, ven, verdad amada

Opinión
/ 2 octubre 2015

La verdad, en tanto conformidad de las cosas con el concepto que se tiene de ellas, también es parte de la lucha en el tablero. Según Luciano Cámara, "La verdad ajedrecística consiste en saber encontrar un orden de jugadas que lleve necesariamente a la derrota del adversario... Porque en la madeja maravillosamente complicada de las posibilidades el hilo tiene muchas puntas a una de las cuales es necesario apresar. Y ahí reside, precisamente, la habilidad: apresar aquella punta que lo conduzca por el laberinto, y cuyo camino se adapte al yo personal".

La verdad es una cualidad necesaria para que un procedimiento cognoscitivo cualquiera resulte eficaz y tenga éxito. Una de sus premisas es la correspondencia de los principios con los hechos, otra es la coherencia con el sistema empleado, otra, la eficacia.

Lo que cuenta en ajedrez es la posición que hay en el tablero, por tanto, la verdad depende del contexto de cada partida. Para hallarla el jugador enlaza juicios, calcula y deduce. También recurre a la intuición, entendida como percepción clara e instantánea de la verdad como si se tuviera a la vista. En ese afán, lo que más le satisface es la concordancia de las jugadas con la verdad intuida, lo que normalmente coincide con la belleza del juego y con su corolario principal: la victoria. Según el GM David Bronstein, "la intuición ha dado al arte del ajedrez las más bellas combinaciones y ha permitido al ajedrecista sentir el verdadero placer que proporciona el arte".

En ajedrez, como en la vida, la verdad es muy simple. pero se llega a ella por los caminos más complejos. El filósofo Federico Nietzsche, en su poema, De la pobreza del más rico, dice:

"¡Silencio!

Una verdad se cierne sobre mí semejante a una nube, con rayos invisibles me alcanza, su felicidad asciende hasta mí
por amplias y lentas escalinatas, ¡Ven, ven, verdad amada!" Partida. Las blancas imponen su verdad mediante maniobras que incluyen la captura de la dama enemiga y la creación de un peón pasado.

Blancas: M. Bartel (2614).

Negras: M. Krasenkow (2656). Varsovia, Polonia, enero 14 de 2010

 

Defensa siciliana (Eco B30)

1.e4 c5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 e6 4.0-0 Cge7 5.c3 a6 6.Aa4 c4 7.d4 cxd3 8.Af4 Cg6 9.Ag3 b5 10.Ab3 Ca5 11.Dxd3 Cxb3 12.axb3 Ab7 13.c4 Ae7 14.Cc3 b4 15.Ca4 0-0 16.Tfd1 Ac6 17.Cd4 Axa4 18.Txa4 Db6 19.Cf3 Db7 20.h4 h5 21.Ta5 f6 22.Txh5 e5 23.Tf5 Ac5 24.h5 Ce7 25.Ch4 Cxf5 26.Cxf5 d6 27.Df3 Df7 28.Dg4 Rh7 29.Td3 Th8 30.Ah4 Rg8 31.Tg3 Th7 32.Df3 a5 33.Txg7+ Txg7 34.Ch6+ (La captura de la dama da ventaja a las blancas) Rf8 35.Cxf7 Txf7 36.Axf6 d5 37.h6 dxc4 38.Df5 c3 39.bxc3 bxc3 40.h7, rinden negras, 1-0. Comentarios:

rjavier_vargas@terra.com.mx

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