`Intelectuales' izquierdistas

Opinión
/ 2 octubre 2015

El señor salió de su trabajo a media mañana, pues le dolía la cabeza, y fue a su casa. Entró sin hacer ruido y vio a su señora muy atareada, de bruces en el jardín. Llegó por atrás, y abrazándola le demostró un ardiente amor. Terminado el trance le dio un furibundo mamporro en la cabeza. "¡Oye! -protestó la señora dándose la vuelta-. ¿Por qué primero me muestras tanto amor y luego me tratas así?''. Responde el marido hecho una furia: "¡Porque ni siquiera volteaste a ver quién era!''...

Lacerado, tundido, derrengado, malherido, mancado, fadrubado, sacudido, azotado, vapuleado, yacía el tipo aquel en duro lecho de hospital. "¿Que te sucedió?'' -le pregunta un amigo, consternado. "La mala suerte -explica el infeliz-. Se me descosió el zipper del pantalón, y la vecina se ofreció a cosérmelo sin necesidad de que me lo quitara. Trajo hilo y aguja, cosió lo necesario, y estaba cortando el hilito con los dientes cuando entró su marido''...

Le anuncia la robusta señora a su marido: "Voy a tomar un baño de tina''. Responde él: "Muy bien, Balena. Pero deja primero que engrase los costados de la tina, para que luego puedas salir''...

Me asombra -y también me divierte- que haya todavía "intelectuales" izquierdistas que alaban al régimen de Castro en Cuba. Una de las características que definen al verdadero intelectual es el libre pensamiento, y los incondicionales aplaudidores de la tiranía castrista están atados a un dogma ya obsoleto, y actúan en automático, sin crítica ni discernimiento, para aplaudir sin más el despotismo. Ante esa dictadura no cabe más que hacerla objeto de repudio, y condenarla. Está claro que en Cuba los derechos humanos simplemente no son reconocidos, y que priva sólo la voluntad omnímoda y absoluta de Castro, representada ahora por un lugarteniente, su hermano. Penoso espectáculo dan quienes han abdicado de su integridad para no reconocer el error que cometieron al convertirse en propagandistas y obsecuentes aduladores de un régimen que niega toda libertad y mantiene sojuzgado a un pueblo hermano, admirable por su entereza, pero necesitado de apoyo por su aflictiva situación... Pirulina llegó llorando de la escuela. Entre gemidos les anunció a sus padres: "¡Me tronaron en la escuela!''. "Querrás decir que te reprobaron''
-la corrigió su padre. "-No, -responde Pirulina sin dejar de llorar-. Eso fue aparte''...

"¿Por qué llegas a estas horas de la madrugada?'' -le preguntó furiosa la señora a su tambaleante marido. Contesta el ebrio: "Es que fui a los Indios Verdes''. "¿A los Indios Verdes? -rebufa la señora-. ¿Qué fuiste a hacer a los Indios Verdes?''. Responde con tartajosa voz el temulento: "Fui a ver si ya habían madurado'' ...

Doña Uglicia era una señora muy fea, tan fea que un día su marido salió a trabajar, y ella le pidió: "Dame un beso de despedida". "No -se asustó el esposo-. Mejor te llevo conmigo"... En las trincheras el general advirtió que uno de los combatientes no le disparaba al enemigo. "Soldado Guang O -le pregunta-. ¿Por qué no dispara usted su carabina?''. "Está embalada'' -contesta el hombre-. El general, para ver si en verdad las balas estaban atoradas, toma en sus manos la carabina. "¡Oiga! -exclama arrojándola con asco-. ¡Tiene suciedad!''. Replica el oriental: "Le dije que estaba embalada, mi genelal''...

Le comenta don Languidio a su señora: "Estuve con el mecánico, y dice que mi coche no funciona porque se le agotaron las baterías''. "¡Mira! -exclama la señora-. ¡Qué cierto es eso de que todas las cosas se parecen a su dueño!''... FIN.

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