Sentimientos encontrados
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Recién asistí al concierto de Metallica en el estadio de la UANL, esta es una banda a la que comencé a escuchar en sus inicios con "Ride the Lightning", "Fade to Black" y "Master of Puppets", entre otras canciones. Creía que mi capacidad de asombro había llegado a su límite cuando escuchaba a Mötorhead con "Iron Fist" y "Ace of Spades", eran rolas con rapidez en los riffs, eran los inicios del speed metal.
Tiempo después escuché "Battery" de Metallica y me fui de espaldas, era un estilo de rock rápido, agresivo, estridente, pero con un poder de atracción muy intenso.
Ya en el concierto y después de la intervención de la banda telonera, Mastodon, inició el "sound check" para Metallica, comencé a sentir esa sensación de emoción en el estomago antes de iniciar un concierto, mi expectativa creció enormidades al escuchar los primeros "beats" de la batería que el inmenso equipo de sonido amplificaba, sentía como el sonido hacía que mi ropa vibrara, como si ráfagas de viento me golpearan al tiempo, sentía un ligero cosquilleo en la punta de la nariz con cada tamborazo que emanaba en las bocinas.
Al inicio del concierto noté fallas en el sonido, predominaban el bajo y la batería, pero la voz de Hetfield y las guitarras de Kirk y el mismo Hetfield se perdían. Siendo la primera vez que asisto a un concierto al aire libre, pensé que era normal y que en un rato el sonido se nivelaría, pero no fue así, también llegué a pensar que era el viento frío que comenzó a soplar pasados unos 45 minutos de haber iniciado la presentación, pero eso tampoco sucedió. Llegaron rolas clásicas como "One", "The Unforgiven", "Master of Puppets", "Enter Sandman" y "Nothing Else Matters", pero no, no me prendía. Mientras la noche transcurría me vino la idea de esta columna y me llegué a recriminar el hecho de estar viendo en vivo a una de las mejores bandas de metal sobre la faz de la tierra y no haberme prendido el ánimo. He asistido a varios conciertos, Scorpions, Deep Purple, G3 Live, Marilyn Manson, MMF I, y otros más, pero también he ido a varios conciertos y festivales de blues; llegué a la conclusión de que me prende más un concierto de blues que uno de buen metal.
No malinterpretes la columna de hoy mi querido lector, yo crecí escuchando a las bandas que menciono arriba y muchas más, el rock está en mi sangre, es sólo que el blues entró en mí hace muchos años y ya no salió, se arraigo como cáncer en mi alma.
Como diría la canción de Memphis Slim: "Everyday I have the Blues".
Esta columna la escribí escuchando a Jimi Hendrix, "Valleys of Neptune", 2010. Que el blues sea con ustedes.
jbr.srv@gmail.com