La evidencia de qué, Manlio

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En su ya tradicional mensaje de los domingos, Manlio Fabio Beltrones pidió ayer "dejar atrás el debate sobre los agravios y el reparto de culpas" y pasar a lo urgente: el empleo, la pobreza, la violencia criminal, la inseguridad pública.
"Ha sido suficiente el debate sobre los agravios", redondeó el líder de los senadores del PRI. "La evidencia está en la mesa y cada quien ha tomado nota sobre sus responsabilidades".
¿Qué evidencia está sobre la mesa, senador? ¿Qué evidencia tan endeble como para mandarla así de rápido al archivo muerto? ¿Se refiere a la de que, antes de ocuparse de las 12 elecciones del 2010, la presidenta de su partido, Beatriz Paredes, se aprestó a blindar la del Estado de México, de julio de 2011?
¿O a la de que el gobernador Enrique Peña Nieto ofrece quién sabe qué a cambio de que una alianza contra natura no lo vaya a descarrilar del 2012? ¿O a la evidencia de que "el nuevo PRI", el arrollador de Beatriz, el de la imagen de Peña Nieto, protocoliza convenios con el PAN para corromper elecciones?
¿No es urgente pedir una explicación a quienes probablemente en menos de tres años se hagan cargo de lo "urgente"? ¿O es aplazable la revisión de este nuevo estilo firmado de negociar?
"Los políticos se significan porque nos dicen por qué se deben hacer las cosas", me dijo el 5 de marzo de 1996, en una extensa entrevista sobre el oficio político, un joven gobernador. "Tenemos que empezar por admitir que lo que se hace voz pública tiene que reconocerse y abordarse con la intención de dar nuevas luces sobre lo que está pasando". Era el gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones. Tenía 44 años, la edad de Peña Nieto.