¿Debemos seguir contando los ejecutados o no?

Opinión
/ 2 octubre 2015

Seis millones de judíos muertos en el genocidio ordenado por Hitler. Cerca de 60 mil estadunidenses no regresaron de Vietnam.

Treinta mil argentinos asesinados o desaparecidos por la dictadura militar de Videla y Galtieri. ¿Cuántos mexicanos morirán en la guerra declarada por el presidente Calderón al crimen organizado?, nos preguntamos al principio de 2007.

Esa fue la premisa para llevar un registro de ejecuciones en Milenio. Roberto López se hizo cargo del trabajo, secundado por Rafael López, Melisa del Pozo y Gabriel Bolio. El recuento se fue depurando, hasta llegar al seguimiento diario, obsesivo en Milenio Televisión.

Ha sido una carrera de 40 meses. Otros medios que arrancaron a la par se rezagaron, o de plano abandonaron la pista de cadáveres.
 Confieso que nuestro conteo de "narcoejecuciones" se convirtió en un orgullo editorial.

Al 31 de marzo, el recuento de Milenio marcaba 19 mil 718 ejecuciones. Entonces la Secretaría de Seguridad Pública federal informó (suponemos que con mejores instrumentos que nosotros) que nos habíamos quedado cortos: el dato correcto era 22 mil 743. Interesante que el gobierno subraye que hay más muertos de lo que creen los medios.

Como sea, tenemos una desviación de 13 por ciento respecto de las cifras oficiales. Para mí es razón suficiente para suspender nuestro trabajo. Si no podemos aportar la cifra más precisa, qué caso tiene contar.

Roberto López insiste que no podemos dejar que el gobierno reporte cuando quiera y sin ningún referente. Carlos Marín asegura también que sería un error retirarnos.

Nos vamos a tomar el fin de semana para discernir el caso. Bienvenidas las opiniones.

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